Satán Antropomorfo (Historias de Nod)

Satán Antropomorfo

Estoy segura que Satán, -llamémoslo S-, algún día emergió de sus propias atmósferas intensamente atraído por el olor divino y ordinario de la esencia humana. Y queriendo experimentar esa naturaleza, cuentan las leyendas perdidas en el tiempo que se mezcló entre nosotros con un cuerpo como el nuestro para dar con la experiencia de esta intrigante y sublime realidad.

En esta condición aprendió lo que es amar. No es porque no supiera, S amaba todo lo que él abarcaba. No había nada más que él amara que a sí mismo. Sin embargo sucedió que S antropomorfo era otro al S mítico. S humano podía sentir hasta el más mínimo atisbo de sensaciones. Los olores y emociones se colaban por su nueva piel, pestañas y cabellos. Sintió por primera vez frío, sintió como sus dedos se congelaban en el roció del pasto matutino.

Contrario a lo que las lenguas dicen de S en cualquier parte del mundo, uno puede tomar la decisión de S como inocencia de lo más insulsa o como un acto de egoísmo intensamente valiente. Su llegada a Nod no significó el fin del mundo. Sino un invisible cambio, una pequeña aproximación, estrechez entre los puentes al averno.

Continuando con la anécdota (hay que tomarla con cierta empatía y cierto humor, porqué no). S inhaló por la nariz una particular fragancia y calculó con la pupila la distancia, cruzando cualquier obstáculo hasta su objetivo, colinas, llanos y veredas, hasta topar con T a cientos de kilómetros de ahí.

Ni grande ni pequeño, simplemente T. Viviendo complejo, a veces cegado. Viviendo presente y con buenos reflejos para caminar por la Tierra de Nadie. Siendo sencillamente humano, sin mayores explicaciones. Y S no pudo haber pedido mejor lugar para entregarse. La primera vez que cruzaron miradas T no supo que sucedía ahí, no comprendió ni la presencia ni la belleza de S ya que los humanos no comprenden aquello que los rebasa. S por su parte frunció el ceño y curvó ampliamente sus bellos labios ante la grandeza de aquel hombre. Él albergaba secreto y fascinación para nuestra S y sintió que se deshacía por probarlo y vivirlo. Aquello lo conmovió tanto que fue la primera vez que lloró siendo humano.

-Déjame amarte.

Ante tal reflejo y conexión de miradas T permitió que el amor fluyera como caudal electrizante por su cuerpo y lleno de esa extaciante sensación se fundieron piernas y manos. Bocas llenas de murmullos suaves, pactos. Las caricias y besos de S dejaban tatuajes ardientes en la piel de T. Nada quedó sin ser descubierto por encima o bajo la piel. Pecho, espalda, brazos, boca, parpados. Durmieron entrelazados al alba de algún día de verano.

Tal vez él ha sido el hombre más querido en la faz del Nod desde que éste existe.

-No puedo permitirlo

Los humanos temen lo que no entienden y T no era excepción. Estaba albergado en la genética fluctuante y reptil de éste hombre. No comprendía el grado de cordura y libertad que le ofrecía ésta entrega. Llovía el día que T no pudo más. Estaba en su libre albedrío al decidir salir huyendo bajo la lluvía mientras S apretaba sus propios pechos tratando de calmar el dolor cardíaco con sus propias manos. Esa noche S rasgó su propia piel. Se liberó de la estrecha cápsula de gozo y sufrimiento.

Lo siguió por días y noches llorando a raudales con los ojos fijos en T. Con porqués en los puños y dolor en la frente. Supongo que un día lo entendió. Este juego llamado "Vida en Nod" no se pude jugar ni siendo un Dios o un Demonio, sólo siendo humano. Cegado, estúpido, viviendo con tal miedo por morir, sin nada, nada. El día que comprendió que podía irse amando a T sin atemorizarlo emprendió regreso a sus dominios.

-Te otorgo mi lealtad y esperanza con total libertad

Tal vez solo los humanos pueden tolerar todo lo que viven y sienten. Son grandes, grandes y huelen a amor y temor. Por eso los Seres los miran, desde sus propias naturalezas, fingiendo que no existen. Viendo como libramos nuestra batalla. No están desmemoriados, no están lejos.

Por Artemisa I.


https://okamini.wordpress.com/2018/03/12/satan-antropomorfo/

Artemisa, me perdí mucho, sin embargo volví al título y lo entendí un poco más.  Quizás quedó un poco perdida la descripción de T, así como Satán se convierte en S, para que el lector se tome una idea de quién es..
Disculpa mi torpeza en la interpretación.

Felicidades.

Interesante relato, gracias por subirlo para nuestra recreación, un abrazo de luz.

Si, la verdad no encontré la presentación de T. Pero lo dejé a mi imaginación. Un lindo relato. Somos grandes los humanos finalmente!!
Nilda