Denuncia
Las cinco y media de la tarde, el oficial recibe la primera denuncia en todo el día, un hombre de unos cuarenta años, se acerca con la cara ensangrentada.
El oficial le atiende cordialmente, le pide que se siente y que le diga que es lo que viene a denunciar.
El hombre entonces habla:
Todo lo que le pasa al mundo puede describirse con simplicidad, pero eso, eso nunca me pasa a mí, oficial.
Hoy me fue lanzado un proyectil natural con toda la rabia que contenía en su propio peso, solamente era eso, ponga para el acta, que fue una incrustación de minerales volando por encima de la testa.
El oficial menea la cabeza sin entender.
A ya, usted está pensando que es alguna pendejada, que no entiende lo quiero decir, si le estoy viendo a los ojos que eso está pensando, ¿acaso me cayó un meteorito?
No señor, era una piedra, una estúpida piedra que me lanzaron a la cabeza, yo que sé, últimamente me lleno de tanta palabreja, que me siento realmente incomunicado, y creo que por eso me mandaron a matar, anote eso, porque eso es simple.
El oficial ladea un poco la cabeza, como señal de que le está prestando atención.
Nadie me entiende, nadie quiere ver lo que yo veo, nadie podría creer que la roca, era más que una roca lanzada, era un arma letal dispuesta a desperdigar mi materia gris en el horizonte y como tal podría acabar con mi empeño en convertirme en un premio Nobel.
Yo no hablo lenguas extrañas, nada más las describo con arte como alguna especie de bicho con visión de ojos compuestos…
Terminó, dijo el oficial, algo molesto ya.
Si, se que lo volví a hacer, perdone, solo venia a denunciar que hoy me quisieron matar, y ya intuyo que entiende del por qué, nunca digo las cosas con simplicidad. Hoy de nuevo hablé demasiado…
¿Podría al menos anotar, que mostré, una real y emocionante carga de fuerza de sentimiento con mi arrepentimiento?
El Oficial anota.
Hombre de mediana edad atacado con objeto contundente.
Mira al hombre y le dice:
Hemos receptado su denuncia, estaremos en contacto.
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