Un pescador que trabaja solo, va con su enorme barco de pesca al mar más calmado que pueda conocerse. En este sitio lanza su red y llena las redes de pesca. Esta eufórico por iniciar bien la semana. Al día siguiente repite la hazaña, solo que esta vez se encuentra con pulpos, y pescados aún más grandes. Contento con esto se emborracha hasta el día siguiente. No logra trabajar porque su cuerpo ya no le responde; pero no le importa "El mar proveerá se grita a sus adentros" . Mañana será un día aún mejor. Llega el alba y el mar esta vez le ofrece peces aún más enormes del cual puede venderlos a un precio aun mayor; contento con esto luego de intercambiar sus peces por dinero, se reúne con sus amigos y brinda hasta colmar su enorme panza de alcohol.
Al amanecer nota que había gastado un dineral invitando a todos en la taberna, pero más le sorprendía como el mar lo estaba premiando; no era habitual suceda algo así, la pesca estaba mejor que en los mejores tiempos. Atinó a creer que ahora era más experto e intuitivamente iba donde esta lo mejor que trae el mar. Además le gustaba ser admirado, observado por todos en la taberna.
Nadie sabe que una fábrica de alimentos se instaló silenciosamente cerca y al votar sus desperdicios atrae a todos los peces de la zona, dejando con pocos de estos recursos a zonas alejadas.
A diez kilómetros hay un pueblo llamado las brisas que sufre las consecuencias de la falta de peces: El hambre los incentiva a desaparecer los cangrejos que no podían irse muy lejos; al terminarse estos crustáceos caen en desesperación y presos de sus costumbres, empiezan a sacrificar las aves que aún no se iban por su mal estado. Como ofrenda para su dios sol; decapitan con bailes obscenos, pelícanos, gansos, patos. Parafernalia sangrienta en lo cual sus gritos y chillidos de las aves claman misericordia al dios que todo lo provee. Se culpan a si mismos; mucho tiempo no daban ofrendas a su dios y él podría estar molesto. Los peces se habían ido y el ecosistema de las aves también estaba afectado, era un final catastrófico morir de hambre murmuraban los lugareños. Desprovistos de todo alimento emprenden una masiva oración sin fin hasta obtener respuesta de su Dios Sol.
El afortunado pescador un día en la mañana decide adentrarse aún más al mar y esta vez compra más redes, y busca romper todos los récords de pesca habidos en la zona. Su ambición lo impulsa a trabajar sin descansar; esta vez no llevaba cebo que tirar, nipracticaba cabala alguna que canturrear, solo surca el mar con confiada valentía; pues se sentía una leyenda viva de los mares. Logra recoger sus redes llenas de animales de distintas formas y tamaños. Llegada la media noche ya había alcanzado una enorme cantidad de toneladas de peces como para no trabajar muchos días. Sin perder su costumbre de embriagarse saca una docena de vinos y se los toma sin precaución; pues la probabilidad que todo le siga yendo bien en un mar bondadoso es muy alta.
En tanto se mareaba más respeto le perdía al mar; no se retiró cuando empezó la lluvia, más bien siguió como aventurero adentrándose. Su añoranza de llegar a la taberna cargando su enorme panza y sorprender a todos con las copas de vino lo mantenía en vilo.
En algún momento quedó dormido cuando intentaba sin éxito levantar una red, el oleaje lo sacudió y cayó despanzurrado como cebo; sin tregua en alta mar se hundió hasta dormir en sus profundas arenas. No se dio cuenta nunca que iba morir, se fue sin opción de despedirse y de poder depredar un día más; ahora este enfurecido mar lo iba devorar..
El viento empujó su barco, sin tripulación por toda la madrugada. Una vez pasado los 10 kilómetros llegó al pueblo las brisas. Los pescadores hambrientos, caídos en desesperación ven acercarse un enorme barco que encalla con firmeza en las orillas. Espantan las aves que oportunistas de la situación vuelven sobre ellos. Al ver que contiene todo lo que habían perdido, lo consideran una señal de respuesta y celebran por los alimentos frescos: peces, camarones, pulpos y una nueva nave enviada. Ellos miran al sol y se abrazan por su grandeza. Un milagro gritan todos, y con fulgor repiten sin pausa: ¡Gracias dios! ¡Gracias dios! Suponiendo que ahora los ha perdonado.
26-06-2019
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Miér Jun 26, 2019 3:21 pm
