Ernesto

Ernesto

Ese día cuando Ernesto despertó de su sueño de dos años, todos los que estuvieron a su cuidado corrieron  hasta su lecho. Salía de un coma profundo y por alguna razón que hasta el momento no se pudo establecer, volvía a la conciencia cuando ni siquiera se pudo determinar los motivos que lo llevaron a estar en estado vegetativo por dos largos años.

No era por un golpe y por un A.C.V. Nada en su cerebro daba cuenta del porque había dejado de funcionar, sin embargo pasó y ahora estaba despierto y consiente.

Ernesto respondía a todos los estímulos solo que tenía borrado todo lo vivido hasta sus cuarenta años. Era un hombre de cuarenta con un cerebro nuevo, vacío de información como el de un bebe recién nacido.

Tenía que aprender todo otra vez, desde hablar, caminar y conocer el mundo que lo rodeaba.
Era un hombre con una vida que sólo los que lo conocían  en el barrio y en su trabajo podían dar cuenta, porque Ernesto no tenía familia.

Llegó a ese lugar cinco años antes del suceso, consiguió trabajo de programador en una consultora de sistemas informáticos y ese era en resumidas cuentas el pasado que se conocía de él.

Cuando fue pasando el tiempo y se fue habituando a su nueva realidad, la gente que lo conocía  descubrió un ser absolutamente distinto al del barrio y al de su trabajo.

Aquel era introvertido, aburrido, callado, triste y metódico. Este en cambio era todo lo contrario. Vivía en la calle, hablaba con todo el mundo, era divertido, alegre y bohemio.
Hasta se cambió el nombre, ya no era más Ernesto ahora se llamaba libertad.

Gracias querida amiga Cynthia te extraño y se te quiere mucho.

Gracias amigo Jaime, abrazo grande. Gracias también por la idea de hacer una novela lo voy a tener en cuenta.

Muy bueno tu cuento. Me encantan las historias cortas.
Te seguiré leyendo.
Saludos.

Ricardo Cesar Garay escribió:

Ernesto

Ese día cuando Ernesto despertó de su sueño de dos años, todos los que estuvieron a su cuidado corrieron  hasta su lecho. Salía de un coma profundo y por alguna razón que hasta el momento no se pudo establecer, volvía a la conciencia cuando ni siquiera se pudo determinar los motivos que lo llevaron a estar en estado vegetativo por dos largos años.

No era por un golpe y por un A.C.V. Nada en su cerebro daba cuenta del porque había dejado de funcionar, sin embargo pasó y ahora estaba despierto y consiente.

Ernesto respondía a todos los estímulos solo que tenía borrado todo lo vivido hasta sus cuarenta años. Era un hombre de cuarenta con un cerebro nuevo, vacío de información como el de un bebe recién nacido.

Tenía que aprender todo otra vez, desde hablar, caminar y conocer el mundo que lo rodeaba.
Era un hombre con una vida que sólo los que lo conocían  en el barrio y en su trabajo podían dar cuenta, porque Ernesto no tenía familia.

Llegó a ese lugar cinco años antes del suceso, consiguió trabajo de programador en una consultora de sistemas informáticos y ese era en resumidas cuentas el pasado que se conocía de él.

Cuando fue pasando el tiempo y se fue habituando a su nueva realidad, la gente que lo conocía  descubrió un ser absolutamente distinto al del barrio y al de su trabajo.

Aquel era introvertido, aburrido, callado, triste y metódico. Este en cambio era todo lo contrario. Vivía en la calle, hablaba con todo el mundo, era divertido, alegre y bohemio.
Hasta se cambió el nombre, ya no era más Ernesto ahora se llamaba libertad.

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Quedé asombrado con la pequeña historia.
Tiene todos los ingredientes como para atraer al lector y casi obligarlo a continuar leyendo.
¡¡MUY BUENO!!
Shalom amigazo