Otoño

Cuando el otoño llega es tiempo de reflexionar, nos da el silencio y la paz, nos regala hojas para usarlas de alfombras donde recostarnos a pensar, a escribir y soñar. El otoño tiene la complicidad que nos regala la confianza para despejar la mente y abrir el corazón. El otoño nos regala la nostalgia y muestra el camino hacia el hogar que siempre tiene la puerta abierta. Su reflejo amarillento azulado produce respeto y lentamente abrimos los ojos para salir del letargo y empezar a caminar. Si acaso el mar queda cerca, seguro pronto se podrá llegar. Si acaso la fe se vuelve grito será en una siesta de otoño, en la orilla de un lago, o de un arroyo que duerme bajo el trinar de pájaros felices y ansiosos de vivir en libertad. El otoño, ese momento intermedio entre el frío y el calor, entre el gris y el sol, entre la risa y el llanto. Pausa, para entender. El ayer en una cesta de mimbres con flores secas brillando con barniz. El hoy, en globo que intenta volar y el mañana en una estrella que no quiere bajar. Conjunción de canciones que alientan y relajan en un equilibrio de nunca acabar. Así es el otoño. Así se muestra al mundo, como una ronda de niños con sus guardapolvos blancos en un recreo de marzo en el patio escolar. Con la promesa de prosperidad encerrada en un libro que descansa en el cajón del pupitre.
Ese otoño será el que me cobije bajo el inmenso cielo azul cuando llegue el momento final, mientras la sonrisa se dibuje en el último verso libre de reglas y exigencias sin sentido, pero provisto de todas las voces, todos los sentimientos, todos los recuerdos, todos los sueños que se cumplieron y los que quedaron a medio hacer porque el otoño se empezó a acabar. El otoño y su magia infinita de enseñar que el destino se puede dibujar, que no está resuelto. Trazar el camino pero que no se completa ya, porque en el próximo otoño se podrá reconstruir. Ese ciclo inconcluso mientras no esté dicha la última palabra. Y al final de los otoños contados con los amaneceres bañados de esperanza, bien al final, la historia volverá a empezar. La historia que se esconde en cada uno, y que en algún otoño sale a la luz y en algún otoño descansa para siempre jamás.

Ay mi amiga Nilda, presiento que en tu introspectivo relato dedicado al otoño, te refieres en él cual una profunda metáfora y el final de una etapa, de algo que se acaba o muere, aunque pienso en no recuerdo quién dijo no hay otoño sin primavera, fue grato disfrutar de la lectura de tu prosa y dejar en ella mi modesta huella al tiempo que le quito ese inmerecido cero.
Un abrazo
Roberto

Gracias Roberto.
Nilda

Significativa descripción a la estación del otoño con todo lo que se logra y se puede realizar. Felicitaciones, un gusto leerte.

Otoño con su moda,
una nueva estación
girado como un ciclo
siendo testigo el sol.

Surge el rojo encendido
jugando con el viento
como alfombra extendido
al árbol corpulento.

Bajo caminando
por campos y praderas
y me voy deleitando,
alejo mis quimeras.


Surge un montón de nubes
de variados colores
y a la mente suben
evocados amores.


Trina Leé de Hidalgo
10.58 p-m.
17 - 5 - 2018.

Lindo poema Trina. Gracias.
Nilda

Hola Nilda, me ha gustado mucho esta metáfora que es toda una luz de esperanza.

Un abrazo

GUSTÉ LEERTE, poetisa
Abrazotes te envío, amigaza

Gracias Ethel y Beto.
Nilda

Muy buen trabajo! El juego metafórico inspira. Y bueno, este trabajo lo escribiste en marzo... Y en marzo apenas estamos esperando la primavera! Bueno, al menos aquí en América del Norte. Yo no sé qué pasa allá abajo del ecuador, ¿el mundo está loco acaso? O como dicen ustedes en Argentina: ¿Che, estamos todos locos?

Un placer leerte.

Gracias. Sí, acá en marzo empieza el otoño que va hasta junio.
Leí en algún lugar que ahora ya consideran solo dos estaciones porque el cambio climático complica todo y las diferencias no son tan claras ahora.
Nilda