Después de haber ido al cementerio en las dos oportunidades que relaté, pasada la medianoche, nunca pensé que en el régimen militar en 1973 el Comandante de las fuerzas en Coronel y Lota nos iba a ordenar concurrir al cementerio a un pequeño grupo de detectives junto a soldados y carabineros ( policía uniformada ).
No sé si algún otro detective le contó al oficial superior mis escasos temores, menos a los fantasmas. Y así me vi caminando, otra vez, por los senderos del campo santo una medianoche iluminada por la luna llena.
Como siempre pasamos a la casa habitación del encargado del cementerio para avisarle que íbamos a revisar un sepulcro en el que habíamos tenido antecedentes que se escondían armas y que existía la posibilidad de encontrar a alguien escondiendo o sacando armas de alguna tumba.
Junto a nosotros, concurrieron carabineros ( policía uniformada ) y soldados, al frente de todos iba el Comandante de Ejército y varios tenientes algo más jóvenes que este relator.
Iba conversando con tenientes y suboficiales del Ejército por el camino principal, junto a las tumbas llamadas nichos, cuando repentinamente un soldado mostró estos sepulcros y …… vimos ¡¡¡ LA SOMBRA DE LA MUERTE !!!
Francamente yo había visto en el cine la Muerte, con su rostro de calavera cubierto con una capucha negra y una guadaña cargándola en su hombro. Pero, pero …… ver esa sombra sobre las lápidas de los nichos nos sorprendió tanto que miramos desde donde iluminaba la luna llena y no logramos ver a nadie.
Nos detuvimos buscando una explicación lógica, hasta que uno de los jóvenes soldados largó una carcajada y señaló más atrás y … también nos reímos ( aliviados, por cierto ), pues vimos que uno de los tenientes, muy flaco, iba en la parte alta del campo santo cargando un pico en su hombro y con andar muy encorvado … su sombra provocaba con la luz de la luna sobre la pared formada por los nichos como si fuera la mítica de la MUERTE.
Concluimos nuestra labor ( no encontramos ni una bala siquiera ) y los oficiales del Ejército le hacían chistes al pobre flaco soldado que recibió el apodo SOMBRA DE LA MUERTE.