Migrantes.

Migrantes.


-¡Largo! ¡Largo de acá! Has traspasado los límites del país de los lobos, todo éste territorio es nuestro, así que lárgate o no la contarás-

El coyote escapó despavorido ante las amenazas del lobo y el viejo búho, que contemplaba la escena como testigo mudo desde lo alto de un árbol, rompió su silencio y a todo pulmón gritó al lobo:
-¡Ea! ¡Tú, lobo abusivo! Déjame te digo que ése país tuyo del que hablas está en mi planeta así que los que tendrían que largarse de mi planeta son ustedes, lobos abusadores y sectarios. Mi planeta es de todos y para todos-

El lobo se aseguró que el coyote hubierase ido lejos y mantener así su coto de caza libre de competencia. Las palabras del búho aunque sabias y justas, rebotaron en el pelaje gris del lobo, tan gris y oscuro como su alma. Eso sí, las ardillas del árbol vecino se regocijaron con el mensaje reivindicatorio de la vieja rapaz nocturna.

P.D. Cuento dedicado a todos los migrantes del mundo que por una razón o por otra han abandonado su tierra. Pero nos queda el planeta, de éste planeta sí que no nos pueden echar… Por lo pronto.

Sabias letras, hoy nos compartes.
Las idas y venidas de las poblaciones, cumplen un recorrido a semejanza de las mareas.
Y el mundo mira hacia otro lado, como es su costumbre.
Shalom amigazo

Siempre este tema me ha llamado la atención, escenas que se repiten a diario y como dice Eitán, quienes pueden dar la mano miran para otro lugar.
¿Será que el hombre debe ser migrante hasta de su propio lugar y hasta de sí mismos?


Felicidades

Gracias Beto, Ethel y Alejandra por su visita y amable comentario.
Saludos fraternos para ustedes.