Sentir VII

Martes 10 de noviembre. Otro día caluroso y húmedo pero aceptable. Menos mal que acá se puede prender el acondicionador de aire a gusto. También el televisor. Es una forma de entretenerse si se está solo. Yo no me siento sola porque aprovecho para escribir. Estoy haciendo mi autobiografía. ¡Oh! Autobiografía, parezco una persona importante o famosa. ¿Y por qué no? Importante soy, para la gente que me quiere: familiares, amigos, compañeros de trabajo. ¿Famosa? Bueno famosa no, pero eso no es necesario.
Hoy fue un día especial, por fin tengo la foto del árbol con bastante zoom y SÍ es un nido en construcción. Me alegra tanto, se cumplirá mi deseo de que el árbol tenga su propio nido. Parece que están construyendo con ramitas pequeñas y restos de materiales de la clínica: lana de vidrio y algodón. Está bastante grande seguramente serán pájaros de mediano tamaño. Pronto los dueños del nido vendrán a la ventanita a saludarme. Qué linda aventura para contar.
Qué misteriosa es la mente. Cuánta importancia le di al tema del árbol y el nido. Debe ser porque es una forma de mantenerme ocupada, pensando en otras cosas que no sea mi salud. Pero es inspirador para crear un relato, señal de vida: el árbol, el pajarito, el tiempo. Veremos si en algún momento puedo escribir sobre estos temas.
Le dediqué poco tiempo a la maqueta hoy, aunque va bien. Quedará lindo. Me dijo la enfermera que cuando me den el alta sería bueno que deje para el piso, o sea el sector azul, en la mesita donde están los sillones para visitantes. La verdad que quedaría bien. Muchos se preguntarían sobre ella y sabrían que una paciente lo hizo. Sería bueno. Hasta podría ponerle mi nombre.

[img][/img]

¿Pueden distinguir el nido? Está en la parte superior derecha. Ampliando la foto se puede ver mejor.
Nilda