Una Melodía en la Noche.+++ DESTACADO MAYO 2015+++

DESTACADO

Creo haber tenido ocho o nueves años de edad y ya sabía de la existencia de brujas. Recuerdo a mi tío Ramón que estaba sobre el techo de su casa, reparando las tejas y lo vi que bajó presuroso la escalera con algo en la mano. Con mi curiosidad de niño vi que tenía un pequeño envoltorio semejante a un saquito cuya boca estaba cerrada por una amarra.
Mi pobre tío, ya lo he dicho antes, era muy exagerado y mostró a otros vecinos su hallazgo que lo había encontrado amarrado en una de las vigas. Vi que al abrirlo tenía tierra roja o greda; también escuché a los otros viejos que decían “¡Tierra del cementerio!”. Le echaron la culpa de la hechicería a una pobre anciana que había llegado de España con un idioma que no entendíamos; como tenía un genio endemoniado, les hablaba en el idioma de su tierra natal y, pienso, que esos vocablos los chilenos los tomaron como conjuros.
En esa misma época había ido donde otros tíos cercanos, una tres cuadras, y regresé cuando ya estaba oscuro. Antes de entrar a mi casa, desde el cerro (pues vivíamos justo abajo), surgió una melodía emitida por una hermosa voz de mesosoprano que básicamente era una “A” alargada y repetida varias veces, hasta llegar a una nota muy alta.
No le presté atención, pues pensé que alguna vecina del lugar con muy buena voz estaba preparándose para alguna actuación. Desde pequeño me encanta el belle canto.
Lo curioso fue que yo era el único que escuchaba tan bella voz femenina. Cuando volvía a escuchar exactamente y siempre la misma melodía, pedía a quien estuviera conmigo que oyeran esa hermosa voz femenina y … NUNCA OTRA PERSONA LA ESCUCHÓ.
Pasaron los años, fui actor aficionado, pertenecí a un grupo folklórico y a un coro. Ahí aprendí más de música y de los “gorgoritos” de los cantantes líricos. Recuerdo que comenté esa voz tan bella que sólo yo captaba y quienes vivían en las proximidades del cerro manifestaron no conocer a ninguna mujer con esas condiciones líricas.
Hoy que vino a mi memoria la belleza de esa voz, simplemente no tengo explicación y vaya que busqué e indagué para conocer a la dama que cantaba en la noche sin resultado, nunca conocí a la dueña de tan preciosa garganta.

Un ángel femenino que te estaba incitando a estudiar música.

Como siempre Jaime es un placer leer tus textos que llegan, llegan.

Felicidades.

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La alegría se multiplica cuando la dividimos...
Richard Bach....

Te invitamos a que dejes comentarios en los post de tus compañeros. Al igual que tú, también ellos merecen ser comentados. Gracias

FELICITACIONES POR EL MERECIDO DESTACADO. Muy bueno.
Nilda Sena

Cosa e´mandinga como se dice no?

Pero qué buena experiencia Jaime.
Supongo que sólo tu corazón puede decirte o darte pistas de qué o quién se trataría:
un ángel quizás? (como dice Ethel)...un guía? Sonidos de otras vidas o vidas paralelas...
en fin...
Hay cosas que no se explican, pero nos marcan para siempre.

Linda experiencia, mi amigo!
Gracias por compartirla.
Un abrazo grande!

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