Atrapada entre dos mundos (cap 2)

Capitulo 2:
Comenzando el viaje

Aun miraba hacia el cristal con la confusión dibujada en el
rostro; no comprendía porque había sucedido eso, y.. si estaba muerta… ¿donde
me encontraba?.
Volteé a mirar hacia aquella sombra que, aunque estuviera
inmóvil en aquel lugar me hacia estremecer sin saber aun la razón. Dudé sobre
qué decirle, no sabía que sucedería; sabía que esto no era el cielo y mucho
menos el infierno, pero entonces.. ¿Qué era este lugar?.
Dudé un par de veces sobre que decirle, no sabía si se lo
tomaría a mal, tenía miedo, el cual era inexplicable; justo cuando abrí mi boca
para decir algo, la sombra alzó su mano para callarme antes de que yo siquiera
pronunciara una sola palabra.

-Es importante que sepan lo que les diré, y, presten
atención porque luego de esto se las arreglarán por sus propios medios –
comenzó a relatar con su siniestra voz – ya saben que esan muertos, pero no
están en ningún lugar, esto no es el cielo ni el infierno, pero creo que
preferirían muchas veces estar en este último antes que aquí – río.

Su risa tal y como era de esperarse alteró cada una de mis
terminaciones nerviosas haciendo que un escalofrío recorriera toda mi columna
sintiéndome repentinamente aterrorizada mientras sus palabras comenzaban a
retumbar en mi cabeza; me pregunte a que se refería con exactitud.

-Ustedes serán los que decidan.. que camino tomarán, si al
fina acabaran como un ángel –dijo con algo de repudio esa palabra- o.. un
demonio, viviendo en el mismo inferno.

Todos nos miramos entre sí, y pude ver como Sussan se
acercaba hasta quedar a mi lado, con una expresión ininteligible en el rostro
que no pude descifrar, sus perfectas facciones eran sustituidas pos unas que no
reflejaban nada en específico, salvo una cosa que salió a destacar sobre todo
lo demás… el temor, el miedo; a ella también le aterraba las palabras de
aquella sombra.

-¿A que… se refiere? –preguntó el pequeño Andrey algo
dubitativo.

Se escuchó una carcajada inhumana, ya que ninguna persona
en la faz de la tierra podía reir de esa manera tan diabólica como lo había
hecho aquella sombra que aun no se mostraba a la luz, y permanecía inmóvil
resguardada en las tinieblas.

-Ustedes en este momento no son más que almas en pena, no
podrán estar en paz hasta que algo sea resuelto – comenzó a relatar de nuevo –
miren, no sé que cosa sea, pero si logran salir de aquí, les espera algo mucho
peor; deberán regresar a la tierra, pero no serán los mismo, no serán humanos
y, tampoco serán espíritus, o fantasmas como los suelen llamar, aparentarán ser
humanos, aunque su belleza es inigualable al de cualquier no- muerto.
“Allí deberán tratar de solucionar todas las cosas que
hicieron mal, porque si se descuidan pueden acabar yéndose al infierno antes de
que siquiera se percaten; también deben cuidarse, ya que al menos en el cielo,
en el infierno o siendo almas en pena aun existen pero, si la obscuridad los
atrapa dejaran de existir tanto de este mundo como también el de los no.
Muertos, ya que también pueden encontrar la forma de volver a la vida… aunque
eso será casi imposible”

Tragué ruidosamente, mis pensamientos eran un completo lío,
mientras aun todo lo que ese individuo había dicho resonaba en mi cabeza sin
cesar.
Sussan notó mi expresión y me abrazó, pasándome una de sus
brazos por mis hombros y dándome una sonrisa de aliento, aunque aquella sonrisa
no llegaba hasta sus ojos, los cuales aun mostraban la turbulencia que habían
en su cabeza.

-Tranquila querida, vamos a lograr salir de aquí, los
cuatro – mientras decía eso, también miró a los hermanos Mcney; el pequeño
Andrey se mostraba muy asustado, mientras que su hermano, James, no mostraba rasgo alguno de alguna emoción; su rostro se encontraba inexpresivo, como si verdaderamente no hubiera escuchado nada, pero luego de unos instantes nos miró a nosotros tres; su rostro mostraba que había decidido algo.

-Tengo una idea para poder salir de aquí pero… habrá que
dividirnos en dos grupos – comenzó a decir con voz aun decidida, natural en un
líder; miró a su pequeño hermano – Andrey, ¿con quién de las dos chicas
prefieres ir?

El aludido se mostró sorprendido, ya que no se esperaba que
tendría que irse con una de nosotras antes que con su hermano mayor; nos miró a ambas dubitativo, pero antes de que él dijera algo, Sussan le sonrió.

-Yo iré contigo si no te molesta pequeño Andrey – dijo con
voz cariñosa, casi maternal.

El niño asintió una vez y caminó hasta quedar al lado de
Sussan; tomó su mano y ambos miraron a James.

-Andrey, por nada en el mundo sueltes la mano de Sussan –
se dirigió a su hermano y luego miró a Sussan con el rostro aun inexpresivo –
Ustedes irán por allá, através del camino que está a su izquierda y.. por
favor… cuida de mi hermano – concluyó y les ordenó que se fueran.

Sussan asintió con la cabeza, miró a Andrey y ambos
comenzaron a caminar hasta que los perdí de vista; me quedé contemplando aquel trayecto hasta que los pasos de James me hicieron voltearlo a mirar; esté tomó mi muñeca sin pronunciar ni una palabra y me haló para que comenzáramos a caminar. Lo seguí también sin decir ni una palabra, ya sus manos no se sentía tan frías, quizá porque mi cuerpo debía estar a la misma temperatura que el suyo.
El camino cada vez se tornaba más tenebroso; pronto el piso
de mármol blanco desapareció dejando solo tierra bajo nuestros pies, y las
paredes comenzaban a agrietarse con forme caminábamos más, alejándonos de aquel hermoso lugar repleto de cristales. Ninguno de los dos había dicho nada por gran parte de trayecto, hasta que por alguna razón que aun no comprendía, nos detuvimos; James me miró y luego miró a nuestro alrededor con mucha precaución.

-Mantente cerca de mí – su voz sonó algo áspera al
pronunciar aquellas palabras.

Solo asentí sin preguntar el porque, ya que su mirada
precavida me informaba que algo no andaba bien; continuamos avanzando, esta vez más aprisa que antes hasta que algo se apareció frente a nosotros; de repente el ambiente se enfrió completamente trayendo consigo un aire frío que me hizo estremecer bruscamente. Mis ojos se abrieron completamente al mirar un gran lobo, era de un color completamente negro, sus ojos eran de un rojo fuego que ardía en el interior de los mismos; el pelo de su espalda estaba erizado completamente y sus orejas echadas hacia atrás mostrándonos sus grandes y afilados dientes.

Inconscientemente me aferré al brazo de James a causa del
pavor que me provocó semejante animal, o lo que quiera que fuese, ya que no era un lobo ordinario, dado a que su estatura sobrepasaba el tamaño de James, y claro, también el mío. James lo miraba aun con su rostro inexpresivo, casi
encarando al endemoniado animal, el cual se agazapó en posición de acechó y nos comenzó a rodear preparándose para atacarnos.
James zafó mis manos de su brazo de nuevo me tomó por la muñeca

-¡Corre! – dijo y ambos comenzamos a correr alejándonos del
gigantesco animal, el cual soltó un aullido completamente aturdidor que me hizo
estremecer de tan solo escucharlo.

James corría por delante de mi, jalándome por la muñeca
para que corriera más aprisa mientras la bestia nos seguía, acercándose más a
nosotros con cada trote que daba; mostraba los dientes mientras un gruñido
rasgaba su garganta.
Justo cuando pensé que no podríamos escapar, James cambió
bruscamente de ruta, dirigiéndonos hacia una cueva que estaba al lado
izquierdo; la bestia patinó sobre la tierra y luego retomó su caza, acercándose
nuevamente hacia nosotros, pero justo ates de que lograra alcanzarme de un
mordisco, ya estábamos dentro se la pequeña cueva, o al menos pequeña para el gigantesco animal.

Nos detuvimos unos metros más adentro de la misma por si
acaso esa bestia lograba de alguna forma entrar aquí, pero en cuanto estuvimos
seguros de que no nos seguía decidimos detenernos un momento. James me miró,
esta vez su rostro mostraba un atisbo de pánico, pero no era tanto como el que
mi rostro reflejaba; me examinó con la mirada antes de hablar.

-¿Te encuentras bien? – preguntó algo inseguro, ya que el
animal estuvo apunto de atraparme en sus grandes fauces.

-Si, estoy bien – dije con voz ahogada a causa del pánico y
también del agotamiento al haber corrido tan aprisa.

James esbozó una sonrisa – Por un momento pensé que esa
bestia te tragaría – dijo con tono algo divertido, pero aun así su voz sonaba
algo áspera.

Volvió a tomarme por la muñeca y continuamos caminando,
adentrándonos cada vez más en la obscura y húmeda cueva, esperando encontrar alguna salida a la misma, puesto a que no podíamos regresar por donde entramos porque el gigantesco animal debía esta aun ahí, esperando a que volviéramos a salir para devorarnos.

Llevábamos ya mucho tiempo caminando dentro de aquella cueva,
y ninguno de los dos pronunció palabra alguna desde que comenzamos a caminar, pronto el silencio me agobió y luego de dudarlo mucho decidí intentar entablar comunicación con James.

-¿Hace cuanto estaban ahí? –pregunté

Me miró sin comprender a que me refería, por lo que
re-formulé mi pregunta - ¿Hace cuanto tiempo estaban ahí encerrados justo antes de mi llegada? – pregunté, y esta vez pareció entenderlo.

-Verdaderamente no lo sé, pero fue bastante tiempo antes de
que tu aparecieras.. –se alzó brevemente de hombros – mi hermano y yo fuimos
los primeros ahí, luego de un tiempo apareció Sussan, y por último tú… lo
extraño es.. que nunca habíamos visto esa sombra, o siquiera nos había
permitido salir antes de que llegaras

Su vista se encontraba clavada en el camino prácticamente obscuro,
en el cual no se lograba vislumbrar nada, y no comprendí como James encontraba el camino con tanta facilidad; el camino se fue tornando más confuso, comenzamos a ir en una especie de zigzag que parecía nunca acabaría. Poco a poco fuimos llegando a la salida de aquella cueva; una luz amarillezca
alumbraba radiantemente al final del camino.

Pronto estuvimos fuera de la cueva, y el lugar a nuestro
alrededor era magnífico, que me dejaba casi perpleja.. pero tal y como en la
habitación de los espejos.. las apariencias engañaban…

SIGUE

Proseguiré porque sigo atrapada... Me gusta el tema y desde ya espero el desenlace..

Felicidades.

_________________

La alegría se multiplica cuando la dividimos...
Richard Bach....

Te invitamos a que dejes comentarios en los post de tus compañeros. Al igual que tú, también ellos merecen ser comentados. Gracias

Es el final?...un final abierto.

Un relato con párrafos admirables en imaginación y redacción.

sunny

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SAWABONA HERMANOS!!!

Comentar el trabajo del compañero es una caricia al alma del poeta.-
Pinguino

LUZINTENSA
Rosita Ifrán

Buena redacción
Interesante, María, muy interesante.

Capítulo 3 terminado!! ^^

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