Primer contacto luego de la fuga

Hace unos días vino un tipo a comprar guano de cabra para su viñedo. Desde que maté al puestero y me escondí en este lugar, he decidido continuar el negocio del viejo. Estas líneas han llegado hasta Letras y Algo Más porque un amigo de este portal se enteró de mi situación por el texto “Mi última Fuga”. Como es un buen hombre, el día que vino a verme le pasé mi usuario y contraseña para que los mantenga al tanto de mi desdichada situación. No es necesario explicar cómo hizo para hallarme, es una larga historia. El asunto aquí no es la identidad de mi amigo, sino lo que estas líneas dirán desde este momento.
Como estoy aislado de todo, no tengo idea que será de la vida de Alberto, los primos de Carmen ni los trajines de la policía. Aquí sólo hay cabras. Pero como les decía, vino un tipo para comprar guano. Me dio muy buena plata por el camión lleno que se llevó. Lo que no supo el tipo fue que ese guano va mezclado con harta arena. O sea, seguí con maestría los ardides del viejo puestero. Cuando las cabras cagan durante un buen tiempo, se forma una capa de guano de excelente calidad, es ahí cuando me ocupo de cubrir todo con una enorme capa de arena del desierto. Pasado un tiempo, las cabras vuelven a cagar una gruesa capa de guano, no sin antes compactarla con la arena que hay debajo. La operación se repite a lo largo de los meses. El resultado es una masa compacta que, aun siendo de poca extensión, puede llenar varios camiones y dejar buena plata.
Otro de los negocios que tengo, es el de recibir cada tanto cazadores furtivos. Vienen por el preciado guanaco, por el ñandú, el chancho y otros bichos. Como ya conozco la ruta de los guanacos, que son las piezas más valiosas, me valgo de ello para ganar plata. Los primeros días los cazadores se ven frustrados porque no dan con ningún bicho. No les digo nada, sólo espero que aumente su excitación. Al cabo de varios días de impaciencia, les ofrezco la posibilidad de matar muchos guanacos a cambio de un montón de plata. Como es de suponer, los infelices aceptan y me llevan con ellos a cazar. Como ya les dije, sé muy bien dónde están los bichos, así que los guío y los dejo a tiro para que maten todo lo que quieran. El único problema es Dirección de Recursos Naturales. Esos hijos de puta no dejan matar ni un mosquito. Tienen multas para todo. Pero como el campo es mío, y dejo entrar a quien yo quiero, los cazadores pueden desahogarse a los tiros aquí dentro. La salida del campo con guanacos o ñandúes muertos es complicada, pero no es mi problema.
Otro negocio interesante es el de los pájaros y los pumas. A veces llegan ricos excéntricos en busca de una nueva y exuberante mascota. Lo que hago es venderle cachorros de puma. Tengo cuatro para la venta en este momento. Gracias a lo que me enseñó el viejo puestero, que en paz descanse, puedo hacerme de una camada completa engañando a la mamá puma y poniéndole una bala en la cabeza. El viejo tenía una hermosa carabina escondida bajo su catre.
Así que bueno, como pueden ver, me la rebusco. Ahora espero noticias de mi amigo de Letras Y Algo Más. Necesito saber si aún me buscan. Sé que él es testarudo y considera una ridiculez hacer estas publicaciones, pero tanto él como los lectores del portal ignoran las razones. Ya lo sabrán. Por ahora confío en que ustedes no me denunciarán, porque los artistas conocen y comprenden las miserias del alma humana. Y si así lo hicieran, no podrán dar conmigo ni con el famoso IP de mi amigo.

Viva Fierro!! Viva Bairoleto!!
Hasta siempre,
El Vandolero con V

Muy lindo el relato, me gusta el estilo confidencial y amistoso en que escribe.
Nilda

Bueno, ese recurso donde hablo del IP y demás no es más que una ocurrencia y pertenece al cuento, el cual es una ficción.... Sería una estupidez de mi parte pensar que no se puede identificar mi IP, localización y demás...
Ese amigo no existe, el personaje tampoco, mi PC y red es la misma de siempre, yo soy el único que escribe y, además, no creo que alguien piense que el cuento es autobiográfico. Y si así fuere, quiere decir que la mentira está bien elaborada.