El Entregador III

Tercera y Ultima Noche

Cuando se desvaneció la última luz del día en el ventiluz de la pared, una vez más nos encaminamos mecánica y silenciosamente a nuestro escondite, sabiendo que esta sería nuestra última noche allí. Apartamos con las manos unas pocas telarañas que quedaban y nos acomodamos lo mejor posible. Nos sentíamos sucios y el olor de nuestros cuerpos inundaba la atmósfera del estrecho pasillo.
Sumidos como estábamos en un sopor de quietud y silencio total, pasando alternativamente por breves períodos de soñolencia y realidad y sin tener ninguna noción de la hora en que estábamos, sentimos la suave frenada del camión en el pavimento húmedo. A continuación el ruido seco de los borceguíes al golpear la calle. El tintineo metálico de los cintos con las municiones y las armas no hicieron más que confirmar la presunción inicial.
Mientras éramos empujados hacia la oscuridad de la calle, con las manos en alto, sin ofrecer ninguna resistencia y tratando a los gritos de convencer a los milicos que habíamos entrado allí sin el conocimiento y consentimiento de Emilse, ví fugazmente entre las hendijas de la ventana vecina, un par de ojos que brillaban como ascuas.

Para vos Chino, estés donde estés.

La violencia hace ver demonios en donde no los hay, desde ese evento en el cual un integrante es llevado por la fuerza sin saber su destino, el hecho de que los amigos deban dejar de serlo para tomar rumbos extraños y escondites inuscitados, aun en los lugares mas propicios como ese pequeño pasadizo, tantos ideales que fueron pisoteados, por esos ojos de gente ciega por gusto y con el corazón sin sangre.
nada mas me resta decir que hay un viejo dicho que dice "ningún comedido sale con venia de dios".
saludos
k

Gracias por el tiempo de tu lectura y comentario, Gara. Esto pasó aquí en mi país. Quizás con algún detalle más o menos. Pero pasó tal cual como lo cuento y eso es lo terrorífico. Mi saludo y mi aprecio,
José

Hola Fobio:

Paseándome por el sitio pra familiarizarme cada vez más con él, me encontré con "El entregrador I, II, III" y los leí. Me angustió mucho pensar que fuera una experiencia personal tuya, pero, gracias a Dios, por el comentario que le haces a Gara, veo que tal vez no fue así.

De todas maneras, terrible. Yo escuché de viva voz, la narración de un padre de familia cuyo hijo sufrió esa misma suerte. A este muchacho le tocó escuchar los gritos de angustia de su compañero apresado con él, en una celda contigua, mientras lo torturaban. Por fortuna, el hijo de la persona que me contaba eso, sobrevivio, más no su compañero de infortunio.

Cruel y dolorosa realidad la época negra que vivió Argentina en ese entonces y que, desgraciadamente, sigue siendo actual en muchos otros países del mundo.

Relatas de manera muy interesante, captas la atención y haces que uno quiera saber qué es lo que se viene después. Te felicito.

Saludos,

Cige

Muchas gracias por el tiempo de tu lectura y comentario de mi cuento, amiga Cige. Esta, sin ser una experiencia personal, es algo que conozco bastante bien, porque pasó en el tiempo que terminaba la escuela secundaria. Muchos de mis conocidos, y unos pocos de mis amigos desaparecieron en esa época, creando una angustia nueva hasta ese entonces y muy difícil de resolver en esa temprana etapa de la vida.
Fue algo muy traumático y aquí sólo quise reflejar una de las tantas situaciones trágicas que se vivieron a lo largo y a lo ancho de Argentina.
Aprecio tu paso por mis escritos. Un saludo cordial,
José

Muchas gracias por el tiempo de tu lectura, querido amigo. Me alegra que el cuento fuera de tu agrado. Un abrazo,
José

Saludos.

como te dije, me ha puesto muy nervioso, al punto de comerme las uñas. te diré que al leerlo tuve sentimientos encontrados, por una parte es agradable la forma en que lo narras, pero las escenas no dejan de perturbarme, creo que me identifico mucho con los personajes, no me gustaría vivir una situación así. lamento igual que sea tan corto, ya me había capturado.

Muchas gracias amigo amimsped. Este relato corto en particular salió de mi imaginación. Pero quiero que tengas en cuenta que situaciones así realmente sucedieron en Argentina. Fue muy triste y doloroso, pero, con pequeñas contribuciones como ésta, espero que no se olvide nunca. Aprecio mucho el tiempo de tu lectura. Saludos,
José

ME LOS LEÍ DE UN TIRÓN ,ENGANCHA LA NARRACIÓN,TERRIBLE,SI PORQUE SE VIVIO,EN UNA U OTRA MEDIDA, TU GENERACIÓN LO VIVIÓ.
MUY BUENO,EN VERDAD.UNA CRÓNICA DE TIEMPOS OSCUROS PERO QUE NO HAY QUE OLVIDAR

Si Mateo, mi generación lo vivió muy de cerca cuando apenas éramos un par de años más grandes que vos ahora. Yo perdí muchos amigos que eran considerados "comunistas" porque juntaban ropa entre los vecinos para llevarlas a las villas. Pero ahora, viendo lo que está pasando en el presente, los milicos, que antes me parecían ogros, lucen como nenes de pecho ante toda la atorrantada junta y el caos que gobierna en mi país (porque aunque no esté físicamente viviendo allá, siempre ese va a ser mi país). Gracias por leerme. Un abrazo,
José

Muchas gracias por tu lectura y comentario, estimada amiga Any. Te envío un gran abrazo,
José