LETRAS Y ALGO MAS
Para poder interactuar en la comunidad, debes estar conectado,o registrarte.Tu cuenta será activada a la brevedad por un Administrador del Foro que hará llegar la activación a tu correo.,por lo cual ten especial cuidado en no equivocarte al registrar tu email sino no podrás ingresar al foro.
Te esperamos
LETRAS Y ALGO MAS
Para poder interactuar en la comunidad, debes estar conectado,o registrarte.Tu cuenta será activada a la brevedad por un Administrador del Foro que hará llegar la activación a tu correo.,por lo cual ten especial cuidado en no equivocarte al registrar tu email sino no podrás ingresar al foro.
Te esperamos
LETRAS Y ALGO MAS
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

LETRAS Y ALGO MAS

Un espacio diferente , para compartir y crear Registrado en Safe Creative
 
ÍndiceÍndice  PortalPortal  BuscarBuscar  Últimas imágenesÚltimas imágenes  RegistrarseRegistrarse  Conectarse  CONTACTANOS  

 

 RUIDOSA

Ir abajo 
AutorMensaje
Tarquino
Escritor activo
Escritor activo



Masculino
Tauro Tigre
Cantidad de envíos : 156
Fecha de nacimiento : 30/04/1950
Edad : 73
Localización : Buenos Aires - Argentina
Fecha de inscripción : 05/01/2012

RUIDOSA Empty
MensajeTema: RUIDOSA   RUIDOSA Icon_minitimeJue Mar 01, 2012 10:58 pm

De pocas cosas me arrepiento haber hecho. No porque todas fueron sabias, todo lo contrario, mi vida está plagada de desafortunadas decisiones. Pero es eso: son decisiones. Las mismas se toman en un determinado momento y contexto. Uno se equivoca, vaya si se equivoca, pero no son cosas para arrepentirse. Lo que se puede pensar, es que, de haber tenido más cuidado o con más amplia base del conocimiento, tal vez, y solo tal vez, se podría haber tomado otro rumbo.
De cualquier modo, lo que sigue sí fue algo para arrepentirse. Es más, sabía de antemano que muchos años después, seguiría recriminándome.

Vivíamos con mi mujer en un pequeño departamento en Barrio Norte y éramos recién casados, sin hijos. El edificio era bastante berreta – lo que se denomina construcción económica – la ventana del dormitorio daba al contrafrente y éste al pulmón de manzana. El tema es que, prestando un mínimo de atención, se escuchaba con bastante claridad lo que pasaba en el departamento de arriba. Fundamentalmente en verano, con las persianas levantadas. En éste, vivía un muchacho de mas o menos nuestra edad, pero soltero.
Cada tanto (en realidad bastante seguido), no dormía solo, y en general, nunca era la misma. Casi como una constante, los sábados hacía fiestas, no muy ruidosas y normalmente su ocasional compañera se quedaba. La que muchas veces sin querer, conocíamos a la mañana siguiente.

Todo cambió, cuando empezó a quedarse siempre la misma, si bien no todos los días, bastante seguido.
Esta pareja, evidentemente, se amaba mucho, pues cada vez que se encontraban lo manifestaban en forma pública y acalorada. Quiero ser muy claro: su actividad sexual era abiertamente ruidosa, ¡muy ruidosa!, gemidos, exclamaciones de placer, qué sé yo, de todo.

Tanto mi mujer como yo, éramos de dormir profundo. No nos despertaba el reloj, sino tampoco ningún ruido conocido. Pero nos quedábamos charlando, jugando o trabajando hasta muy tarde y por lo tanto, era inevitable escucharlos.

Una noche, a mi mujer le pareció que exageraban: “que en realidad se estaban mandando la parte”, “que no puede ser”, “que está mal”, “que no tiene derecho de hacernos partícipes”, “que si quisiéramos dormir no podríamos”, “¡hay que decirles algo!”
Le expliqué que si bien era exagerado, dormir podríamos, que no somos puritanos ni nada parecido, que tenía razón, pero en el fondo nos importaba poco y que en fin, era cosa de ellos. Pero mi esposa es la de que exclaman: “Seamos héroes, vayan”.
- Tenés que ir y decirles.

Y fui. Un sábado la actividad fue muy intensa, mi mujer insistió, y al otro día estaba yo, golpeándoles la puerta.

¿Por qué fui?
La pregunta me la hice un millón de veces, con variadas respuestas: porque no era capaz de negarle nada a mi mujer, a lo mejor por envidia, de puro malo, para arruinarles las noches. Cada una de las respuestas que me daba, le agregaban al comportamiento, más vergüenza. Trato de conformarme, explicándome que lo hice como un experimento o un desafío conmigo mismo: ver si era capaz de afrontar y resolver una situación por demás delicada. Tal vez fue un conjunto de todas, mas algunas otras razones desconocidas aun, no lo sé...
Lo que si sé, sin lugar a dudas, es que pocas veces en mi vida, hice algo tan estúpido, vergonzoso, irracional. No tengo excusas, de antemano sabía con una seguridad absoluta, que eso no se hace – hay códigos –. No tenía necesidad, no hacía falta, no era tan molesto. Mi arrepentimiento – aunque fuera un contrasentido – era anterior a la acción.

El hecho es que un domingo, a media tarde estaba frente a la pareja, que solo conocía de encontrarnos en el ascensor o el palier del edificio.
Mientras subía el piso que nos separaba, pensaba: cómo los encaro, qué les digo. Decidí (iluso de mi), poner la mejor cara de nada y ser absolutamente impersonal.
La charla fue amable, tranquila, casi cómica. Cuando les expliqué el “problema”, el tipo me miraba, supongo que sin poder creer lo que escuchaba: su sorpresa era genuina.
En un primer momento, me pareció, que la chica quería demostrar turbación o algo parecido. Pero luego su expresión cambio a total indiferencia. Podía haber gritado, llorado, pedido disculpas, cualquier cosas. Pero no. Eligió ser neutra, como ignorando la situación y a mi mismo. Sabía que eso, me lastimaba más que cualquier otra postura.
Al principio, sentí que mi mundo se derrumbaba, no podía sostener la mirada de ella, que parecía aburrida. Un instante antes de salir corriendo, me di cuenta: ella fingía, muy bien, pero fingía. Su postura era una pose, estaba concientemente tratando de hacerme sentir un tarado. Por supuesto que en ese momento lo era, pero al notar su deliberado comportamiento, no pude evitar relacionarlo con el comportamiento nocturno. A lo mejor fue mi imaginación, pero me pareció, que mi vecino llegaba a la misma conclusión que yo: la chica era casi una artista.

Nunca más los vi, tampoco los escuché. Como al poco tiempo nos mudamos. Me quedo para siempre la duda, si la pareja continuó disfrutando su intimidad como querían, o si esa tarde fue el principio del fin.
Volver arriba Ir abajo
http://tarquino-antiguo.blogspot.com
 
RUIDOSA
Volver arriba 
Página 1 de 1.

Permisos de este foro:No puedes responder a temas en este foro.
LETRAS Y ALGO MAS :: NARRATIVA :: Textos (literarios, Científicos,Periodísticos, etc.)-
Cambiar a: