Mi amiga Roxana (cap 8)

Tema: Mi amiga Roxana (cap 8) Miér Abr 01, 2009 8:45 pm

Mi amiga Roxana capitulo 8

Me quedò grabada en las retinas la cara de ese desgraciado, con que odio me mirò, y luego sus dedos ¡Ajjjj! ¡que asco! ¡Menos mal que estaba “mi superman” para socorrerme! Pobre Cristian… èl es tan bueno, pero no puedo verlo como “algo màs”, siempre va a ser para mì
un gran amigo.
Papà ya moviò todas su influencias en tribunales y consiguiò un abogado para nosotras y para Roxana, pero lo primero que tiene que hacer ella es ir a la psicòloga. El desgraciado la maltrataba y la tenìa amenazada, todo lo que mi amiga contaba de su relaciòn con Jorge no era mas que el producto de su fantasìa en la negaciòn de la realidad.
Estuve hablando con mamà y pensamos que es mejor que Roxana se quede en casa con nosotros, porque no sabemos por què no quiere ir a casa de su madre. Pienso en eso y recuerdo el sueño que tuve la otra mañana, con el abuelo de Rosi, es que ahora que sè que Roxana niega lo que a ella la hace infeliz, llego a pensar que su infancia no fuè tan linda, ni su madre tan perfecta.
Llegamos a Colon al 1200 con mamà, nos atiende por el portero elèctrico y subimos por el ascensor. Como siempre al llegar al segundo piso, la puerta del depto de Rosi està abierta, al entrar encuentro a mi amiga con un montòn de fotos rotas sobre la mesa, en una caja un montòn de cositas como : adornos, cuadritos, llamadores de àngeles (que ella coleccionaba), peluches que su mamà le traìa cada vez que pasaba dos
semanas sin verla.
La sonrisa no se muda de la cara de Roxana, en ella tiene estadìa permanente. Nos abrazamos, como de costumbre y nos decimos todo lo que nos queremos, tambien como de costumbre.
_ Estoy haciendo limpieza… me agarraron “con las manos en la masa”- dice con carita de pìcara.
_ ¿Y ahora que vas a hacer? –pregunto.
_ No sè –dice con voz suavecita.
_ Venì a vivir a casa –la invita mamà- si querès podes compartir el dormitorio con ella.
_ ¡Daaaale! Prometo mantener el orden en mi cuarto, uf! Que sacrificio.
_ Mi madre quiere que vuelva a vivir a su casa pero… no, ahì ya dije que no vuelvo màs. Tengo muy malos recuerdos –dice Ro haciendo garabatos con un dedo sobre la mesa.
_ ¿Qué clase de recuerdos? –interrogo mientras me siento a su lado y la tomo de la mano.
_ Mirà, amiga, ahora que se descubriò todo esto de mi relaciòn con Jorge, y que el juez seguramente va a pedir pericias psiquiàtricas, creo que es mejor que hable con ustedes primero que han sido tan buenas conmigo. Cuando tenìa cuatro años me despertaba soñando con un hombre que me tapaba la boca para que no hable y me decìa despacito al oido “no le digas nada a tu mamà porque sino te mato”. Cada vez que le contaba
esto a mi madre, mi abuelo le decìa: “no hagas caso, yo tenìa la misma
pesadilla”, yo lloraba porque mamà no me creìa, ella decìa que era por mirar tantas pelìculas. Mamà trabajaba todo el dìa y yo quedaba al cuidado de mi abuelo, las pesadillas seguìan ocurriendo hasta que un dìa me dì cuenta, ya con nueve años, que mi abuelo me daba una pastilla mezclada con la cena y èl era mi pesadilla. Abusò de mì hasta los once años, cuando al fìn mi madre me creyò lo que le contaba.
Me siento aturdida, el estòmago se me revuelve, corro al baño y vomito todo lo que tenìa dentro. Mamà està paralizada, ni siquiera se diò cuenta que yo me levantè de la silla.
Rosi llora en silencio y luego sigue contando:
_ Mamà me pidiò “por favor” que no hable de esto con nadie –sigue relatando-, porque segùn ella estas cosas pasan en algunas familias, pero a mì este silencio por tantos años me ha hecho mucho mal. Por esto a mis once años nos fuimos a vivir a Buenos Aires, allì por lo menos estaba tranquila, aunque comencè a darme cuenta de lo que mi abuelo me habìa hecho, imaginensè mis amigas todas vìrgenes soñando con su primera vez y yo …. Bueno, yo habìa perdido la virginidad alguna noche que … vaya uno a saber cuando fuè. Un dìa un chico me invitò a salir, yo tenìa dieciseis, estaba tan ilusionada con verlo y cuando le dije a mamà me empezò a gritar que yo era una “¡loca, atorranta…con lo que te pasò y ahora querès hacerte la divina!”, salì corriendo, crucè la calle sin mirar y me atropellò un auto, me quebrò una pierna y un brazo. Mamà se hizo la sorprendida, como si no hubiera tenido nada que ver con el accidente, me hizo tratar con rehabilitaciòn y “aquì no pasò nada”. No se volviò a tocar el tema, en realidad no tocabamos ningùn tema, ya que casi no hablàbamos. El dìa que cumplì diecinueve años, mi abuelo me llama
por telèfono para saludarme y pedirme perdòn, ¡¡¡me diò un asco!!! Me decìa : mi nena, mi chiquita adorada… y yo solo lo escuchaba, hasta que ya no dì mas y le dije: “¿por què me hiciste esto abuelo? ¿Sabìas que me arruinaste la vida y vos te condenaste a fuego eterno? Como me decìas vos que me iba a pasar si no me portaba bien en la escuela”. Empezò a llorar y me decìa “nena…perdoname!” y yo le dije que nunca lo iba a
perdonar. Hubo un silencio y se sintiò un disparo… el muy hijo de puta se suicidò mientras estaba comunicado conmigo para que a mì me dè cargo de conciencia. Por eso es que cuando muriò mi abuelo nos volvimos a Mar del Plata, aquì lo conocì a Jorge, al principio era genial, comprensivo, atento… y luego comenzò a mostrarse como lo que es: un monstruo.
Nunca conocì a otro hombre, no he tenido mas novio que Jorge ya hace tres años que estamos de novios.
_ ¡¡¡Tres años!!! ¿Y por què no nos lo contaste antes? Yo lo sè desde hace un año nada mas- digo sorprendida.
_ Es que yo sabìa que ustedes, mis amigas, no iban a aprobar mi relaciòn con èl, y yo ya estaba presa de èl y de su maltrato.
Otra vez los oidos me zumban, el ruido es ensordecedor… creo que voy a desmayarme…. no soporto tanta historia de porquerìa, tanto dolor…son como pequeñas puñaladas en el pecho que no me causan la muerte pero que me hacen sufrir muchìsimo. Mamà està muda, las manos le tiemblan y su mirada està en el piso, Roxana tiene la cara desencajada parece que tuviera como veinte años màs, es impresionante verla, ahora està igualita a su madre.
Me levanto de la silla, abro el placard, tomo la valija de cuero y comienzo a poner la ropa de Roxana. Ella me mira sin reaccionar, creo que ya decidiò ir con nosotros, es que no puede quedar sola, a pesar de que Jorge està detenido, uno nunca sabe que puede pasarle. Toma su cartera, busca una carpeta con documentación, la pone dentro
de la valija y con aire de resignaciòn, nos mira, nos sonrìe y dice:
_ Ya estoy lista, vamos pero…. Yo no pienso tender tu cama ¿eh?- me dice apuntandome con el ìndice derecho.
Caminamos hasta el auto como arrastrando los pies, creo que es el peso de tanta basura que se nos pegò en los oidos. Quiero llegar a casa y bañarme, me siento sucia, como si fuera yo la abusada, debo pensar de que manera puedo ayudarla… no quiero llegar a casa y hablar de lo mismo todo el tiempo, quizàs lo mejor sea que practiquemos algùn
deporte y aprendamos algùn tipo de danza, eso nos vendrìa bièn, por lo menos a mì, que estoy con unos kilitosde màs.

Tema: Re: Mi amiga Roxana (cap 8) Sáb Abr 04, 2009 6:03 pm

Continùo leyendo Graciela.

De verdad que sos buena narrando o relatando!!

Obviamente es tu fuerte, amiga.

TE RE sigo... vamos a ver què pasa..

Excelente, Graciela, de verdad...

Tema: Re: Mi amiga Roxana (cap 8) Dom Abr 05, 2009 1:10 am

Como que se abrio una caja de pandora,que no me sorprendio,pues en los capitulos anteriores se puede prever estas circunstancias de la vida de Roxi.
Vemos cual es el final que le das

Tema: Re: Mi amiga Roxana (cap 8) Lun Abr 13, 2009 1:34 am

Bueno, quias el capitulo con mas carga de ramatismo de todos los anteriores y que bueno, se diferencia de los anteriores en que aqui tomaste un respiro y lo hiciste un poco mas lento... la parte triste de la historia, pero en donde se ve un nuevo renacer en la vida de Roxana...es posible vislumbrar y reflexionar mucho acerca de estas realidades, traumas que son callados y que finalmente solo traen esa amgustia interna...Roxana se libera aqui, se muestra como realmente es...la sonri sa eterna del principio, era solo una solapada o careta con que enfrentarse a si misma...un buen capitulo, en el que das un giro, y nos muestras una realidad, y un atisbo de final que espero sea feliz...al menos, asi parece...

Un abrazo,

Ignacio

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