Sentir IV

Hoy, sábado 7 de noviembre, sábado, lindo día. Siempre me gustaron los sábados. Estuve mirando televisión. Poco, no había nada interesante en ningún canal.
No sé si me pareció a mí, o la comida no fue muy buena. Dormí bastante hoy, debería estar menos cansada, sin embargo… debe ser efecto de los medicamentos, no es lindo esto, pero dicen que es bueno, que me ayudan a mejorar. ¿Estaré mejorando?
Creo que hoy quedaré pensando en sábados pasados, el de hoy es diferente, es frío, como si no nos conociéramos. Tengo sueño, hoy no miré si algún pájaro llegó al árbol. Mañana veré. Voy a esperar la respuesta del doctor, dijo que averiguaría si puedo pintar las paredes y el techo. ¿Qué respuesta me dará? ¿Y si me dice que no? ¿Y si tarda demasiado y ya no puedo pintar? Creo que adelgazo y no tengo casi fuerzas. Sigo pensando que la comida no es muy buena.
Ojalá pueda pintar.
Menos mal que quedó abierta la ventana, sigue entrando el viento a jugar conmigo. Empiezo a extrañar mi casa. No es bueno estar ausente tanto tiempo. También le preguntaré al doctor mañana, aunque la última vez que le pregunté me dijo que es difícil de determinar con exactitud, que será pronto, pero… ¿cuánto tiempo pasó desde ese día?

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Jaime Olate escribió:

Tu historia me hizo recordar que hace algunos años me llevaron al hospital, medio forzado porque no me gusta ir por cualquier cosa. El asunto fue que el médico tratante me obligó a permanecer cuatro días; conté esa parte de mi vida en Letras,porque me divertí en el hospital de la Policía de Carabineros e hice reír a los otros pacientes.
La parte que no me gustó para nada fue la comida. Me tuvieron a régimen estricto,pues tenía un problema en el cólon; bajé varios kilos y sentía que mis piernas eran de lana, apenas me sostenían.
Esa parte no se la conté a mi familia y cuando me dieron de alta, fuimos a comprar a un supermercado y yo ... calladito sin decirles que estaba agotado, mareado y con deseos de dejarme caer al suelo. No se dieron cuenta y esto se los confesé cuando estuve francamente aliviado de mi problema, pues había recuperado las fuerzas. Nany, mi esposa, con mucho amor comentó: "Este es un animal ... bruto como mula; debiste haber avisado ...¡¡¡¡ animal !!!!. Bueno, supongo que eso es el amor.

Jajaja.

Me ha matado de la risa, que dulces palabras de parte de su esposa.