Don Jesús

Un hombre vestido con ropa sencilla, pero vieja. Acude tres veces a la semana a realizar su trabajo en la calle donde vivo. Llega muy temprano, no importa si hay sol o lluvia. Está preparado para ambas ocasiones. Lo acompaña una carreta vieja con cartones y un plástico negro grande.
Nutre sus bolsillos sacando desechos reciclables de los tarros de basura, antes que el camión cumpla su misión. Expide un olor poco agradable, pero no olvida que por los años, las canas han empezado a invadir su cabeza y su poco cabello se observa tinturado de un color castaño con tintes de sol. La primera vez que le descubrí el tinte, me dije sonriendo: “Anda en algo… buen hombre”, suponiendo que está enamorado o en busca de alguna mujer. Su esposa fue atropellada cuando transportaba basura y como indemnización le dieron unos pocos pesos que sólo le alcanzó para comprar una casita en la loma alta de Siloé. Se le escucha decir que muchas veces las bandas del sector se le entran y le roban lo poco que tiene.
Los vecinos le dicen con mucho respeto: Don Jesús.
Hombre humilde pero sabio para mí, con una filosofía de vida sencilla y un tanto resignado, (no amargado). En una conversación que sostuve con él sobre el tiempo, me dijo: “Los seres humanos somos inconformes, si llueve malo, si hace sol, igual”. Según él: “Dios nos da a cada uno lo que necesitamos”.
¿Qué puede ser lo que Dios le ha dado a él para sobrevivir?

Jaime, de verdad que en medio de tanto consumismo, a veces estos seres que pasan desapercibidos para la sociedad, creo que pueden lograr un poco más de paz, de tranquilidad, menos estrés que el que nos cargamos los demás, sobre todo en estas fechas navideñas donde hay algunos gastos que hacer querámoslo o no.
Un lujo Jaime tu paso por este lugar y por dejarnos algo de tu experiencia.

Un abrazo

Austeridad hecha prosa.

Personas que tienen un don que la mayoría de la gente ha olvidado: vivir con lo necesario y disfrutar de la vida al máximo con lo de tenemos..muchas veces pasamos indiferentes frente a ellos y nos creemos conocedores a priori de sus historias, inventando una vida, sin conocer su versión o filosofía de la existencia, muchas veces más depurada y sabía que la que tenemos nosotros. Conversar con ellos es descubrir un mundo nuevo, es participar de dolores y alegrías, de la calma, paz y ver el mundo con ojos de verdadero humano, compartir momentos y darnos cuenta que la vida es mucho más simple que la complejidad que uno mismo le ha dado con nuestras acciones...

Por los muchos Don Jesús que existen en el mundo, la mayoría olvidados,postergados y relegados a un margen de la sociedad por prejuicios tontos, quizá acercándonos conoceríamos la vida tal cual es. Buen relato, sensibilidad y emoción por aquellos que aunque no creamos,a veces tienen más riqueza que nosotros.

Saludos,

Ignacio

Gracias Nacho por tu comentario. He tratado a don Jesús y es un hombre humilde, sencillo, un ejemplo de vida.

Felicidades

Gracias Ingrid, mi saludo cordial también para ti.

Un abrazo

Gracias por contarnos sobre este hombre que en su humilde forma de vida, sencilla y sin rencores, nos enseña casi sin querer el valor de la vida misma.
Nilda