El Lolo y el Pibe, almuerzo en el taller

El Lolo y el Pibe, almuerzo en el taller

En el taller del Lolo sonaba el rock an roll de la 100
Rodrigo seguía el compás con la cabeza mientras acomodaba las herramientas en el tablero, cumpliendo con las estrictas directivas de su jefe.
Lolo, tirado debajo de la vieja ambulancia del hospital a la que mantenía gratuitamente desde que se enteró que, muchas veces, por falta de mantenimiento y presupuesto había quedado fuera de servicio, tenia engrasado hasta los pelos.

Era el mediodía y estaban atrasados en el trabajo, sobre todo con la ambulancia que debía estar en condiciones de uso lo antes posible.
En eso estaban cuando, el Lolo desde abajo de la ambulancia le pegó un grito a su empleado.

- Si querés andá a tu casa a comer pibe… yo me quedo a terminar el laburo.

- Si quiere me quedo Lolo y lo ayudo o le cebo unos mates.

- Como quieras pibe, pero… entonces hagamos una cosa… comamos algo juntos. Tomá, veni que te doy unos mangos.. andá hasta los chinos, comprá fiambre, el que te juste, un poco de queso, pan y algo para tomar.

De regreso Rodrigo volvió con el encargue, puso el fiambre, el pan y la coca sobre la mesa de trabajo y llamó a su jefe.

- Listo Lolo… venga a comer

- No pibe ¿Qué haces? ¿Como vamos a comer ahí?

- ¿Y donde quiere que lo ponga? Este es un taller.

- Claro, es un taller ¿Que mierda va a ser? Pero eso no quiere decir que comamos como dos chanchos.
Somos dos personas y aunque sea un taller y comamos unos sándwiches con una coca… hagámoslo como seres humanos, civilizados y dignos.

Rodrigo lo miró y pensó por un instante que su jefe se quería parecer a Mirta Legran.

- ¿Que me mirás pibe? ¡Dale… hablá carajo!

- Nada… que me parece que usted se está haciendo el finoli.

- ¿Que finoli pibe?… ¿Qué finoli?… Se trata de ser digno… de sentirse digno.
Mirá… uno puede comer esto como un chancho y sentirse un chancho o podes improvisar una mesa con este cajón, un mantel con el papel que está envuelto el fiambre y con lo que sobra del papel una servilleta, con la tapa del termo un vaso, ¿me seguís? Con esas dos latas de aceite unos asientos, después… te vas al baño, te lavás las manos, la cara, te peinás y te sentás a comer como una persona.

De eso se trata pibe, de respetarse, de quererse, de valorarse pero… para vos pibe, no para otro… me entendés, para vos.
¿O vos sos de los que se bañan y se arreglan bien sólo para ir al médico o para salir con una mina?

Rodrigo se sonrió y se dedicó a poner la mesa.

Lectura amena, buen uso del recurso del dialogo. Un gusto.

Que bello! los valores, principios, normas de urbanidad, hábitos, nunca se deben perder. Gracias por compartir.