Decisiones

Muchas veces lo pensé sin embargo, nunca pude decidirme hasta esa tarde donde la bronca estalló de tal manera que salí a paso firme con la convicción que jamás regresaría.
Estaba enojado y angustiado. No era justa la vida conmigo y no estaba dispuesto a soportarlo.
Caminé sin rumbo encerrado en mis pensamientos y al cabo de media hora me encontraba en territorio desconocido. Llegué a lo que parecía una estación del ferrocarril, caminé un poco más, me detuve en una plaza y me senté en un banco.
Pocos minutos después la bronca no era tanta y mi decisión de marcharme casi había desaparecido.
Sin darme cuenta estaba otra vez en el barrio, mi madre me pegó el grito ¡Vamos niño que es hora de ir a la escuela!

el enojo y la angustia parecen juegos pirotecnicos, solo estallan y dejan brumas, una imagen muy bien contada en este relato.
saludos
k

Desiciones que muchas veces pensamos, de niños yo quise irme un par de veces porque los retos eran muchos. Claro, retos que sin dudas siendo niños siempre encontramos injustos. Buen micro amigo, como siempre retratando la vida en estas líneas o simplemente momentos que son tan universales. Precioso relato.

Un abrazo,

Ignacio