LA INDIFERENCIA ++++DESTACADO MARZO DE 2010++++

Tema: LA INDIFERENCIA ++++DESTACADO MARZO DE 2010++++ Dom Dic 20, 2009 2:34 pm

DESTACADO

LA INDIFERENCIA

Últimamente estoy observando una gran apatía en muchas personas que por comodidad no mueven ficha ante muchas situaciones que estamos padeciendo, y se dejan arrastrar por lo que la sociedad marca, impone y decreta, la indiferencia permite el abuso, la pobreza, los indigentes, la violencia, es la guerra fría que todos juegan sin darse cuenta, la indiferencia sólo requiere del cinismo, la soberbia , la iniquidad y la arrogancia para olvidarse de lo importa , el compromiso. Aunque por suerte, hay todavía muchas personas que saltan por encima de lo que llamamos indiferencia.

La verdad es que tenemos sentimientos encontrados y cuando sentimos indiferencia en nuestras carnes o somos observadores de la indiferencia hacia otras personas, o hacia una situación que creemos injusta o insostenible, cuando vemos la apatía de ciertas personas o entidades que hacen oídos sordos ante ciertas situaciones y no pasamos indiferentes ante todo esto, reaccionamos de diferentes modos , con el aprecio o con el desprecio, desprecio cuando nos duele en el alma , nos indignamos, tenemos reacciones coléricas, furiosas, pero nos quedamos ahí sin poder hacer nada más, porque así lo creemos o nos lo han hecho creer, dándole el poder a no sabemos qué, a algo que está fuera de nosotros porque pensamos que no podemos hacer nada más y con este sentimiento no asumimos responsabilidad alguna para transmutar esa situación.

Si el dolor se instala en nosotros ante este sentimiento, crece un poder destructivo de nuestro ser de unicidad apartándonos de la realidad y haciendo que crezca la apatía, síntoma inequívoco de la perdida de autoestima. Por el contrario, si de ese impulso de indiferencia nace la perspectiva mental y emocional que se tiene cuando se ven las cosas desde el sosiego, desde la observación, nace el impulso equilibrado de seguir tu camino de implicación ante la vida y contigo mismo, entonces de la indiferencia nace el aprendizaje.

Si la indiferencia nos gana, perderemos mucho como seres humanos.La resignación, la inquidad, el desprecio, no es la herramienta para utilizar en este tiempo, con estas actitudes nos cegamos en la cerrazón y perdemos toda razón.

La indiferencia debe de ser el impulso para salir de la mediocridad y desarrollar el ser innato, creativo, unificado, para llegar a gritarnos” yo no soy sólo este ser que habita en mi, soy el ser que también habita en ti” por eso no debo ser, permitirme, ni sentirme me indiferente.

Artículo de Luhema.

Luhema dices algo muy cierto, para mí también es sobrecogedor el observar la indiferencia de las personas hacia los demás...
Es un mal muy grande y si no la practicáramos tanto, muchas situaciones cambiarían.
Es el caso de ver que están robando a alguien, si nos uniéramos en ese momento varias personas, juro que terminaríamos con este flagelo, pero muchas veces el miedo vence y es mejor optar por la indiferencia, dar la espalda y pensar que esto no es conmigo.

Gracias compañera por dejar este tema.

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La alegría se multiplica cuando la dividimos...
Richard Bach....

Te invitamos a que dejes comentarios en los post de tus compañeros. Al igual que tú, también ellos merecen ser comentados. Gracias

¿Cuántas veces hemos sufrido la indiferencia, o hemos tenido indiferencia ante personas o cosas?

Hagamos examen de conciencia e intentemos que las cosas no nos sean indiferentes.

Gracias Etel.

LA INDIFERENCIA ++++DESTACADO MARZO DE 2010++++ Responsabilidad-social

Muy bueno, interesante e ilustrativo tu artículo, Luhema. La indiferencia es hoy por hoy una de las grandes enfermedades de la actual sociedad toda siendo una de las razones de todos los males que padecemos ya que con nuestra indiferencia lo único que reforzamos es nuestra capacidad crítica de ver lo que tenemos delante.

Lo que, a mi parecer y entre otras razones, provoca la indiferencia es una falta de fe y esperanza en uno mismo, en el conjunto de la sociedad y que no ocurre por casualidad sino que son síntomas que nos vienen porque somos víctimas de, como tú misma has dicho, de nuestro egoísmo e indiferencia ante tanta injusticia que soportamos. La indiferencia nos llega cuando descubrimos nuestras flaquezas, nuestras pocas convicciones en nosotros mismos primero y en el sistema de que formamos partes después; también es, creo yo, un acto de cobardía innato en el Ser humano.

Esta indiferencia que padecemos y que sostenemos nos hace cómplices de muchos males que no queremos ver y que al mismo tiempo nos convierte en culpables de lo que padecemos; no vale criticar instituciones, partidos políticos, criminalizar a personajes si luego practicamos la pasividad como única actitud frente a lo que sufrimos; dicho ésto creo que no es correcto decir que existen, por ejemplo, dictaduras políticas sino sociedades cómplices de éstas con más respomsabilidad pero con menos actitud e incluso aptitud para evitar lo evitable.

Vivimos en una sociedad no cómoda sino acomodada y por lo tanto no somos capaces de ver y menos aún sufrir muchas de las carencias que esta misma sociedad tiene, es por ello que nos apartamos de esa realidad por miedo y más miedo aún nos produce perder los privilegios, los cada vez menos privilegios, que hemos adquirido, conseguidos o arrebatados a otros de maneras a veces mas que dudosa; todo eso crea y genera dudas y de esas dudas nos llegan nuestros miedos y de éstos la indiferencia que viene a ser el mayor acto de desprecio de nosotros mismos hacia nosotros mismos como colectivo humano. Creo.

Teknarit, Francia.

Citación :: Vivimos en una sociedad no cómoda sino acomodada y por lo tanto no somos capaces de ver y menos aún sufrir muchas de las carencias que esta misma sociedad tiene

Gracias Tek, por pasarte por este artículo y dejar tu opinión siempre tan acertada.

Aun hay fuerza y por consiguiente esperanza donde se ven arranques violentos, pero cuando se apaga todo movimiento, cuando no hay pulso, cuando el frió ha llegado al corazón ¿Qué esperar entonces, sino una próxima e inevitable disolución?
(Lamennais)

la indiferencia en todo, y en mayor medida en lo social, es la negación misma del Ser. Para él todo aquel que ha asumido la indiferencia, que ha llegado a ambicionar la nada y que se encamina a la muerte, física e intelectual, como única esperanza, si logra superar este estado, superando la indiferencia, necesariamente se estrellará con la existencia viva, con el Ser, que se encontraba oculto para él.

La indiferencia nace cuando no hay creencias, cuando nada nos atrae y nada nos llama a asumir la defensa de lo que, alguna vez, encontramos justo y bueno. Existen distintos modos de indiferencia: se puede ser indiferente por convicción; o ser indiferente por pereza.

El indiferente por convicción posee una idea, la que lo aísla de la realidad, que lo separa de los demás, que lo impulsa a no tomar ningún compromiso, que no se compromete con nadie y con nada, una idea que paraliza su hacer, que no le permite actuar, más si éste se opone o niega su ideal.

El indiferente por pereza, confesar esta indiferencia es confesar una falta, la de no participar por flojera por comodidad y cansancio ¿De qué? La de no querer participar por falta de deseos incluido el de pensar y asumir una opción, esto solo es mala fe, ante esta indiferencia lo único que queda por hacer es tratar de sacarlo de su error, lo que es más fácil que con el indiferente por convicción.

La indiferencia es una máscara del egoísmo que utiliza para ocultarse y no aparecer como tal.

Cuando la indiferencia es producto del miedo, de la cobardía, siempre tratamos de justificarnos, y los argumentos que nos damos que son los que nos permiten vivir en la indiferencia, por el hecho de justificar toda nuestra existencia, se convierten en una doctrina que traspasa todo nuestro pensamiento, pero tenemos que entender que no son nada más que un no querer reconocer el miedo o la cobardía para no luchar contra lo que nos oprime y nos impulsa a no participar.

Además tenemos que pensar que si no actuamos por miedo, esto lo ocasiona otro o algo que nos atemoriza, y en este caso ocurre que "se que soy yo y no otro, por la conciencia de mi propia voluntad. Si otra voluntad operase en mi, no seria yo, sino instrumento de otro, sería cosa de otro, que es lo que se llama esclavitud".

Es por ello que no debemos darle autoridad a la indolencia ni justificar el cansancio, porque en algún momento de nuestra vida nos hemos decepcionado de lo que hacemos o de lo que queríamos hacer, esa misma decepción, si verdaderamente la sentimos, nos debe hacer pensar, que si la sentimos, es porque todavía nos queda algo en que creer, que aun creemos en nosotros mismos, que todavía creemos en el futuro y que algo podemos hacer por él.

Para terminar, tenemos que pensar que un ser vacío de todo deseo, de todo objetivo, que no tenga nada de nada que aportar, en una palabra un ser miserable, no puede sentir el dolor que siente un ser que ve que su indiferencia permite que otros hagan con todos lo que ellos quieren sin oposición.

extraido de Mario Fuentes Bizama

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