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 QUE LOS HAY, LOS HAY

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Alejandra Correas Vázquez
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Alejandra Correas Vázquez


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MensajeTema: QUE LOS HAY, LOS HAY   QUE LOS HAY, LOS HAY Icon_minitimeMar Jul 28, 2020 3:09 pm

Que Los Hay ... Los Hay
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(EL  FANTASMA   DEL   RIVERA)

Córdoba la Docta, ciudad de Argentina con tradición colonial y universitaria, es hija de los profesores Jesuitas expulsados por un rey Borbón, Carlos III, de mal recuerdo para los cordobeses. También de marranos lusitanos acusados de circuncisos, vascongados de origen calvinista, andaluces y valencianos con pasado islámico, todos ellos llegados al mismo tiempo en período colonial (s.XVI al XVIII). Y luego más adelante con la inmigración del siglo XIX de italianos carbonarios o españoles anarquistas.

Esta sociedad provinciana cordobesa con liberales a ultranza, no era devota (como las demás provincias argentinas) de las numerosas Vírgenes importadas o Isis Negras locales. A saber: la del Valle, la de Itatí, de la Carrodilla, de Luján, sean autóctonas o llegadas allende los mares. Incluso la importada propia cordobesa desde el Perú y un mentado naufragio —la Virgen del Milagro— era por su condición misma, totalmente oficialista y burocrática.

Córdoba no tenía los mitos “virginales” propios con resonancia popular de cuño católico que se evidencia en otros rincones del país. Córdoba era intelectual, racionalista y profanaba las iglesias en medio de la Semana Santa de 1918 durante los días álgidos y movidos de la Reforma Universitaria (desnudando a los santos cubiertos por telas moradas). Así nacería la agrupación de consejeros estudiantiles llamada “Franja Morada”.

¡ Pero en sus fantasmas sí creía !

No tenía esto una explicación válida o posible. La única explicación era que los habían visto o sentido caminar… simplemente...  El Monserrat, el Paseo Sobremonte, el Calicanto, el teatro Rivera Indarte, el Pabellón de las Industrias o las antiguas casas Jesuíticas, eran su permanente escenario. Estaban todas estas residencias plagadas por formas emergentes de la cuarta dimensión.

El fantasma del teatro Rivera Indarte era muy peculiar. Pedía solamente un asiento, un palco, una fila, un piso... que llevaba siempre el número 2. Asiento 22. Segunda fila. Palco 2. Piso 2. O fila 22 ...Etc.Etc.Etc. Se lo describía como un hombre fino de apariencia madura, muy elegante, de frac o traje negro, realmente un habitué vestido para una gran gala, aunque apareciese cuando el teatro estaba sin función. No es el Rivera Indarte un teatro que pueda estar cerrado durante las horas diurnas, pues al ser él una propiedad provincial sus numerosas e inmensas dependencias son utilizadas para varias actividades culturales. Cualquier ciudadano lo encuentra abierto durante el día ....¡Entonces llega el señor del número 2..!

Nunca se lo ha visto entrar desde la calle pues vive allí. Los encargados de cobrar las entradas no lo han visto ni adquirirlas, ni entregar su ticket. Pero espera en los pasillos o escaleras al acomodador. Solicita el palco 2, o la segunda fila, o el asiento 22, cuando casi no hay público, porque está ansioso de ocupar su lugar (según explica) pues él llega entre los primeros en los días de concierto u ópera. El desprevenido muchacho de uniforme abotonado lo lleva hasta el sitio requerido, se lo ofrece con ademanes estudiados, torna la cabeza en atención a la elegancia del caballero, comienza a articular unas palabras elegidas, que lleva especialmente preparadas para el caso...¡ y ya no lo tiene más a su lado!

Otras veces llega después de una función de gala, pero siempre elegantemente vestido, como si fuera día de ópera. En esos casos se acerca a una de las oficinas de la sección cultural y saluda siempre con fineza. Habla con alguno de los oficinistas allí habituales (quienes en realidad son gente de alcurnia intelectual a cargo de una secretaría oficial) y le dice que ha olvidado un objeto de su propiedad, la noche anterior al retirarse del teatro. El aludido lo mira con sorpresa pues no es horario de función... Pero lo escucha.

Ha olvidado un guante claro (y le muestra el otro) o una bufanda también clara que hace juego con su obscuro traje de gala. Siempre ha perdido algo: prismáticos de nácar, billeteras llenas, paraguas con mango labrado de marfil en días de lluvia. Todo suntuario. O se ha dejado alguna cosa pequeña escondida detrás de un asiento y de mucho valor, que debe buscar personalmente pues no confía en la honradez del encargado de limpieza. Por precaución, desea llegar antes que él.

Habla con serenidad. Tiene convicción. Tiene distinción. Y hay que acompañarlo con premura hasta el palco 2, el piso 2, o el asiento 22. El personaje de la oficina cultural deja entonces sus carpetas, su máquina de escribir, sus archivos, para acompañarlo. Le recalca al elegante caballero que ésa no es su función allí, en el Rivera, pues él no es un conserje ni un barredor de teatro. Pero no importa, ya que el señor es muy elegante.

Lo acompaña. Sube con él las largas escalinatas de mármol blanco en dirección a los palcos. Siente atrás suyo sus pasos por esas escaleras que llevan hacia el segundo piso. Entra en la platea delante de él, en la semipenumbra del Teatro Rivera Indarte, cerrado. Busca el número 22222 solicitado. ¡Y comprende que está solo!...

¡El Fantasma del Rivera Indarte se ha burlado también de él ...que es un intelectual!

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Alejandra Correas Vázquez
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Jaime Olate
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Jaime Olate


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Mención Mención: -Escritor con textos DESTACADOS
Mención Mención: Lobo ,El Detective. Texto EXCEPCIONAL
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MensajeTema: Re: QUE LOS HAY, LOS HAY   QUE LOS HAY, LOS HAY Icon_minitimeMar Jul 28, 2020 5:34 pm

Hay tantas historias de fantasmas- Unas divertidas, otras horripilantes, ... todas salidas de la mente humana ... incluida la mía para entretener a quienes me leen.
Sí, a veces pienso que soy un fantasma ... infiltrado entre los vivos.

Excelente relato, muy bien escrito y esa gracia que tienen estos relatos que hacen sonreír.

affraid
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Alejandra Correas Vázquez
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Alejandra Correas Vázquez


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MensajeTema: Re: QUE LOS HAY, LOS HAY   QUE LOS HAY, LOS HAY Icon_minitimeMiér Jul 29, 2020 1:30 pm

Mil gracias Jaime por tus comentarios, siempre muy exactos.... En la zona de Poesía del foro puse un poema mío

Alejandra
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chocollo
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MensajeTema: Re: QUE LOS HAY, LOS HAY   QUE LOS HAY, LOS HAY Icon_minitimeDom Ago 02, 2020 3:00 pm

DE PISTACOS
Ayer te comente la noticia del día en la TV, y los diarios, en la que la policía peruana informaba sobre la captura de una banda de "pistacos" dedicada a matar gente para hacerlos chicharon , sacarles la grasa y venderla al extranjero, al precio de quince mil dólares el litro.
Esta creencia en la sierra peruana es comparable a la del "chupa cabras" en Centro América, pero estos solo chupan  sangre, como los políticos, y sacan los órganos con una limpieza de laser en el corte.

Aquí alguna prensa ha criticado la noticia, diciendo que esta denota una total falta de seriedad por parte de la policía, que en el contexto internacional deben de creernos unos salvajes, cosa que no dudo pero no por el "pistaco", y que nadie que sepa algo de medicina puede avalar el uso de esta grasa sanguino lienta que encontraron envasada en botellas. Hay otros que dicen que este es un psico-social de las FF.AA  frente al inminente descubrimiento de una fosa de cadáveres enterrados durante la represión al terrorismo de sendero, cosa que pudiera ser, por que aquí el crimen perfecto si existe, pues la verdad se encargan de enredarla y por ultimo ocultarla, los periodistas y los abogados.

Pero yo tengo dos historias que viví en carne propia, no como chicharrón, sino como consumidor.

En el año 1955 más o menos, cuando tenía de 8 a 9 años, a mi padre le diagnosticaron un melanoma maligno (lunar canceroso) en el pómulo derecho.
Este lunar negro que adornaba la cara de mi padre y que por un descuido casi fue extirpado en una de sus afeitadas, sangro y  después de quince minutos y gracias al alcohol y la piedra alumbre, cicatrizo. Pero durante un buen tiempo se volvió una rutina el que cada vez que se afeitaba, retiraba una costra muy delgada del lunar sin sangrado que era remplazada por una nueva a los dos o tres días.

Mi padre era un trabajador manual muy hábil, mecánico de motores , Un hombre muy noble, gran amigo de sus amigos que eran todos porque nunca le conocí un enemigo, deportista destacado , futbol. Box, y un  gran picantero  y chupador. MI personaje inolvidable como los de Reader Digest.

Cuando por consejo de su compadre médico, al que el le arreglaba el carro en un intercambio desigual de servicios por el cual siempre le entregaba el carro en perfecto funcionamiento, sin que las curaciones a la familia tuvieran la misma efectividad, se vino a la capital para examinarse en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplasicas y le dijeron que tenía cáncer.

En esa época el tratamiento radical para el cáncer después de la extirpación del melanoma, era la radiación en la  Bomba de Cobalto, tratamiento al cual fue sometido durante tres días a la semana con sesiones de dos horas durante cuarenticinco días. La operación le dejo una cicatriz en forma de cráter en el pómulo derecho del rostro pues tuvieron que  retirar tejido hasta el maxilar superior.

Por supuesto que mi padre quedo desfigurado y a su regreso a la ciudad de Arequipa todos los que lo conocían no dejaban de hacer algún comentario sobre este hecho.

Algo que tengo que decir de mi padre, era su desconfianza total en la medicina farmacológica y su desconfianza sobre los diagnósticos, no solo de su compadre sino de cualquier médico por más famoso que este fuere. Siempre prefería dejarse guiar por la experiencia de sus amigos frente a los síntomas de una enfermedad y a las medicinas naturales que estos pudieren aconsejarle. Tengo varias anécdotas de esta práctica.

Un amigo que trabajaba como enfermero o practico de un hospital en Arequipa, le recomendó que para  borrar esa cicatriz y reparar el tejido retirado, debería tratarse con grasa de humano y que el podía conseguirle la suficiente para un tratamiento. En efecto a los pocos días mi padre llego a la casa con un envoltorio que contenía una lonja de grasa de unos 200 gramos más o menos, muy parecida a la del cerdo. Por supuesto y como cada vez que llegaba con alguna hierba o sustancia curativa que sus amigos le recomendaban mi madre puso el grito en el cielo, mas aun tratándose de la parte de un ser humano que sabe dios que pobre inocente o maldito pecador seria, con todas las implicancias de enfermedades transmitirles y condenas divinas para toda la familia, Pero nada hacia retroceder la  férrea voluntad de mi viejo y el entusiasmo curioso y aventurero que todas las acciones de mi padre me provocaban.

El tenia para sus preparados en el fuego una pequeña sartén de cobre que el mismo había hecho en el taller, puso al fuego la lonja del muerto y como cuando se cocina una chuleta de chancho, esta empezó a chisporrotear soltar grasa y oler igual que eso, una chuleta de chancho, la cocina se lleno del olor, mi madre en su dormitorio echaba cruces y pedía perdón a todos los santos por la forma en que se recreaba el sacrificio de los cristianos puestos en la parrilla en la época de los romanos, aunque esto solo fuera un pedazo de un pobre diablo desconocido identificado como NN en la morgue, cuyos restos ya estaban depositados en una fosa común del cementerio.

Lo que quedo de la lonja, fue un chicharrón chamuscado que fue a la basura y un  aceite muy fino y delgado de color amarillento que conforme se fue enfriando se transformo en una manteca finamente granulada de color perlado.

La siguiente acción  fue concurrir donde un tio dueño de una farmacia que mezclo la manteca con lanolina y una gotas de perfume, envasándola dentro de un pote de vidrio muy decente y olorosamente presentado.

En la casa este pote estaba en un lugar destacado del botiquín del baño y cada mañana mi padre se aplicaba la crema en la cicatriz y mi madre se persignaba pidiendo por la parte del alma que por si acaso estuviera en el envase. No vaya a ser que una de estas noches venga jalarnos de los pies reclamando su lonja, decía.

A la vuelta de dos años a mi padre no le quedaba ninguna huella de la cicatriz y a mi la seguridad de que fue la parte del muertito quien colaboro para esta reparación milagrosa sin cirugía ni injerto de por medio.

Esta historia a propósito de los pistacos, es para confirmar que pudiera existir algún interés en los laboratorios para lograr mejores efectos que la concha de nácar o la baba de caracol, usando grasa de muertito y que los pistacos a lo mejor, pensaron que podrían haber hecho un buen negocio, colgando un muerto con un perol debajo hasta derramar la última gota de su grasa.
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Alejandra Correas Vázquez
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MensajeTema: Re: QUE LOS HAY, LOS HAY   QUE LOS HAY, LOS HAY Icon_minitimeLun Ago 03, 2020 12:49 pm

Chocollo

¿Qué son los Pistacos? En películas y televisión se muestran panes de jabón hechos por los nazis con la grasa de los judíos. Museo de Israel.

Alejandra
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chocollo
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MensajeTema: Re: QUE LOS HAY, LOS HAY   QUE LOS HAY, LOS HAY Icon_minitimeLun Ago 03, 2020 3:45 pm

es un personaje mitológico de la tradición andina, especialmente en Perú. el pishtaco es llamado kharisiri.​ La palabra pishtaco proviene del quechua pishtay (decapitar, degollar o cortar en tiras)Se dice que los pishtacos comercian la grasa que extraen a la gente que matan, para comercializarla como remedio o de uso cosmético. Su efectividad para borrar cicatrices o regenerar tejido cutáneo es real, como relato en lo sucedido con mi padre. Se dice también que la industria de cosméticos adquiere las placentas de las parturientas para lo mismo.
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MensajeTema: Re: QUE LOS HAY, LOS HAY   QUE LOS HAY, LOS HAY Icon_minitimeMar Ago 04, 2020 12:21 am

Creo que es sobrevivencia de los sacrificios humanos precolombinos. Los Mochicas del Perú gente de buena arquitectura buena cerámica grandes retratistas practicaban sacrificios humanos está en sus imágenes. El Inca lo prohibió y expulsó a los chiriguanos porque hacían esa práctica. No es lo mismo antropofagia, no hay que confundir. Los aztecas sí eran antropófagos, se comían los vencidos y los elegidos.

Pueblos con sacrificios humanos, los cartagineses, los celtas, los vascos. Está en las crónicas. No antropofagia. La Ilíada empieza con un acto de sacrificio humano cuando el rey Agamenón sacrifica a su hija para lograr triunfo en Troya..
Alejandra
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MensajeTema: Re: QUE LOS HAY, LOS HAY   QUE LOS HAY, LOS HAY Icon_minitimeDom Ago 16, 2020 6:24 pm

E "Pistaco" es un tipo que se dedica a comerciar con grasa humana. Como la obtiene ? no creo que sea haciendo sacrificios sino comprandola clandesstinamente de cadaveres abandonados para la fosa comun.
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Alejandra Correas Vázquez
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MensajeTema: Re: QUE LOS HAY, LOS HAY   QUE LOS HAY, LOS HAY Icon_minitimeLun Ago 17, 2020 12:18 pm

Chocollo

Este tema tuyo no tiene nada que ver con el fantasma del teatro

Hay una sección de Mitología donde puede ir

Son muchos los injertos de la medicina actual

Alejandra


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MensajeTema: Re: QUE LOS HAY, LOS HAY   QUE LOS HAY, LOS HAY Icon_minitime

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