Una Noche Cualquiera

Salgo a la humedad y el fresco de la noche mirando hacia el cielo e inhalando profundamente el aire otoñal. Me subo el cuello del abrigo y camino por la vereda tratando de ver un taxi disponible que me lleve hasta mi departamento. Estar con los amigos charlando de nuestras cosas hasta la madrugada es lindo, sin dudas. Pero no es lo mismo que hace treinta años atrás. Uno ahora lleva mucho equipaje sobre los hombros. Ya no es más acerca de uno. Es acerca de uno y algo o alguien más...

Pero gracias a Dios que están los amigos de siempre. Esa familia que uno no heredó pero pudo elegir. Muchos dirían que somos una manga de fracasados que todavía decidimos estar juntos para lamernos las heridas en grupo. Yo, personalmente, creo que nos sentimos bien reuniéndonos unas pocas horas al día, al anochecer, donde podemos hacer un recuento de los pormenores diarios y evaluar en conjunto nuestras vivencias y experiencias de vida.

Los hombres no somos como las mujeres (¡Chocolate por la noticia!) Nos abrimos totalmente a nuestros amigos íntimos y nos mostramos como somos, sin miedo al juicio. Sólo esperamos una opinión sincera que nos ayude a guiar nuestros próximos movimientos. Raramente, si hay amistad verdadera, se ve entre nosotros envidia o resentimiento. Si hay consejos, son salidos del corazón y con verdaderas ganas de ayudar, aunque a veces ni siquiera podamos ayudarnos a nosotros mismos.

Cincuenta años es una edad jodida porque está en medio de todo. Obviamente no se es plenamente jóven, pero tampoco uno esta en la decrepitud total. Aún hay mucho por dar. Hay experiencia, hay ganas, y para muchos de nosotros aún hay amor por dar, o sólo sexo. Qué se yo, ¿Cuál es la diferencia...?

Lo único claro y patente es que el resto del mundo nos cierra las puertas para todo como si fuésemos momias. Nuestra opinión no existe, nuestra experiencia no existe. Nosotros, en realidad, no existimos. Salvo para los que están en el mismo barco, que son los amigos de nuestra edad y que sufren las mismas injusticias discriminatorias día tras día.

Sigo caminando, girando la cabeza de cuando en cuando para ver si veo algún taxi libre y pienso, casi sin proponermelo, cuán injusta es la vida. Pero por otro lado, ¿Hay alguien que realmente piense que la vida es justa? Lo dudo. Aparte, de este lado del Río de la Plata nos enseñaron desde chicos a bancárnosla y vivir o convivir con lo que hay. Llorar y lamentarse es de gusto, no es de hombres y no sirve para nada. Especialmente si uno es macho. O machomenos....

Recuerdo cuanta promesa y potencialidad había a los veinte años. Secundario terminado. Profesorado de inglés en la bolsa. Servicio militar cumplido y toda una brillante carrera universitaria por delante. ¡Ah..., si! Ibamos definitivamente a cambiar el mundo. Como si la mera obtención de un título universitario nos iba a conceder una licencia para torcer destinos e influenciar gobiernos. ¡Cuánta ingenuidad concentrada en una sola persona! ¡Cuánta calle te faltaba por vivir, pibe...!

¡Y el cachetazo que fué descubrir que cada profesión tiene su mayoritario lado interesado!. Los médicos ya no tienen pacientes a quienes aliviar, sino clientes. Los ingenieros y arquitectos no construyen para el beneficio de una sociedad habitacionalmente carenciada, sino cuando sus talentos se ven premiados con mejores sumas de dinero. Y así sucesivamente. El anhelo, la ingenuidad y la esperanza de un mundo mejor y más equitativo fueron pulverizados brutalmente por el sólido y contundente peso de la fortuna y todo lo que ésta puede comprar. Y ya no estoy hablando de cosas materiales, sino de favores y hasta almas. A mayor cantidad de dinero, el límite de los rubros posibles de adquirir aumenta en forma directamente proporcional. Quizás, hasta se pueda comprar el paraíso. Quien sabe...

De todas formas este ejercicio de la mente no hace más que bajonearme aún más y poner de manifiesto el enorme abismo de ideales que hay en sólo treinta años de tiempo. Sólo treinta años...

A esta altura de mi caminata y de mis reflexiones me olvido del taxi. Diez cuadras más y estaré llegando al pequeño departamento que alquilo desde hace tres años, después de mi divorcio. Luego de haber resignado todo lo logrado, por los reclamos y la postura insatisfecha de mi mujer, que estoy seguro se hallaba en la misma crísis que yo, pero alimentada por diferentes hormonas. Sin saber exactamente que hice mal, pero con la seguridad de que hubo muchas cosas que no hice bien. Padeciendo un castigo excesivo por el frío y distante trato que hoy en día recibo esporádicamente de mis hijos.

¡Y yo, que tenía ínfulas de cambiar el mundo! ¡Si a duras penas puedo mantener unidos los fragmentos que me quedan de mi propia vida! Después, andá a explicarle todo eso a un psicólogo/a, cuando te sentís desbordado por una cadena de situaciones adversas, fracasado o deprimido, especialmente a uno que apenas si llega a la mitad de tu edad, le va bien en su carrera y está convencido de que se las sabe todas.

No hay nada que hacerle. Si me sacan los amigos me muero. Pero me muero de verdad...

Ya llego al departamento. Abro la puerta del edificio y comienzo a subir las escaleras. Bienvenida sea mi cama y el prospecto de un mañana sin planes definidos, adonde cualquier cosa puede llegar a pasar... Aún quizás algo bueno... Pero siempre hasta la noche, ese momento mágico cuando estarán mis amigos esperándome, como siempre, en nuestro rincón del bar.

Un relato muy bien escrito, José que rescata el valor de la verdadera amistad.
Mi opinión personal sobre el contenido no aporta (al menos en esta reflexión del narrador) y me la reservo.

Primero que nada, quiero agradecerte de todo corazón tu tiempo para leerme y comentarme, querida amiga. Tu opinión personal sobre el contenido, aunque no soy mago, creo que más o menos la intuyo..., jajaja.
Pero sólo quiero aclararte que el texto fue escrito (nada más por pura observación), desde el punto de vista de alguien que no ha podido triunfar en la vida como hubiese querido y a quien únicamente le queda la amistad de sus pares como un bálsamo para sus heridas. O sea que hay una carga, puesta adrede, de descreimiento, amargura y pesimismo.
Un beso con todo cariño,
José

Me encantó. Sean bienvenidas todas las experiencias!

Me alegra mucho que te haya gustado, amiga Okami. Para mi es un placer haber recibido tu visita y leer tu comentario. Recibe mi saludo cordial,
Jose

Hay varias frases que mmmm ja pero ensalzo el valor del texto porque resguarda el valor de los amigos, y qué decirte de las reflexiones, imaginátelas que cuando pasen más años se hacen más complicadas, besos amigo
Lili

Buen trabajo José mantinene al lector inmerso hasta el final, pensando un poco me digo de todas maneras es un sobreviviente, si llego a casa en la madrugada sin que lo asalten jeje.
en fin saludos
k

MUY BUENO FOBIO, LO NARRASTE TAN BIEN QUE UNO SE ATRAPA EN LA HISTORIA,SIENTE AL PERSONAJE .
UNA NOCHE CUALQUIERA,,O UNA NOCHE DE TANTAS,ES LO MISMO EN ESTE CASO.
ME GUSTO

Volcar los sentimientos en las letras es algo muy importante para la persona que escribe, porque en las letras el alma se desahoga y al terminar de escribir cualquier vivencia nos sentimos mas ligeros. Fobio, como te entiendo! No hay nada mas significativo para uno que la amistad incondicional de los buenos amigos.

Gracias por compartir tus vivencias. Ha sido un placer haberte leido.

Recibe un cordial saludo a traves de la distancia.

Sinceramente...
Martha

Lili, gracias por tu visita y comentario, querida amiga. Solo recuerda que las frases cuestionables no estan dichas por mi, sino por el personaje del relato. Un beso enorme,
Jose

Gara, muchas gracias por tu paso, amiga. Y, despues que lei tu comentario, me di cuenta de cuanta verdad decias. El tipo camino no se cuantas cuadras y llego a su casa sin que lo asaltaran. Todo un record para el Buenos Aires de hoy..., jajaja! Un saludo con afecto,
Jose

Amigazo Mateo, me alegra mucho que te haya gustado el relato. Es un placer recibir tu visita y leer tu comentario. Un fuerte abrazo,
Jose

Martha, muchisimas gracias por tu tiempo para leerme y comentarme, amiga. Solo una aclaracion para no confundir a los lectores. Esto es algo ficticio que escribi por observacion y no tiene absolutamente nada que ver con mi realidad personal. Solo que lo hice en primera persona para meterme un poco mas en la piel del personaje y sus vivencias. Un saludo con afecto,
Jose

La narrativa es fluida, la primera persona le da el toque vívido al relato; muy bien plasmado, una apreciación lúcida del pasado y el presente que lleva al lector a pensar sobre las cagadas y aciertos propios y el desenlace futuro. No hace falta que aclares que se debe leer en forma impersonal; creo yo, que en la literatura las interpretaciones (lecturas) personales o autobiográficas no pertenecen a lectores consecuentes y objetivos. Saludos.

Gracias por tu visita y comentario Vandolero. La aclaracion la hice solamente debido a un par de comentarios que me sugirieron que quizas algunos lectores pensaron que relataba una experiencia personal. Cordiales saludos,
Jose

Un relato que nos muestra la vida de muchos. Gente que pasa al lado nuestro dejando sus frustraciones sin que nadie las note, hasta que alguien como tu mi querido amigo, pones la mirada observadora propia de los buenos escritores y nos traes un texto como este, donde más de uno se sentirá identificado.
Bien escrito como nos tienes acostumbrados.
Un abrazo

Fobio si te digo que me ha encantado, miento, me ha parecido genial. Al principio me han sonado las palabra como muy toscas en un ambiente descrito de manera muy mágica, pero cuando he ido avanzando, he ido descubriendo una gran frescura, reflexibilidad y sencillez expresiva muy de destacar.

Hay un hilo argumental: de la noche ambiental y el bar como santuario con los amigos, entre fracasado pero como último rincón del paraíso, un limbo entre un paraiso que no llegó y que puede convertirse, si tus amigos no están, en un infierno; por otro lado, en cuanto el personaje sale del "limbo", se empiezan a dilapidar los sueños, las vivencias desde joven hasta esos momentos, y llegando a casa, que pierde el taxi en el mismo momento en que llega al asunto de su mujer, en cómo la pierde sin hacer, de alguna manera dando a entender que es la dejadez del mundo defenestrado en que se haya y se hayó. Eso en el argumento, me ha encantado.


Y de los temas expuestos, he de decir que me ha encantado cómo has expresado la sicología "estandar" entre hombre (más prácticos y sin sentimientos) y las mujeres (más morales y sentimentales -demasiado en el caso como lo dices-); ellas como más jueces, y ellos más "sacerdotes" de una especie de secta (incluso se podría decir que ese el tono que pretendes dar al grupo; un lugar sagrado y de seres en comuna-monasterio del "limbo"). Aunque quiero decir que esto es muy variable y matizable, pero la sociedad en general, en el sentido de grupo-sexo, es así. En la intimidad podría decirse que hasta no es así; pero en general, el colectivo de hombres-mujeres tiende a esto.

EL otro tema de los sueños, cómo va de comerse el mundo, me he sentido bastante identificado: yo estoy en esa edad, y la verdad, a lo mejor es el tema que más he tocado. No he estido el fracaso grupal, es decir, de los sueños de "pequeño revolucionario"; sí el individual, de los "deseos interiores".

También el del "machito" y el orgullo, muy patrio: las dos cosas muy parecidas al español, el ser un "toro"... El íbero o el hispano (incluso latino diría, porque los italianos también lo son, y los franceses... -la Revolución Frances, ¿qué fue entones sino más que eso, orgullo patrio, pero idealista, no como en el caso, parece más bien que es un orgullo patrio interesado el que deseamos los íberos, pero no el personaje y por eso el sentimiento de limbo ¿?-?), como quieras llamarlo, culturalmente somos unos orgullosos. Pero acabamos como linces, algo así como el que dibujaba Goya en su grabado de "El sueño de la Razón produce monstruo", cuando las mariposas (los ideales) se hacen murciélagos (hastío y sombra).


No sé si he hecho buen análisis o si me he quedado algo, o si no he acertado, pero te dejo mis impresiones, casi expresiones, por ser un gran cúmulos de impresiones transformadas en un magnum totalizador (o eso pretendo del pequeño texto que me ha impresionado -o expresionado, como dirían los expresionistas, jugando con las palabras XD-). Por eso el comentario, espero que sea de tu gusto, como tu texto para mí. Un saludo de Samuel.

Muchas gracias Ricardo. Agradezco tus palabras, pero más aprecio tu paso por este rincón, querido amigo. Un fuerte abrazo,
Jose

Samuel..., wow...!!! Me has dejado sin palabras para agradecerte semejante comentario sobre la interpretación de mi relato, De veras que yo escribí todo eso...? Jajaja..., no te preocupes que es sólo una broma mia, porque nunca llegué a pensar que pudiese producir tantas sensaciones. De todas formas me encantó conocer tu punto de vista desde nuestra gran diferencia de edad. Es algo de lo que se aprende mucho...
Mil gracias por tu visita y tu comentario amigo. Los aprecio de verdad. Saludos cordiales,
Jose

Muy poco que agregar,un excelente relato José.

Un abrazo.

Muchas gracias Mario. Aprecio tu visita y comentario, amigo. Va un abrazo de vuelta,
Jose

Me a gustado la historia. Yo también me apoyo en los amigos y en la familia cuando tengo problemas, ellos te ayudan en los momentos más difíciles. Un saludo.

Muchas gracias por tu visita y comentario George. Un saludo cordial,
Jose

Las hadas ya me acompañan, porque me viniste a visitar..., jaa. Muchas gracias por tu tiempo para leerme y comentarme, querida amiga. Un beso enorme con todo cariño,
Jose