Licitación Internacional

La alcaldía de Nueva York lanzó una licitación para pintar la fachada completa del edificio y recibió tres ofertas:

La de un chino.

La de un norteamericano.

Y la de un argentino.

La oferte del chino ascendía a 3 millones de dólares. La del norteamericano a 6 millones de dólares. Y la del argentino a 9 millones de dólares.

Ante tales diferencias tan significativas, el jefe de licitaciones de la alcaldía se entrevistó con ellos por separado, para que pudiesen justificar sus cotizaciones.

El chino dijo que él usaba pintura acrílica especial para exteriores en dos capas, que costaba 1 millón de dólares. Otro millón se iba en andamios, brochas, rodillos, equipos varios y seguros de riesgos laborales. El millón restante era por la mano de obra.

El norteamericano justificó su estimado de costos diciendo que él era el mejor pintor, usaba una pintura de poliuretano especial en tres capas cuyo costo era de 3 millones de dólares. Dos millones se iban en andamios, materiales inherentes, equipos varios y seguros de riesgos laborales. El millón restante era por la mano de obra.

Por último, el presupuesto del pintor argentino, quien finalmente ganó la licitación, fue justificado por el empresario de la siguiente manera ante el jefe de licitaciones:

- Mirá ñato, de mi presupuesto, 3 millones son para vos. Otros 3 son para mí. Y con los 3 millones restantes, le pagamos a ese gil del chino para que haga todo el laburo...!


 

Jajaja..., qué mala fama nos hemos hecho! Mil gracias por pasar, amiga Any. Un abrazo a la distancia,
José

Si, conozco casos así...
Está bueno.
Nilda

Lamentablemente estos casos son figurita repetida en nuestro entorno. Así nos va... Gracias por tu visita y comentario, amiga Nilda. Saludos,
José