El "Beso". (Evangelio según la Caye) parte 14

EL BESO 14


En silencio, todos vivieron como uno solo la experiencia de sentirse vibrar en el presente. Recibiendo con aquel lavado, todo el cariño que Jesús les procesaba. Por sus pies iban saliendo todos los pensamientos del pasado, los conceptos, las intrigas, los juicios, las emociones... Se sintieron inmaculados por primera vez, completamente inocentes, como recién nacidos a una nueva forma de vida. La vida de la verdadera conciencia, de la verdadera existencia, fuera del tiempo.
En cada uno de ellos, Jesús iba cambiando el agua, vaciando la jofaina y vertiendo de un cántaro nuevo en cada lavado. Todo ello con parsimonia, con dedicación, como si se tratara del mas sagrado de los rituales.
Cuando hubo acabado, se colocó nuevamente en su asiento y les empezó a hablar en esta forma:
-Amados míos, en verdad os digo que este gesto es una forma de enseñaros que no existe separación entre ninguno de los hijos de mi Padre. Habréis observado que en cada uno el agua estaba cristalina. Sin embargo, se trata de la misma agua que va a moverse por la tierra, limpiando y arrastrando a su paso toda impureza. En su recorrido, como agua que es, va a ir nutriéndose de cuantos componentes halle en su camino. A pesar de estar depositada en diferentes recipientes, es la misma esencia. Ocurre lo mismo con vosotros. Vuestros cuerpos son tan solo el recipiente de la misma esencia, salida de Dios. Cada recipiente tiene sus características, su misión y su cometido, mas, una vez cumplido, el agua sigue su camino hacia nuevas experiencias, que la irán enriqueciendo sin perder su verdadera naturaleza en ningún sentido. De igual modo, cada uno de vosotros representa las características necesarias para que el ciclo continúe.
En este planeta el número de personas se ha de multiplicar constantemente, nacerán muchos recipientes nuevos que serán llenados con la mima esencia que hoy representáis cada uno de vosotros. Es necesario que entendáis esto, puesto que el mismo espíritu, el mismo ser que hoy os habita a cada uno, ha de repartirse en numerosos recipientes en el futuro. Quiero dejar por ello todos estos conocimientos impregnados en vuestras células para que sea transmitido a vuestros descendientes directos y a los nuevos recipientes que habréis de habitar en cada generación. De ese modo, aunque hoy no podáis entender del todo mis palabras, éstas permanecerán en vuestra esencia hasta el día en que deban ser comprendidas y expresadas por quienes corresponda. Todo ello habrá de suceder en el amanecer del nuevo tiempo del que siempre os hablo. El tiempo en el que todos nos volveremos a encontrar y nos haremos conscientes de la única realidad: “Que todos somos uno y el mismo”.
Durante cientos de años habitareis los distintos cuerpos que nacerán en la Tierra, mas, cuando llegue el nuevo tiempo, bajarán nuevos espíritus del cielo. Agua nueva será vertida por el hombre del cántaro, agua azul, un azul índigo que vendrá limpio de conceptos, habitando a las criaturas que habrán de traer la buena nueva de una luz resplandeciente, criaturas que no se dejarán influir por las inquietudes mundanas de sus antepasados, pues ellas traerán instrucciones directas del Padre para la realización definitiva del verdadero paraíso en que ha de convertirse nuestro amado planeta. Un paraíso donde no habrán prohibiciones, por tanto, no habrán desobediencias, y por ende, no habrán represalias. Un paraíso real, donde cada uno se hará consciente de la unión, dentro de la separación de los cuerpos, de los recipientes. Así pues, el comportamiento de todos ellos será en principio rebelde e inquieto, pues habrán de venir a deshacer todo cuanto se haya hecho mal en el tiempo de oscuridad que nos espera. Ellos avanzarán por la vida tomando puestos de responsabilidad donde su influencia habrá de ser decisiva para el cambio de mentalidad de las masas. Ellos traerán la comprensión real de estas palabras, puesto que habrán de venir del mismo lugar de donde yo he venido: Del útero Divino.
Vuestro cometido, sin embargo es transportar estas verdades a los habitantes de ahora, a los que poblarán la tierra durante los siglos venideros para que, cuando llegue el momento, todos sean salvados al “reconectar” con estas mismas verdades. Puesto que Mi Padre no ha de dejar perder ni una gota de agua de su manantial.

Todos escuchaban al Maestro en silencio. Con las mentes limpias, completamente en blanco, no podían mas que dejar entrar la información, pese a que en aquel momento no pudieran captar del todo la comprensión de esas enseñanzas. La Paz que envolvía a todos, la dicha que compartían hablaba por sí misma. Jesús se dio cuenta y por ello, tras una pausa, volvió a hablar.

-Cuando la mente se aquieta, se desvanece la ilusión de la separación. Ya no existen los conceptos. Esto quiere decir que, da igual el recorrido del agua, da lo mismo el recipiente donde repose por un tiempo, todas las aguas terminan en el océano del Padre. Aunque puede que algunas gotas se demoren mas en volver a El, esa demora ha de hacer que esa gota acumule mas experiencias, mas información y mas riqueza para compartir con el resto, en el vaciado. Así pues no juzguéis a ninguno de vuestros hermanos por pretender que están mas atrasados en evolución y conciencia, al observar una conducta diferente a las indicadas en las escrituras. Nada de lo que sucede, sucede sin la Voluntad de Mi Padre. Ocurre que en el estado de limitación, no veis mas allá y eso hace que nazcan conceptos, siempre erróneos de la realidad última de la Creación. Puesto que mientras mas al extremo del mal llegue un ser, mas puede alcanzar el extremo del bien. Habrá de llegar un día en que el bien y el mal se tomen de la mano, compartan un abrazo y se fundan en un sagrado beso.

Al decir esto, Jesús miró a los ojos al Iscariote y este, comprendiendo el mensaje asintió levemente con la cabeza en un gesto que pasó desapercibido por el resto.
Judas, que estaba sentado en la parte izquierda del Maestro, a su lado, sintió como los ojos se le humedecían. El era el “malo”. La representación del mal para las generaciones venideras. Lo sabía y lo tenía asumido, pero, entender su cometido de esa nueva forma, en ese nuevo enfoque, le hizo estremecer de felicidad. Jesús lo estaba ensalzando, le estaba dando su sitio en el Paraíso, un sitio además, privilegiado, no por preferencia, sino por méritos propios. Eso le llegó al Alma.

-La noche va a ser larga, hay mucho que deseo compartir antes de mi partida. Sin embargo, no quiero dejar de deciros algo que puede ser olvidado deliberadamente y por necesidad. Me estoy refiriendo al amor entre vosotros y las mujeres.- Hizo una nueva pausa para ver la reacción de sus amigos y luego continuó.
-Todos sabéis del amor que comparto con Maria. Ella ha sido mi compañera en este viaje. Su Ser exquisito me ha nutrido de amor, ternura y comprensión, tan necesarios para todo ser humano en el camino. Mas si he podido nutrirme de ella ha sido porque a la vez, en cada encuentro carnal, hemos compartido amor, paz y reconocimiento. La pureza a la que se refieren las escrituras antiguas no tiene nada que ver con la castidad. En verdad os digo que las mujeres tienen mucho que ofrecer a vuestras vidas. Si deseáis engendrarlas, habrá de ser con el mas puro amor y el mas consciente reconocimiento a su esencia Divina. Ellas no son el recipiente de vuestras miserias ni de vuestras ansias. Por mas intensamente que las deseéis, habréis de tener paciencia para mostrar vuestro respeto, frenando el instinto carnal hasta verlas dispuestas a la entrega, pues ellas que son por su naturaleza mas conscientes del amor, intuyen en cada gesto cuando deben entregarse y cuando no. Se que esto que os pido es lo mas difícil de realizar, mas queda dicho, para ser recordado en el momento oportuno. Aunque mi deseo sea que lo vivierais desde ahora y para siempre, soy consciente de que por vuestra genuina libertad, tomareis el rumbo que os indique vuestro instinto, todavía no superado. Así pues, cualquier excusa habrá de ser suficiente para dejar en el olvido esta nueva indicación.
Diciendo eso, Jesús miró nuevamente a Judas en un gesto de complicidad y éste comprendió una vez mas la importancia del gesto que en breve iban a compartir: El beso. (Excusa mas que suficiente como para no tomar en cuenta algo tan sagrado como el amor a las mujeres). Su cabeza ya no podía permanecer en blanco, como el resto de sus compañeros, en ella bullían de nuevo miles de revelaciones que le harían preso de nuevos desasosiegos. Esperaba solo la señal, una señal que ambos habían pactado, para salir de inmediato en busca de Zerot e informarle del lugar de encuentro donde debía ser arrestado. Jesús captó ese desasosiego y posó la mano en su hombro con un inmenso cariño. Judas se tranquilizó y permaneció a la espera de las nuevas palabras del Maestro.

-Sois 12 apóstoles. Doce tipos de energías diferentes. Doce radios de una misma rueda que habrá de girar durante siglos para recorrer el camino hacia la liberación del hombre. Cada uno de vosotros habrá de representar las características acentuadas de su propia naturaleza y cada uno de vuestros espíritus habitará los cuerpos que nazcan en los periodos que represente esa misma naturaleza. Para que así, en esa mezcla de características, se forme lo que llamamos el mundo moderno.

-Andrés, empezaré por ti, puesto que fuiste el primero en mostrarte ante mí, en entregar tu voluntad a mi causa, por ello tu serás el carnero...


CONTINUARÁ...

Un discurso pleno, hermoso, integral e imperecedero...un relato nuevamente impresionante Caye, que atrapa por su concepcion espiritual de ver al mundo, profetizando, trnsmitiendo lo que sería su mision en via de los apostoles, para la humanidad entera...hay de todo, habla de amor, de las muejers, del futuro, del bien y del mal, en fin, un texto completisimo que me ha dejado con ganas de leer mas...impresionante como siempre Caye...

Te sigo...

Un abrazo,

Ignacio