DESVARÍOS

Sopla el viento fuerte contra mi rostro, entra de lleno por la ventana y la cortina roza mi rostro en su ondular. Aquí estoy, ensimismado en mis cavilaciones banales, llorando como un niño pequeño perdido en el laberinto caótico de una vida desdichado., los recuerdos van y vienen en un mar de emociones, que apenas logro vislumbrar se me encoge el corazón y las pupilas se dilatan. Miro a mi alrededor y como siempre no hay nadie, estoy solo, tan solo como cuando aún era un niño, ese deseo latente de tratar de olvidar el pasado, pero es imposible olvidar el inicio de mis desdichas, imposible olvidar por que las personas pueden aniquilar el alma de las personas con unas cuantas palabras, con el gesto de una mano o posiblemente con un golpe que hiere más que la piel, hiere el alma entristecida.
Solía ser un niño rebelde y perspicaz, lleno de juegos y deseos en mi mente, miro al pasado y me pregunto para mí -¿qué queda de aquel niño que quería jugar hasta que sus manos sangraran al roce de la tierra y que su pelo estuviera lleno de piojos como el de los demás niños? Me contesto que ya no queda nada, nada y más nada. Ahora vivo en el limbo de las perdidas, del desamor, de la tristeza, de los problemas de otros. Cómo quisiera extender mis brazos al cielo en la cima de la montaña más alta existente y gritar como si de un loco me tratara, pero priman los principios, el que o que dirán las personas que me rodean. Escribiendo los dolores de mi alma, con tan sólo unas palabras, no puedo contarlo todo, pero tal vez una lágrima me acompañe y hable por mí esta vez.
El sol entra raudo, ilumina mis sienes apesumbradas y tupidas de pelo alborotado. Si tan sólo pudiera elegir entre vivir o morir, exigiría vivir, pero vivir como dicta mi corazón, como dicta mi más absoluta voluntad, pero no puedo, me encuentro sumergido como siempre, en algo más que jamás me ha llevado a ninguna parte. Miro la pared y veo en ella su foto mirándome sonriente y a la vez tan lejana, -¡he perdido mi fortaleza! -le grito y lloro. Parece que sus ojos se volvieran lánguidos y serenos, me mira con amor y comprensión. Si tan sólo ella estuviera aquí sería mi soporte y mi consuelo para seguir estando cuerdo, vuelvo a perderme en las más absurdas sensaciones, me pierdo en la locura otra vez.
Y aquí estamos otra vez mi soledad, mi dolor y mi cuerpo marchito.

Un testimonial para sentir, no se puede opinar.
Como aporte brindo, sustituir las frases hechas por imágenes propias y profundizar el porqué del agobio (algo más personal).

antifaz escribió:

Un testimonial para sentir, no se puede opinar.
Como aporte brindo, sustituir las frases hechas por imágenes propias y profundizar el porqué del agobio (algo más personal).

gracias por su análisis, pero a que se refiere con frases hechas?, intentaré profundizar para la próxima la razón del agobio, realmente le estoy muy agradecido, saludos fraternos.

Sí, es el por qué. Profundizar es relatar ese por qué del sentimiento expresado, de esa forma estarás realmente comunicando, que es el objetivo (digo yo) cuando deseas tener un lector.