La aurora (3)

1995 (mayo)

No la podíamos ignorar aunque quisiéramos, era imposible. Nos sentábamos en la banqueta a esperar que pasara.

Cuando caminaba la volteábamos a ver como si fuera una aparición, alta, hermosa. Tanto chicos como chicas nos perdíamos segundos concentrados en ella como una obra de arte, como una estatua demasiado real, ella lo sabía, creo que hasta lo disfrutaba.

Lectora empedernida, adicta a Rimbaud, seguidora de Nietzche y creo que eso la hacía un poco inalcanzable, no era como las otras chicas del barrio, era demasiado espesa para todos excepto para un idiota que se sentía con suerte que también leía, pero que era tan limitado, claro, ese idiota era yo.

De igual manera fueron los libros los que me la alcanzaron, los que hicieron que pasáramos tardes juntos fingiendo ser los dueños del universo cada quien por su lado, jugando a no gustarnos.

La pasaba a traer al colegio y nos íbamos al cerro, ahí platicábamos de todo. Ella se veía hermosa con ese descuido de después de clases, con la blusa un poco abierta que me dejaba ver el escote e imaginar un poco más.

Me gusta recordarla aún hoy con el pelo castaño revoloteándole en el viento, sus ojos verdes viéndome con curiosidad. Yo me perdía en su mirada con la incertidumbre, y nerviosismo, esa inseguridad de la adolescencia que no te deja avanzar, aunque ese día la supere y la bese; sus labios eran suaves y finos yo oía como el cielo se abría entre nosotros, como si las nubes nos rodearan como algodones, como si me quemara por dentro. Fue un beso breve.

Luego ladeo la cabeza y me miró se separo un paso de mí, ella con su informe parada de espalda a la luz del medio día que me cegaba, se me ocurrió un piropo relacionando el sol con su nombre pero me pareció forzado y me calle. Iba directo al matadero solo que en ese momento no lo sabía.

Aurora me dijo: –Las pupilas se te ven como si fueran hechas de Ámbar- , mientras ejecuto una sonrisa de esas perfectas que le salían siempre. Ya no había vuelta atrás, la mire despacito de arriba abajo y le dije quedito: -¿Queres ser mi novia?- Aurora suspiró, hizo de su boca un puchero, y me acaricio la mejilla muy despacio.

Sus ojos se pusieron tristes yo sentí que el corazón se me salía del pecho, que me hundía lentamente, que el mundo se detenía. Me sentí como imbécil.
-¿Hay necesidad que me preguntes eso?- Me dijo, y luego añadió mientras fruncía el ceño, -No, no quiero ser tu novia, no quiero ser la novia de nadie-. Me dio la espalda.

Así continuó nuestra historia sin que coincidieramos, nunca lo hicimos.

Tuve que aguantarme la frustración y el ego herido en silencio las diez calles camino a su casa. Ella iba caminando con imponencia, pero con una indiferencia que me retorcía el alma. Una parte de mí quería pedirle explicaciones, pero me quede callado. La deje en la puerta de su casa, y ella se despidió manteniendo la distancia de su cuerpo perfecto y el mío.
Tuve que ignorar las ganas de llorar todo el regreso a casa.

1996 (agosto, viernes)

Me había amarrado mi camisa de franela a cuadros en la cintura, le había lijado el cuero de adelante a mis botas militares para que se viera la punta de metal pulido, y mi camiseta de Nirvana no podía faltar. El concierto era en la Bodeguita del Centro. El espacio se llenaba de humo de cigarrillo y quien sabe de qué otro humo más, ya era mayor de edad carajo, sentía que era invencible, que me podía comer el mundo con los dedos.

Los Headbangers estábamos hasta el frente oyendo la voz áspera de Geovanny Pinzón, saltando coreando las canciones. Me dirigí al baño, ahí estaba Aurora entre el humo, en un vestido largo color azul cielo con una apertura en la pierna, con unas zapatillas de ballet negras, y con los zapatos altos en la mano. El estomago se me lleno de grillos mientras me llamaba con la mano a donde estaba.
-Vayá, andas disfrazado de rockero.- me dijo la oído mientras me miraba a los ojos sonreía arrugando un poco la nariz, y me guiñaba un ojo –Además te rapaste.- Su mano toco mi cabeza sudada sin asco, como si el sudor no estuviera ahí. –Es como terciopelo.- Afirmó. –Primero no es disfraz–¿Y vos?- Tan elegante a un concierto de Rock?- Pregunté. –Le dije a mamá que iba a unos quince años de la hermana de Elvia- señalándome a su amiga. Nos acercábamos mucho para hablarnos, cada vez que se me acercaba me ponía la mano en el hombro. Su pierna salía un poco del vestido, y se empinaba con los dedos de los píes para llegarme al oído. Era un momento casi perfecto de no haber sido porqué la cerveza estaba a punto de hacerme explotar la vejiga. –Voy al baño, mis amigos me están esperando le dije.- -No, regresa acá conmigo, oigamos un par de canciones juntos, no seas malo- Hizo la carita de tristeza fingida más hermosa que he visto en mi vida. En vez de ir al único baño que estaba al fondo del bar me dirigí a la calle, donde calme la necesidad en un poste.

No fui directo con ella, pase lavándome las manos con un poco de ron, me seque en el pantalón ahí estaba, viéndome hermosa llamándome con la mano, yo encandilado, encantado, embrujado. Se había puesto los zapatos, y se había recogido el pelo en una cola, la vi hechizándome como siempre, me pare a la par de ella y metió su brazo entre el mío, yo la miraba de reojo no podía evitarlo. -¡Para!- en mi oído… -No tenes necesidad de verme de lado, yo estoy acá- Su boca estaba en mi oído, la estreche contra mí en un abrazo que pareció más largo de lo que realmente fue… Lo que si fue largo fue el beso a continuación, el grupo empezó tocando “Yo te ví”, el climax fue cuando empezaba “En el Jardín”

“Ya han pasado varios años
tú has crecido y yo crecí
solíamos besarnos escondidos en el jardín
nos colgábamos de un árbol
paso el tiempo y te perdí
aun recuerdo aquel domingo tú te fuiste y yo me fui”

El momento fue perfecto, catártico yo oía la música, mi tacto estaba en un momento casi religioso, mi corazón latía con el ritmo de la batería, mientras mi boca estaba en su boca.

Cuando abrimos los ojos mis amigos estaban cerca de nosotros sorprendidos, parecía que todo el universo hacia un complot a favor mío, no sé con qué objetivo. Aurora fue encantadora toda la noche, mis amigos la miraban volteaban a mí y sonreían, mientras tomábamos café a las dos de la mañana terminando la jornada,

Como si fuera ayer: esa noche estaba tan feliz, no pude dormir.

1996 (agosto, sábado)

Nervios, no estaba en casa. Doña Adela me contesto molesta la quinta vez que la llame por teléfono, -Ya te dije que no está.- A las 9:00 de la noche sonó la llamada, su voz melosa y al mismo tiempo profunda, fría. Era para decirme que nos viéramos al otro día en el cerro a las 10:00, me acosté pensando en ella.

1996 (agosto domingo)

Cuando cruce la calle empezó a llover, trate de no mojarme pero las ansias eran más fuertes. Un par de cuadras después ya caía la lluvia más picada. Las culebrinas de los relámpagos se veían reptar antes de escuchar los truenos.

Estaba adentro de la iglesia con un sudadero gris, las gotas rebotaban en el techo. Adentro de la ermita el sacerdote oficiaba la misa. “…en el nombre del padre del hijo y del espíritu santo…” –Hola- Fría, gélida, beso en la mejilla, beso de judas. –Yo trate de cogerle la mano- la separo molesta.
–Tenemos que hablar- “…hermanos nos hemos reunido para celebrar los misterios de la fé… Anunciamos tu muerte…” -

Lo que paso el viernes fue bonito y todo, sos re buena gente, inteligente chulo…- “Así pues tomo pan y dándoles gracias los compartió con sus discípulos diciendo…- Pero tengo novio.- “¡Talan! ¡Talan! ¡Talan! ¡Talan!” No pude articular palabra, así que ella se levanto, ahí fue que reaccione… Me levante de un tirón y la rebase encarándola: -Sos una mierda.-¿Qué te pensas que soy tu pelele? - le solté, -“…Santo, santo dicen los querubines...” -Ah , te salió lo machito, me dijo viéndome con un desprecio que me dejo helado. –Estuviste un año sin hablarme, un año,

¿Qué? ¿Querías que me metiera en un convento mientras vos me llegabas a rescatar? -Yo te quiero, q-quiero estar con vos- le sujetaba los brazos. El agua caía, salpicaba. –Se le llenaron los ojos de lagrimas.- ¿Quién putas crees que te llamaba a tu casa y colgaba cuando contestabas? Dijo: - no Manuel no estábamos listos, yo no estaba lista.- silencio pausado, gotas cayendo, gotas golpeando -Pero podemos ser amigos.- sonrisa perfecta, indignación, Risa fingida, claro amigos- -

Porque mejor no me clavas un puñal en la espalda- es lo mismo el olor a humedad lo llenaba todo, -Deberías de volverte actor sos un dramático de mierda - ella aceleró el paso, se fue, me fui. Lágrimas confundidas con el agua. “…Estimados hermanos podéis ir en paz, la misa a terminado…” Amén.

"En el jardín" Bohemia Suburbana 1995:

https://www.youtube.com/watch?v=flD-whP6vvs

Boehmia Suburbana:

https://www.youtube.com/watch?v=meDuyK4sY00