¡¡Viva la diferencia!!

Cuánta razón tienes, mi querido amigo!!! Extrañaba nuestros diálogos, no estaba en mi ciudad, pero volví por todo!
Hay personas, que con sólo mirarlas, te adentras en su alma y las intuyes diferentes, también las hay, que al escucharlas, en una conversación grupal, te dices a tí mismo,- esta vale la pena, me gustaría conocerla más- Las hay "del montón", sosas y aburridas, y las hay que, aún en la distancia, se identifican, están en sintonía, y desean mantener el vínculo, me equivoco? Pero si fuéramos todos iguales, qué aburridos nos volveríamos! Aprendemos unos de otros, como dice acertadamente, nuestro compañero Antifaz. Espero sigamos en contacto. Besazos amigo. Malisa. 

Armonicemos pues, los unos con los otros, haciendo de la diferencia vínculo apreciable del que nos tengamos que sentir orgullosos porque en este mundo otros tienen lo que a nosotros nos falta y viceversa, si nos mantenemos abiertos y libres de prejuicios sabremos que hasta de la persona más anodina podremos aprender, esto es, si no permitimos que el ego interfiera con sus antojadizos exclusivismos... Es una lección que debemos tener en consideración por el bien de la prosperidad y del común entendimiento.

Y por supuesto que seguiremos en contacto, mi buena Malisa, por esta y muchas otras razones más, así que hasta pronto y... ¡Viva la diferencia!  

¡¡AMO LA DIVERSIDAD!!
Yo pienso que cada cual tiene un don especial..., cada persona tienes su chispa divina y la hace diferente a otra, y eso es lo atrayente, lo mágico... sólo hace falta por nuestra parte ver el ser divino en el otro y no quedarnos en lo superficial... en lo aparente, en lo ilusorio.  

Muy cierto, cada persona tiene su don, solo que en muchas es más recóndito que en otras, tanto que ni ellas mismo lo reconocen, sin embargo, esas otras (las menos) lo tienen tan a flor de piel que no es necesario ahondar; tan es así que hasta las personas superficiales pueden percibirlo y en su cara queda plasmado ese gesto de desconcierto que acaba siendo, finalmente, de admiración hacia lo que, siendo grande, se vislumbra desde lo sencillo.

Besos.