LA CONSULTA
Cuando abrí la puerta me miró un instante a los ojos, luego bajó la mirada y - dijo
- ¿El Dr Gonzalo Alonso es usted?
- Si – respondí - ¿En que la puedo ayudar?
- Es que no recuerdo nada de mi infancia y usted es el único medico por estos lugares.
- Pase Señora, siéntese, en seguida estoy con usted, discúlpeme sólo me tomará unos minutos, tengo un paciente en este momento.
La mujer asintió con la cabeza, se sentó en silencio y dejó la vista clavada en el piso.
Poco después despedía al paciente y la invitaba a pasar al consultorio.
Ella seguía mirando el piso y antes que la interrogara - dijo
- Necesito que me ayude pero, no tengo dinero para pagarle.
- Bueno… por ahora cuénteme como se llama y en que la puedo ayudar.
Marta… me llamo Marta y como le dije en la puerta, no recuerdo nada de mi infancia.
- ¿Y desde cuando le pasa esto de no recordar?
- No lo sé.
- Perdón, pero no le entiendo.
- No se desde cuando, nunca antes me preocupé por recordar, hasta que hace unos meses en una reunión de vecinos, comenzaron a contar sobre cuando eran niños, y yo no recordaba nada de mi niñez.
-¿Está tomando alguna medicación?
-No.
- Dígame… ¿Desde donde recuerda?
- Recuerdo todo, menos las cosas que hacen los niños, como los juegos, las travesuras. Eso es lo que no recuerdo.
-¿Se golpeo la cabeza en algún momento?
-No.
-¿Tiene hijos?
-No
-¿Con quien vive?
-Sólo con mi madre de 95 años.
-¿Y su padre?
-¿No lo conocí?
- Escúcheme Marta, usted debería consultar con un medico siquiatra, mi especialidad es la clínica y por más que quiera ayudarla no tengo los conocimientos necesarios.
Vaya tranquila, no se preocupe por mis honorarios, ojala hubiera podido ayudarla.
La mujer me saludó con una sonrisa de compromiso y se marchó.
Me quedé con la intriga, comencé a hacer una pequeña investigación, sin embargo, mis aptitudes de detective dejaban mucho que desear, y si no hubiese sido por la mujer que me renta el consultorio, no hubiera develado el misterio.
El otro día vi salir de su consultorio a Marta - me dijo. Esa pobre mujer no se como sobrevivió con una madre que tiene un retraso de maduración mental, que la dejó en los seis años.
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Ricardo "Cocho" Garay
"Sólo soy un soplo de vida en la eternidad"