El Arquetipo

Salgo a la luminosidad de la calle por el pasillo fresco y semioscuro. El movimiento del tráfico y el ajetreo de la gente ocupada en sus quehaceres, contrasta marcadamente con la quietud y el ambiente distendido de las oficinas que acabo de dejar. Por enésima vez en las últimas semanas, he visitado una consultora laboral donde pude entregar con una mueca repetidamente amable, a una señorita preciosa y considerada, otra copia de la historia de mi existencia resumida en dos apretadas páginas. Mi hoja de vida, currículum vitae, résume o como quiera que se llame hoy en día. Nunca se bien cual es el nombre correcto, pues varía con las épocas, los lugares y las modas. En la actualidad y en el gran Buenos Aires, donde resido, parece ser que la mayoría favorece la denominación de ese documento como CV.

Sé en mi corazón que nunca me van a llamar de ninguna de esas consultoras. Lo pude ver en la cara de conmiseración de quienes recibían de mis manos los papeles prolijamente redactados, fingiendo un profundo interés en la lectura de mi pasada experiencia y mis habilidades, pero agrandando ligeramente los ojos al pasar por la sección de datos personales. Pero es un trámite que simplemente había que cumplir en la dificilísima búsqueda de un empleo. Tratar, siempre tratar, no bajar los brazos ni darse por vencido. Es que me debo confesar culpable de un crimen imperdonable en la Argentina del presente. Tengo más de cincuenta años y, de acuerdo a la mentalidad imbécil y los parámetros de juicio totalmente distorsionados que hoy aquí predominan, no sirvo absolutamente para nada.

No parecen importar los años y años de experiencia acumulados en tratar de hacer las cosas bien, para compañías que tarde o temprano planearían reestructuraciones que iban a dejar en la calle a mucha gente. Además, soy bajo de estatura, bastante calvo y pateticamente viejo de acuerdo al estándar de aceptación actual. Que sepa como hacer un trabajo en mi campo de acción es absolutamente irrelevante, según parece. Hoy es imprescindible ser alto, bello y jóven para triunfar, o si no, estar prendido con uñas y dientes al partido político gobernante. Los que están a medio camino entre estos dos pilares de humo, caen al vacío.

Es irónico ver que, mientras en el mundo intelectual los cráneos sobresalientes se llenan la boca informando que la expectativa de vida crece día a día, mano amano con los arrolladores avances de la ciencia, aquí se considere vieja e inservible a una persona de cincuenta años. Bueno, quizás también sea una de las explicaciones de porqué estamos como estamos en este país que tanto promete y que nunca cumple nada. No se puede moldear como arcilla fresca a alguien de esa edad, que encima no haya sido agraciado con atributos fisicos deslumbrantes.

Aunque trato de sobreponerme a mi creciente desilusión y pensar en positivo, pués ya tengo alguna experiencia de crísis en mi vida, no logro del todo engañarme a mi mismo, pensando que todo va a estar bien. Sé en mi interior que va a ser una empresa muy dificil y que quizás, con suerte, tenga que negociar al final, por mucho menos de lo que tenía previsto.


Hace ya un tiempo que regresamos con mi esposa desde otro país, donde residimos por veinte años. Aparentemente casi nadie comprende por qué carajo volvimos, y la verdad, yo tampoco lo sé muy bien.

Lo único que mi mente procesa y razona, a modo de explicación recurrente y obcecada, es que en realidad nunca quise irme. Pero era lo mas aconsejable para hacer en esos tiempos de inestabilidad y cambios, (¿Alguna vez no lo fue?) para tratar de darle un futuro mejor a nuestros hijos, pués reconozco con tristeza que aquí, desde las esferas del gobierno, siempre se exige de todo: sacrificio, trabajo, fé, tolerancia, colaboración, patriotismo, bla, bla, bla a cambio de... nada, absolutamente nada. Sólo la tácita certeza de que en el futuro estaremos un poquito peor.

Sin embargo, cuando uno es un idiota sentimental sin cura, el barrio, la tierra, las costumbres y los amigos de toda la vida siempre tiran. Y tiran mucho. Quizás mucho mas que la razón misma.

La cuestión es que después de esos veinte años de batalla tras batalla como visitante, de sacrificios consagrados y negaciones personales con mi mujer siempre, siempre a mi lado, los hijos se adaptaron, nos escucharon, estudiaron y hoy son los exitosos profesionales que deseábamos en nuestros mas dulces sueños de futuro.

Pero la adaptación a una cultura totalmente distinta, a cierta edad, es difícil si no imposible. Así que después de dos largas décadas de anestesia general en el alma, al ver que el objetivo había sido heroicamente cumplido, decidí, más que decidimos, volver al oscuro rincón donde comenzó nuestra existencia. ¡Qué fuertes pueden ser los sentimientos! Jamás deben ser menospreciados, pués pueden desencadenar cosas hermosas al igual que toda clase de calamidades.

Por eso que aquí estoy ahora, en el lugar al que tanto anhelaba volver, con un gusto agridulce en la boca y con una mujer que ya no pertenece a esta época, aunque aún, para mi, es jóven. Que es una fiel compañera bajo cualquier circunstancia. Que me dió tres hijos de los cuales puedo hablar por horas, de puro orgullo. Y cuya especie parece estar en grave peligro de extinción, considerando los vacuos valores que hoy en general se manejan.


Nuestros hijos, con gran esfuerzo, creo que llegaron a comprender las razones que me impulsaron a volver. Por supuesto que habiendo sido criados a nuestra usanza pero en aquel ambiente foráneo donde se formaron, declinaron de plano cualquier posibilidad de regreso. Por suerte, mantenemos una comunicación fluída con ellos a pesar de la distancia y nos enteramos con bastante regularidad del progreso de sus vidas y de los avances en sus respectivas profesiones, lo que nos llena de placer y satisfacción. Sólo está pendiente en nuestras vidas la plenitud que brinda la realización personal, que es un pequeño vacío molesto que siempre está subyancente. Pero que asimismo no importa, o no importa tanto. Lo que pudimos lograr es mucho y nos sentimos profundamente agradecidos.

Ahora veo regularmente a mis amigos y por lo menos despotricamos y nos quejamos en grupo mientras disfrutamos de algún vaso de vino y de la mútua compañía. En el otro lado me tenía que quejar solo, o saturarle los oídos a mi paciente mujer. Aquí, para beneficio de los temas de conversación y desgracia nuestra, siempre existe algún motivo de protesta con fundamento, pués los interminables años de impune corrupción a todo nivel, arrasaron con la poca ilusión y esperanza de una mejor vida para el ciudadano común. Destruyeron la credibilidad de todo personaje con alguna autoridad y aniquilaron sistemáticamente la educación y la autoestima de la gente, hasta limar el alma de los individuos y la unión de las familias. Para que hoy casi nada importe, porque toda nuestra sociedad está fatalmente basada en la desesperanza y el descreimiento. Sin códigos de ninguna clase.

Aún así, la vida continúa y de alguna forma hay que sacar fuerzas para seguir adelante. Aparte de mi peregrinación por las consultoras, trato de hacer saber a todos mis conocidos que estoy en pos de un empleo, compro regularmente el diario y visito páginas de internet donde lleno solicitudes de ingreso.

Algunas veces me siento como si estuviera mendigando algo y trato de explicar lo más claramente posible a quien me quiera escuchar, que no estoy pidiendo dinero o favores sin ofrecer nada a cambio. Sólo busco que me paguen por lo que sé hacer. Consumar el milenario trueque de dinero por servicios prestados. Yo quiero ganarme la plata que cobre, ganármela con mi esfuerzo y dedicación. Pero hablamos diferentes idiomas y los que hablan en el mío propio es muy poco lo que pueden hacer, aparte de escuchar.


Siguiendo la rutina de todos los días, impulsada por una muy débil pero existente traza de esperanza, hoy abrí al buzón de la correspondencia adosado a la reja que proteje la entrada de nuestra casa de la jungla exterior.

Allí dentro había una única carta de aspecto muy elegante y formal. Era de una de las más importantes consultoras laborales de la ciudad y por donde por supuesto, ya había pasado. No puedo ocultar que la abrí apresurada y nerviosamente con bastante anticipación, ansiedad e ilusión. Su texto rezaba:

“Gracias por confiar en nuestra firma para la búsqueda de su re inserción en el mercado laboral. Después de una cuidadosa revisión de sus antecedentes, le informamos que Ud. se encuentra sobrecalificado para la variedad de posiciones actualmente disponibles en nuestra empresa. Le deseamos buena suerte en sus futuros logros profesionales, compatibles con sus calificaciones, que sin duda obtendrá a la brevedad”

“Atentamente,”



Gastón Gonzalez

(El rubio, alto, de ojos celestes que está a cargo de esta oficina. El que maneja la cupé convertible importada roja, mientras vos andás en bicicleta, que gana el triple del salario que a vos te conformaría y que se acuesta con la gran mayoría de las secretarias que aquí trabajan. Ah...!, ninguna tiene más de 23 años.)

Me ha parecido excelente esta crónica.

Me parece que refleja la realidad del autor.

Y creo que lo hace de una manera simple y clara. Diáfana.

Pude leerle con fluidez y reflejar mi caso personal en su propia realidad en muchos aspectos.

Creo, o por lo menos es así como me ha sucedido, que para que yo como lector pueda comprender a un autor es necesario que pueda compenetrarme en el contexto de la obra. Es decir, en alguna forma, vivirla yo mismo.

Si es una novela de aventuras, necesito sentirme uno más de los personajes. De otro modo cierro el libro y lo pongo en un lugar donde no me estorbe.

Al leer esta crónica, como comenté, no me sucedió nada de eso. Por el contrario me pareció estar frente a la señorita preciosa y considerada pensando que ella tiene ese trabajo precisamente por ser señorita preciosa y considerada.

Es lo que puedo comentar. Respetuosamente. Gracias.

Clomos, muchas gracias por tu tiempo dedicado a la lectura de mi relato y por las palabras de tu comentario. Aprecio de corazón tu visita, amigo. Recibe mi saludo cordial,
José

Muchas gracias amigo Jaime. Tu siempre tan amable con tus comentarios a mis relatos. Desgraciadamente, la sociedad tiene (a mi juicio totalmente errado) un mecanismo perverso donde se trastocan los valores y se confunde belleza física o presencia con aptitud y eficiencia. Creo también que ese es uno de los motivos por estar como estamos, donde muy pocas cosas funcionan como deberían. En fin..., entre los dos podríamos poner un kioskito..., jajaja... Aprecio tu visita, compañero. Un fuerte abrazo,
Jose

Excelente amigo José, es así y lo plasmás tan bien que me saco el sombrero ante tu relato, felicitaciones, besos

Muchas gracias Lili. Es un placer tenerte por acá. Es una triste realidad con la que tenemos que convivir y es bueno exponerla para que se vea en toda su injusta magnitud. Un beso, querida amiga,
Jose

Una realidad de muchos,por suerte soy empleado público y espero poder jubilarme de eso,aunque de seguro tendré que buscar una changa para sobrevivir por que después de laburar como perro la jubilación no te da ni para pagarte los medicamentos .

Pero esta crónica que relatas se repitió en mi viejo,la veo en amigos,y a diario,compañeros que como yo estudiamos,nos rompimos el traste laburando y nadie nos aviso que teníamos fechas de caducidad.

Pero tienes una ventaja,algo que al menos yo envidio,una compañera,tu tierra que aunque te de una presidenta como la Cristina,es tuya,con tus costumbres,tu lugar,y sobre todo la satisfacción de haber cumplido con tus hijos...lo demás se verá.
Muy buen relato

Muchas gracias Mario. Aprecio tu lectura y comentario, amigo. Desgraciadamente, es una realidad sin sentido la que se vive hoy en día. Pensar que alguien ya no sirve, tomando como casi único parámetro su edad. Recibe mi saludo cordial,
Jose

Ah Jose, un escrito con alma, el alma de muchos que van pasando por esta situaciòn, y a lo que seguramente iremos llegando todos, como va el mundo, jeje pero de seguro no hay que dejarse poner fecha de caducidad, sino fecha de consumo preferente jeje- como el vino con años mejor
saludos
k

Gracias amiga. Esto es algo que me parece particularmente injusto por lo tonto de la premisa en que se basa. Pero bueno, la sociedad hoy en día no se caracteriza precisamente por una buena percepción de la realidad. Aprecio tu lectura y comentario Karina. Un saludo afectuoso,
Jose

Pues bien, despues de leer este trabajo, excelente por cierto, solamente me queda hacerte una pregunta compadre Fobio: Era tu intencion poner al lector en estado de ansiedad? En franca desesperacion?

Sucede que comence a leer y por la manera en que empiezas la narracion, el protagonista hablando de si mismo, uno, el lector, espera una rapida alusion al hecho en si del fulano entregando curriculums. Me refiero a que el protagonista sale a repartir curriculums y despues la historia discurre en una disertacion sobre la edad, lo voraz e injusto que es el mercado laboral, etc.. Y yo como lector me pregunto:Y que demonios ha sucedido, consiguio un trabajo o no? No es sino al final de la tercera parte en que vuelves al tema de la busqueda de trabajo. Para esta parte yo ya habia empezado a pensar que te habias olvidado del principio! Del motivo mismo del escrito! Ademas que ya estaba yo nervioso! Que ha pasado? Consiguio trabajo o no? Fobio se olvido del principio o no?

En fin, como te he dicho un muy buen trabajo y en cuanto al tema prefiero no opinar pero cortando y pegando partes de este tu escrito bien podria yo hacer una excelente disertacion acerca del papel que juegan los cincuentones en nuestra sociedad, si es que juegan alguno.

Saludos desde los infiernos compadre.

Angel, primero que todo muchas gracias por tu tiempo empleado para leerme y comentarme. Dicho esto, vamos por partes como dijo Jack the Ripper:
Esto primariamente es ficción. Si bien en toda ficción siempre hay elementos de la realidad y quizás algo de la experiencia personal del autor, es un relato ficticio.
Ahora bien, esta situación pasa diariamente en mi país, es muy real y, a mi modesto entender, absolutamente discriminatoria y perversa.
Mi intención era definitivamente transmitir al lector esa angustia y ansiedad de quien es algo mayor (jamás viejo) y que busca infructuosamente conseguir un trabajo de cualquier tipo.
En cuanto a la conección entre el periplo de dejar currículums en todos lados y las autocríticas y divagaciones que hace el protagonista, también la hay. Si tu no has podido notarla, sólo significa dos cosas: O he fallado miserablemente en mi intención de hacerla patente como escritor, o no has podido notarla como lector.
En cuanto al desenlace, creí que también había sido claro que el protagonista no consigue trabajo. O sea que la perversidad despiadada de este sistema vacuo en valores triunfa, para desgracia de la gente que ha cometido el terrible pecado de pasar los cincuenta años.
Pero Angel, quiero decirte una cosa con total honestidad. Siempre espero y aprecio tus comentarios, porque se que son sinceros y en varias ocasiones resaltan detalles que nadie, ni los autores, pudieron notar con anterioridad.
Gracias nuevamente y te envío, en mi caso, un saludo especial desde los cielos, donde me hallo placidamente tocando la lira sobre una nube que me ha sido concedida como propia, por ser tan bueno,
José

Jajajajajaja! Asi que flotando en una nube, eh? No lo creo, todos tenemos cola que nos pisen... aunque la mia es mucho mas larga y puntiaguda.

Sabes compadre? A veces me pregunto: Que tan validos son los comentarios que nos hacemos unos a otros aqui en Letras? Me refiero a que en mi caso no puedo leer como un simple y mortal "lector". Cuando leo lo hago como si fuera un editor, de inmediato empiezo a buscar la mas leve inconsistencia. Quizas sea por mi trabajo como musico. Soy muy analitico. Ademas aqui en Letras de algun modo u otro todos escribimos y nos leemos unos a otros, de manera tal que lo que escribimos raramente es leido por un simple lector, alguien que no escribe y solamente lee. Y pienso que la opinion mas justa y valida seria la de ese simple lector. No la mia, que antes de leer y creyendome el mejor escritor de este sitio, ya voy predispuesto a que necesariamente encontrare algun fallo.

En pocas palabras, no me hagas mucho caso compadre!

Es que eso me pasa a mi también al leer, Angel. Siempre ando detectando fallos en puntuación, acentuación, gramática y el uso de los tiempos en los verbos.
Pero como aquí creo que todos, o casi todos, somos sólo aficionados a la escritura, y como creo comprender lo importante que a veces es escribir para quienes gustan de hacerlo, hay detalles menores que se dejan pasar en los comentarios, en beneficio de la idea general que el autor quiso transmitir. Por eso me gustan tus comentarios, porque tu señalas esos fallos y eso ayuda, al menos en mi caso, a querer mejorar para la próxima.
Saludos desde la misma nube, pero ahora acompañado de cuatro ninfas. No paran de premiarme por ser taaan bueno...,
José

Bueno, me despido. Si no va a resultar que en tu proxima replica vas a ser aun "maaaaaaaaas" bueno!



P.D. Aqui en el infierno a las "ninfas" les llamamos de otra manera... salen algo caras pero valen la pena.

Jajajaja..., mañana me dan mi halo y un suplido ilimitado de cerveza...! Chau,
José

JAJA ME VA A MATAR FOBIO..¿PERO CONSIGUI TRABAJOO NO?.JAJAJA
ES QUE ME PASO LO MISMO QUE AL ANGEL (BUENO NO LO MISMO SOY MAS LINDO Y TENGO MEJOR SUERTE CON LAS CHICAS) A LO QUE VOY,ME GUSTO MUCHO EL TEMA,Y CREO QUE DA PARA MUCHO,LA SITUACION DEL ADULTO HOY POR HOY EN LAS DIFERENTES SOCIEDADES,LAS EXIGENCIAS QUE HAY A LA HORA DE BUSCAR TRABAJO,SI SOS MAS DE CUARENTA,FUISTE,SI TENES 18 TENES QUE TENER EXPERIENCIA JA,COSA DIFICL,PERO ME QUEDE CON LAS GANAS DE SABER QUE LE PASO AL PERSONAJE,ES COMO QUE HAY DOS COSAS EN EL MISMO TEXTO.
POR AHI DESPUES CONTINUAS LA HISTORIA ,QUE SE ES DE FICCION -REAL (INVENTO MIO ESO)

UN TEMA PARA DEBATIR,AUNQUE MAS QUE NADA PARA QUE LO VEAN LOS SENADORES Y DIPUTADOS,ESOS VIEJOS RETROGADOS DE OCHENTA AÑOS QUE SE QUEDARON EN EL PASADO...PERO TIENEN TRABAJO JA

Gracias por pasar Mateo. La verdad, verdad, verdad de la milanesa: El protagonista consiguió un trabajo en una fábrica pequeña, medio como dado por lástima. Pero le duró poco. A los seis meses tuvo un agarre con la secreteria, que se creía la dueña del establecimiento sólo porque se encamaba con el dueño y hete aquí que nuestro vejete de cincuenta largos, que aún tiene algo de polenta, terminó en el suelo, dándole un sopapo atrás del otro a su amito, relativamente más jóven, para que aprenda con el rigor de una paliza que donde se come no se..., jode.
Encima, este protagonista renegado, le ganó de mano al calentón imbécil del jefe apaleado, y renunció antes que lo pudieran echar. Ah..., el vejete mal traído no pudo volver a conseguir un curro, por lo que se dedica a afanar quioscos atendidos por viejas después de las seis de la tarde. (La pucha..., que imaginación!) Abrazo,
José

Bueno al fin me hice un tiempo para leer este magnifico trabajo.
Gracias por hacer de la lectura un placer.
Un abrazo de tu siempre amigo Ricardo Cocho Garay

Muchas gracias Ricardo. Siempre es un placer contar con tu visita por este rincón, amigo. Un abrazo,
José

Bueno, José, sabés que suelo detenerme en puntuación, ortografía y demás. Pero, la verdad, me pareció muy acorde el lenguaje que utilizaste para enganchar al lector. Se lee con fluidez. El final, creo que se entiende como esa ironía de la vida (que las hay) donde te dan ganas de pegar un grito.
Para que te quedes tranquilo te doy una positiva: sos hombre y padre. Sip, parece feminista mi línea, pero ter explico. Si querés agregarle algo a la consutora, hace unos años, una persona que trabaja en una de ellas me dijo: "si tengo a dos personas igualmente calificadas laboral y (medianamente) en lo personal y una de ellas es mujer y madre de chicos en edad escolar, me inclino por el hombre. Porque? porque a la que llaman si sucede algo en el colegio, es a la madre y si el chico se enferma, la que se toma el día es la madre por lo que voy a contar con mayor disponibilidad en el caso de hombre" (sic) ( )
Con lo demás... no podría comentar sobre el contenido de manera objetiva tampoco asique me reservo el resto y te dejo un: "llega claro".
Muy bueno.

Gracias por tus palabras Silvina. Lo único que quisiera agregar es que al protagonista mucho no le sirvió ser "hombre y padre", porque trabajo no consiguió. En cuanto al tema laboral de la mujer, mejor me callo para no abrir otro debate sangriento..., jajaja. Aprecio mucho tu visita y tu opinión. Un beso,
José

Me encantó leerte, y ver que la vida es la misma allá que acá, que lo mismo da, que todito es igual.
Tu con tus cincuenta y tantos y yo con los tantos pasados de los cincuenta viviendo en dos paises hermanados por la lengua lejanos en distancia, pero iguales en tantas y tantas cosas...
Amigo somos legiones los que nos encontramos en estas condiciones.
Un gran abrazo
didina

Didina, dice el refrán que "Mal de muchos, consuelo de tontos", pero un consuelo al fin para todos los que se ven perjudicados por esta moda generalizada de menoscabar a todo lo que no sea jóven y lindo. Triste destino nos espera si se sigue en ese camino... Gracias por tu paso y tu comentario, amiga.
Saludos,
José

JAJAJAJ ,OK,RAPIDO PARA RESPONDER Y UF PAVADA DE IMAGINACION,JA.
AUNQUE ME GUSTO ESE GIRO