De viejos, de proverbios y café.

De viejos, de proverbios y café.


A excepción de un par de mesas, la cafetería del viejo barrio lucía vacía. Una de esas mesas la ocupaba el dueño del local que, entre fastidio y desazón, leía el periódico; mientras que en la otra mesa estaban los dos viejos de siempre, de todas las mañanas, de todos los mediodías y de todas las tardes; al ser jubilados tienen todo el tiempo del mundo, para dar, prestar y regalar.

Después de un buen sorbo de café un viejo le dice al otro:
-A ver qué te parece éste, es un proverbio chino muy bueno y va más o menos así “Cualquier adiós será el último a menos que nos volvamos a encontrar y acaso un despreocupado hasta luego sea nuestro último adiós, si nunca nos volvemos a ver”-

Luego de su breve discurso el viejo esperó la reacción del otro pero no la hubo.
-¿Y bueno? ¿Qué te ha parecido? ¿Acaso no es bueno?-

El otro viejo contestó: -Hombre, pues es que nunca lo había escuchado o leído y mira que he leído libros, revistas, periódicos y hasta el revés de las hojas de los calendarios pero no, no lo había oído nunca-

-Es que lo escribí hace unos días…-

-¿Tú lo escribiste? ¡Pero si dijiste que era un proverbio chino! ¡Y estamos en América!-

-¿Y eso qué tendrá qué ver? Yo puedo escribir proverbios chinos, árabes o judíos o de donde me plazca…-

La tarde daba paso a la noche y y al empezar la cafetería a llenarse, los viejos se marcharon pues el carácter íntimo del café se perdía con el bullicio de los parroquianos.



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ME GUSTÓ MUCHO LA DESCRIPCION DEL CAFÈ, LOS VIEJOS CONCURRENTES, SUS

GUSTOS POR LA ESCRITURA. MUY PINTORESCO.

SALUDOS

AZUNA