LA APUESTA

Muy buena historia, y si a veces no hay que apostar con ciertas cosas,se puede perder mucho más que dinero.
Aqui en mi pais conozco la historia de un chico al que sus amigos le jugaron una broma en un cementerio,y el chico tenia una cardiopatia que el no sabia y fallecio,dicen que ahora, el vaga por el cementerio asustando a todos aquellos que por diferentes motivos quieren probar su hombria entrandoa los cementerios en la noche.
Muy buen relato compañera,nada lejos de la realidad.Personalmente me gustan los cementerios y los he recorrido en la noche,o simplemento entro a sentarme a escuchar tantas voces,sin embargo no puedo negar que se siente esa presion en el pecho,y algun otro escalofrio.

Que las hadas te acompañen

Gracias poessía, por lo que me contás, la realidad supera a la ficción.

Gracias por leer y comentar. Un beso.

María

Una apuesta en la que seguro se perderia mucho,muy lindo relato que da cierto escalofrío.

Hola Gladys.

Gracias por tu comentario


un cariño.

María

Tremendo relato!

Parece una anécdota chusca, pero si se compenetra uno en la experiencia fatal del pobre desdichado, el hecho de que se juegue tanto por tan poco, es algo conmocionante y perturbador.

Muy bien

Un saludo

Buen micro,lo haces muy real.

MUY BUENO COMPAÑERA,UNA PUESTA QUE SI ME TOCA,YA SE NO DEBERE ACEPTAR, EN LA VIDA MAS VALE PASAR POR GIL QUE JUGARSE LA VIDA.

Gracias mateo.
hay un tango que dice en su letra: Es mejor pasar por gil y ser vivo de verdad.
Un cariño.

María

En tierras castellanas abundan las leyendas sobre apuestas de este tipo. Se ve que el mundo de los muertos da morbo al mismo tiempo que pavor. Cierto es que la realidad supera la ficción. Cariños María.

Le tenemos pavor a la muerte y todo lo que con ella se relaciona. Es una pena que en la civilizacion que estamos viviendo estemos tan de espaldas a este tema que pueda provocar de forma absurda incluso la muerte. No es raro. No estamos educados para prepararnos para el fin de nuestro personaje. Nos sentimos eternos y pensamos que con ello, el cuerpo que manejamos también lo es. Los cementerios nos quieren recordar con sus silencios una verdad tan implacable que no deseamos escuchar.

TEner el valor de pasearse por el cementerio de noche es ya una proeza. Y si te hablan, o huyes o mueres del impacto. Tan absurdo como real, puesto que de hablar un muerto, que otra cosa nos podría hacer' ¿No son acaso mas peligrosos los vivos?
Pero anda, ve y cuentale eso al del infarto.

Buen tema para reflexionar.

¡Gracias Cayetana!

No te olvides que es un cuento, simplemente eso. No pretendas hacer filosofía con el, porque no da
Un beso.
María