El beso. (Evangelio segun Caye) parte 7

EL BESO 7

Judas caminaba por el desierto, contemplando a lo lejos al entrada a la ciudad de Jerusalén. Sabía que todos estarían esperándole. Jesús, Maria, los discípulos y apóstoles, José de Arimarea, Juan el Bautista y el joven Juan Marcos, hijo de José de Arimatea, dueño de la casa donde se preparaban los festejos de la cena de pascua.

Apenas sentía el cansancio. Estaba lleno de luz, de vida. En su Alma brillaba la ilusión de volver a ver a Jesús. Se acercaba el momento. Había luchado con su parte oscura, la había vencido, creía... en ese momento se sentía por encima de todo lo que pudiera acontecer en el mundo. Cada paso que daba lo acercaba mas a su propia Gloria, la que él mismo había escogido.

Siempre había sido un hombre solitario, le llamaban “el andrógino” por su condición. El resto de apóstoles no tenían mas remedio que aceptarlo, puesto que había sido elegido expresamente por Jesús para acompañarlos en su peregrinaje, sin embargo, cualquier excusa, cualquier gesto era suficiente para que lo señalaran y culparan de cualquier tipo de problemas en los que se viera envuelto todo el grupo. No veían la forma de librarse de él. Sin embargo las mujeres si lo aceptaban y comprendían. Al menos las mujeres del grupo. El resto tenía prohibido acercársele siquiera a socorrerlo. Estaba “manchado”. Y no querían arriesgarse a que su mancha las pudiera de algún modo afectar. Sobre todo a las que estaban en edad de concebir. La condición de “andrógino” se veía como un castigo divino. No solo a la persona, sino a su entrono familiar.

Había repasado toda su vida hasta ese momento en los días de soledad. En muchos momentos se había sentido desalentado, desesperado, dolorido, agotado... y acompañado de sus propias pesadillas. Pero conservaba el aliento del cariño de Jesús y María hacia él. No era siquiera por compasión, era un cariño sincero y genuino. Lo aceptaban como parte del grupo, uno mas con un cometido tan sagrado y sublime como el que mas. Que le importaba, pues la opinión del resto, si los dos Seres mas grandes, el anverso y reverso, estaban con él.

La primera que lo vió fue Maria, se le acercó con cariño y firmeza, lo envolvió en una manta y lo llevó cariñosamente hacia la orilla del lago... le hizo sentarse en una gran roca y lo descalzó.

-Judas, hermano amado, deja que te cuidemos ahora. Debes reposar, lavar tu cuerpo y alimentarte. Mas tarde hablamos de todo lo que nos espera.

-María, te suplantó Satanás en una de mis pesadillas, casi me vuelvo loco.
-Lo sé, lo sentí, pero ahora tranquilo, es momento de cuidar tu parte física. Vamos, Juan el Bautista está en el lago, practicando el sacramento a los discípulos nuevos. Deja que te bautice también a ti. Es tu momento. Has superado la prueba mas dura. Ya tienes el grado suficiente para ser reconocido. Al menos en lo que ellos necesiten. Sabes que para nosotros siempre fuiste digno.
-Gracias María. Bendita seas. Dios es misericordioso conmigo al entregarme vuestro cariño. Nada me pesa. Me siento ligero.
-Lo se, Judas, pero tu cuerpo necesita la purificación de las aguas.

María se dirigió a Juan el Bautista y este al verla atendiendo a Judas ya se temía lo peor. Y no estaba dispuesto en absoluto.

-Juan, tenemos un Cristiano ejemplar que desea ser Bautizado.
-Ni loco me acerco a él. María, no me hagas esto. Mi cometido es demasiado elevado para rebajarme a tal sacrilegio.
-¿Entiendes tu verdadero cometido, Juan?... ¿Estas seguro de cual es?...
-Por supuesto, yo he de poner los cimientos de una nueva iglesia. He de poner la semilla de un nuevo credo para los siglos venideros. No podemos permitirnos estos fallos porque entonces todo va a quedar en un sueño. Y mi nacimiento y mi razón de ser no tendrían entonces ningún sentido.
-Habla con Jesús, deja que El te explique hasta que punto estás equivocado.
-Jesus es Alguien a quien yo debo proteger y ensalzar. Jesús es la figura que va a sostener la luz durante todos los tiempos, Jesús es el NOMBRE en el cual, el resto de la historia será utilizado para realizar cualquier milagro. Jesús es el importante, no puedo arriesgar su Alzamiento a los cielos por un “andrógino”. Es un tema demasiado delicado, no me pidas que le toque, me niego a hacerlo.
-Jesús no es un nombre, Jesús es un VERBO. En Jesús no cabe otra acción que la de amar. Con todo lo que eso significa.
-Bueno, yo no alcanzo a comprender esas palabras y mucho menos su ejecución. La mía es tan grande que no la pienso arriesgar. Alguien tiene que poner orden. No podemos tolerarlo todo. Esto sería otro Sodoma y no estoy dispuesto a consentirlo. Al menos yo no. Si quieres que tu “andrógino” entre en el reino, tendrás que buscar al mismo Jesús. Aunque dudo que ponga en peligro la misión por una sola persona.

No necesitaron buscar a Jesús. Este ya caminaba lentamente hacia ellos. Con los pies descalzos y su blanca túnica sin costuras. Impecable y pulcra. Serenamente tomó a Judas de los hombros y lo acompañó hacia el lago, caminado juntos dejaron que el agua bañara sus pies, hasta llegar adonde se encontraba Juan.

El resto de la gente que esperaba a ser Bautizados, salieron del agua. Nadie entendía nada. Todos permanecieron esperando fuera del agua a ver que acontecía.
Cuando llegaron junto a Maria y Juan, Jesús habló:
-María, amada, ve junto a los otros afuera. Tu sabes cual es la importancia de lo que estamos haciendo. Muchas veces no bastan las palabras. Este acto no debería ser discutido, no obstante, si es necesario, a mi me corresponde demostrar nuevamente la acción mas elevada. Por encima de cualquier motivo. Toma nota, pues momentos como este vais a tener todos tras mi marcha.
-Te dejo, pues, Jesús, amado mío. Dejo en tus sagradas manos este asunto.

Jesús supo enseguida que no sería fácil para Juan la comprensión de la palabra. No lo sería ni para él ni para ninguno de los hombres del grupo. No eran tiempos para eso. Todavía la humanidad no había madurado lo suficiente para llegar a ese punto de comprensión. Estaban asustados y eran presos de su propia ignorancia. Creían en la iglesia externa y no eran capaces de alcanzar la iglesia interna, la verdadera, la del Ser. Pero ésta debía imponerse para cuando los tiempos hubieran hecho madurar al ser humano hasta llegar a la condición de plantearse también su mundo interior particular. La unión de los géneros que Judas representaba por sí mismo y que aparecía ante ellos como un desafío. Algo que todavía no estaban dispuestos a admitir. Jesús se dispuso a dar la última lección a su amado primo.

... Continuará.

Bueno Caye, nuevamente una parte impresionante de este evangelio, el retorno de Judas de la pruebas del desierto, las trancas sociales que indudablemente existían en esa época y como un ser como Jesus reencarna el verdadero espíritu de Dios, el del amor...la actitud de Juan , no es de sorprender, es una actitud muy humana frente a un hecho que merecia un trato distinto, un transgredir sus propios pensamientos, algo que cuesta, pero insisto, una actitud humana contrapuesta con la tambien humana presencia de Jesus, pero que dentro de su dimension interpretativa de ese amor que encarna, diferente y superior, terrible para esos tiempos, vislumbra todo distinto...una leccion mas, de parte de Jesus, una leccion mas de amor...

Sigue perfecto tu relato Caye y cada vez encuentro la medida de sabidurioa y comprension exacta n cada una de tus palabras...te sigo...

Besos,

Ignacio

La imaginación del lector es relevante, recalcas el tema de ser aceptado en lo humano con su defectos y virtudes, haciendo eco que la esperanza existe para todos mientras la divinidad disponga.
excelente relato, espiritual y mística.
saludos
Martín

Cayetana, mira lo que he hecho:
uní uno por uno los capítulos para leerlos tranquilamente y disfrutar de esta lectura que como ya te dije, me ha fascinado.
Amiga, eres increible y espero día a día tus capítulos.
Un beso enorme. Te quiero, Caye.








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Un FELIZ AÑO NUEVO, AMIGA !!