Don Cosme
La mañana se ufanaba de sus mejores galas, el cielo limpio de nubes, un sol brillante y una temperatura de veintidós grados que invitaba a la gente a salir de sus casas y disfrutar el día.
Don Cosme caminaba lento y con cuidado de no tropezar con algún desperfecto en la vereda cuando escuchó su nombre en frente a él.
- ¡Hola Don Cosme! –
Levantó la cabeza y miró por sobre sus anteojos
-¡Hola Pibe!-
- ¿Cómo anda Don Cosme? Hace tiempo que no sé nada de usted –
- Mirá Pibe no te voy a mentir diciéndote por costumbre que me va bien. Me va como el culo –
- ¡No me diga! ¿Está enfermo, que le pasa?-
- No, enfermo no pibe, triste podría decirse –
- Pero por qué está triste, alguna pérdida quizá –
- Muchas pérdidas Pibe, muchas pérdidas –
- ¿Cómo muchas pérdidas, que perdió? –
- Mi mundo entre otras cosas Pibe –
- Perdone Don Cosme pero no lo estoy entiendo –
- Claro tenés razón, como me vas a entender vos a tu edad. ¿Cuántos años tenes? –
-Veinticinco. ¿Pero eso que tiene que ver? –
- Todo tiene que ver pibe, todo.
Mirá cuando tengas mi edad te van a faltar cosas que tenés hoy.
Muchas de esas cosas de hoy, no van a estar, se habrán ido para siempre. ¿Me entendés?-
- Más o menos –
- Escuchame a ver si me explico.
Recién fui a la panadería, entré, saludé y resulta, que me entró la duda si las diez personas que estaban dentro eran sordas o a lo mejor yo como estoy medio chacabuco creí que había saludado o solamente lo pensé. Entonces volví a saludar.
De los diez sólo uno contestó el saludo con un tímido, buenas.
Entonces me dije, ¡que lo parió, se juntaron todos los sordos de barrio a la misma hora en este comercio.
Pero resultó que no eran sordos porque todos escuchaban al panadero y fue ahí cuando me vino la primera tristeza del día.
El saludo se había ido para siempre.
¿Viste que día hace hoy? Bueno yo tengo frio Pibe –
- ¿Cómo tiene frio si hacen veintidós grados Don Cosme?-
- Tengo frio en el alma Pibe, en el alma. Ese frio que no se va con la estufa o la campera porque viene de adentro y que sólo se atenúa con respeto, con reconocer que los demás son parte nuestra porque compartimos el mismo tiempo, el mismo aire y el mismo cielo. Porque no se puede vivir como un náufrago solo en una isla desierta cuando se está rodeado de gente que le pasa lo mismo que te pasa a vos.
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Ricardo "Cocho" Garay
"Sólo soy un soplo de vida en la eternidad"