¿CAMINO DE LA PERFECCIÓN?

¿Se puede pedir, esperar y abogar por hacer de lo imperfecto perfecto? Muchos factores se han de dar y complementar conjugadamente, ¡pero el propósito es posible! Entonces es consecuente pensar que incluso el hombre inicuo, vulgar y espiritualmente procaz pueda dejar de serlo comenzando con un primer y ambicioso paso: ¡Aspirar a ello! La consecución no es lo relevante...lo utópico pasa a ser relativo y lo relativo comienza a cuestionarse a sí mismo.

La perfección, sin embargo, por su condición perfecta, no es susceptible de adulteramiento; entonces la armonía, que es el preclaro paradigma de la perfección, no puede devaluarse o viciarse con impurezas desarmónicas, pues la desarmonía no es sino indicadora de la carencia...animistamente hablando: CARENCIA PRIMERA; el alma pasa a ser una realidad perfecta, si se quiere alegórica, de la misma armonía y, precisamente por perfecta, hace razonablemente creíble que una se contenga en la otra y ninguna encierre a la otra.

¿Es posible para el ser humano, además de aspirar (sin obsesiva ambición) a tal esplendor llegar a alcanzarlo, como entidad individual y socializada en plena coexistencia vital con su entorno dimensional? Llámenme idealista, soñador e iluso pero, a pesar de los peores antecedentes habidos y por haber, yo diría que SÍ.




Adanhiel.

Cabe ver qué definamos como perfección. ¿Es perfecto ser emocional, o lo es más bien ser cerebral? ¿O una mezcla de ambos? También habría que definir lo que moral y éticamente es perfecto, aunque me inclino más por la perfección ética que por la moral, pues aún aquí hay que medir de acuerdo a las innumerables varas de las doctrinas sociales y religiosas.
Tal vez la perfección es simplemente vivir en un estado de vaciedad.. no afectando ni dejándose afectar por nada. Tal vez la vaciedad contenga al todo, coeexistiendo en perfecta armonía y sin presencia de polaridades. Gracias por invitarme a reflexionar. Un saludo en la distancia.

Nada hay tan relativizable como el término PERFECCIÖN ¿verdad? Se define lo perfecto como algo estimable en su mayor grado en comparación con el resto de asemejables en clase o condición. Yo no creo que sea una cuestión valorativa, cualificable o cuantificable...ese estado de vacuidad al que aludes es la antesala indicada al camino de la perfección que reside en nuestra percepción de Dios (que no tiene por qué ser literalmente igual, ni tan siquiera similar al de el prójimo), esa vacuidad nos libera de convencionalismos culturales, de ambigüedades, de antagonismos de todo tipo y cariz antes de emprender la diáfana y compartida senda; ese ánimo armonioso que a todos iguala y congracia podríamos denominar perfección.

Si es cuestión de "dar en el clavo" pienso que con tal reflexión, presumo, has estado más que cerca.

Si hay que dejar que algo, como tú dices, nos afecte que sea el amor, pues lo hace sin coacción ni condicionantes...a partir de ahí es sencillo: simplemente, ¡¡DEJÉMOSLE ACTUAR!!

Besos.

En este tema también caemos en una dualidad.
Si el hombre procede de un ser perfecto el cual es el todo, no debería el hombre también ser perfecto?
Si en esa perfección, Dios, donde él mora, es una constante Ebullitio (Eckart) el desborde de su energía lo cual serían las almas creadas que luego vienen y se encarnan en el cuerpo imperfecto del hombre caemos en una pregunta vacía que no tiene respuesta. Si estamos todas las almas creadas en la perfección, para que nacer en un cuerpo imperfecto para luego en el transcurso de la vida finita debemos lograr alcanzar el camino a la perfección?
Sería como un gran juego donde hay niños rodeados de ricas tortas de chocolate y otros manjares y les dicen, mira pero no toques, huele pero no comas.
Y no comparto la parte teológica a este cuestionamiento a lo que ellos llaman "Libre albedrío"

Gracias

En esencia sí que somos perfectos, el que no sepamos ni queramos ver esa perfección forma parte singular en el misterio indesentrañado (que no indesentrañable) de la vida y del mismo raciocinio; este misterio no ha de reconcomernos hasta la acomplejante frustración. No demos pábulo a la ansiedad existencial, vivimos en una dimensión temporal, cíclica, paso a paso, momento a momento, logro tras logro nos acercamos a la fuente y procedencia en la que serán satisfechas todas nuestras expectativas centradas en lo que consideramos como justa y cuestionadora consecuencia.

Después de todo quizás y verdaderamente (y hago procedente uso del mayormente asimilable arquetipo) seamos ángeles caídos que hayamos querido romper lazos con la misma Eternidad partiendo de cero, creando nuestra propia "versión" divina; un desvinculamiento que daría cierto sentido al libre albedrío que, tienes razón, puede no ser tan "libre" pues sería esclavo de su propia ambición. ¿Somos libres, a pesar de todo? Yo opino que sí lo somos para reconocernos en Dios o para abjurar de Él...es así de reveladoramente simple.

Una vez más te agradezco te tomases la molestia de depositar en este modesto espacio tus valorables puntos de vista.