EL DÍA QUE LLEGARON LOS EXTRATERRESTRES.

- Che pibe ¿me podes decir que día pasa el afilador?
- No se… ¿Quién es el afilador?
- El afilador pibe, el que afila los cuchillos y las tijeras.
- ¿Y que se yo? Métase en el Google.
- Mira que habías sido mal educado mocoso de mierda. Mandarme a meterme en el… que se yo, las tijeras y los cuchillos. Ya no hay respeto por los mayores ¡Que lo parió!

Seguí camino al almacén, quería tomar unos mates para desayunar y no tenía ni dos gramos de yerba.
Hoy no es mi día me dije - El negocio abierto y el almacenero se rajó ¿anda saber donde?
Menos mal que estaba el muchacho que lo ayuda ordenando la mercadería en las estanterías.
- Oiga joven ¿me podría vender un peso de yerba?
- ¿Como dice?… ¿Un peso de yerba?
- Si claro, un peso de yerba ¿o no te animas? no vas a ir en cana por eso.
- Mira fiera, yo no se quien te dijo que aquí vendemos droga pero, te informaron mal y… una cosa más, no creo que con un peso puedas comprar ni un cuarto gramo de esa porquería.

Me quedé sin poderle contestar y fui a mirar el cartel de afuera, no sea cosa que me haya confundido de comercio.
El cartel decía – Auto servicio Roxana –
¡La pucha! con razón el muchacho no entendió nada, me metí en un local de servicios para automóviles de una tal Roxana.
Además debe ser algo sordo y corto de vista el pobre. Mirá que confundirme con una mujer y además, fiera. Igualmente el tipo bien mal educado ¿no? porque aunque me hubiera confundido con una mujer fea, no tiene derecho a llamarla de ese modo.

Como no pude conseguir yerba para los mates y se hizo cerca del medio día, busqué un bar para tomar un aperitivo.
Encontré uno ingles, de un tal Mac Donald. Estaba lleno de parroquianos pero, a pesar de ello, pude conseguir una mesa libre.

Después de un rato esperando al mozo me dije - Este ingles es un avaro, se quiere ahorrar el sueldo de los mozos con la cantidad de gente que tiene en el local y ni siquiera es capaz de sacar al salón algunos de los que tiene detrás del mostrador.

El fastidio hizo que llegara hasta ellos para elevar mi queja.
Antes que pudiera decir “A” una señorita con una amplia sonrisa me dijo.
- ¿Va a llevar la promo cinco? Viene con un cheeck cake sin cargo.
- ¡NO SEÑORITA! - dije elevando la voz y visiblemente enojado.- QUIERO QUE EL MOZO DEL MI SECTOR ME LLEVE A LA MESA QUE ESTÁ AL LADO DE LA VENTANA, UN AMARGO OBRERO CON INGREDIENTES. HACE UN BUEN RATO QUE TRATO DE LLAMARLES LA ATENCIÓN A ALGUNO DE USTEDES PARA QUE ME ATIENDAN Y NO LOGRO CONSEGUIR SIQUIERA QUE ME MIREN.

Ahí fue que me di cuenta que nos habían invadido los extraterrestres.
La chica le hizo señas a unos tipos de la puerta vestidos con uniformes parecidos a los de la policía y me sacaron poco menos que a patadas.

¿No se como llegaron y en que momento? pero voy a investigarlo.

Ricardo Cocho Garay
solo soy un soplo de vida en la eternidad

jaja muy divertido, aunque supongo que para el no lo habra sido...mi abuela me decia que todo tiempo pasado fue mejor...que al menos todos entendian lo que se les decia y no habia esas maquinas raras llamadas escaners que se comen las fotos
Nos estamos leyendo compañero

Ja ja ja ja já, ¡Ricardo, Ricardo, amigo! Pero che ¿Dónde te has metido estos años? Hace tiempo que están trayendo queso lunar. Aquí a Chile han llegado unas marcianas tan atractivas y curvilíneas que te quedarías con la boca abierta; ellas hablan con un acento parecido al tuyo y juran que son argentinas. Son tan ricas que pienso tratan de engañarnos, ignoro con qué objeto, pero ... que son EXTRA terrestres, ¡¡¡sí que lo son!!!
Un abrazo desde Chile, un país que está siendo invadido hasta por las marcianas.
Jaime

Aguda critica,por aca se rreían el otro día cuando abrieron un museo de la comida,y aparecian cosas como: la balanza de pesas,latas de galletitas con un vidrio delante,un primus,una cocina a leña...¿te imaginas,reliquias arqueologicas para algunos,los más lindos recuerdos para otros,donde el día a día te llevaba a saudar a la almaceera, que sabia todo lo que pasaba en el barrio...

Por suerte vivo en un barrio donde parece que el arroyo que nos separa del resto de la ciudad,también freno algunascosas,aún pasa e afilador con es silbido caracteristico, el pescador dos veces al día,y aun hay almacencitos done podes comprar una cebadura de mate,y boliches amarillos donde tomarte una grappa y jugar al truco o al billar.Como dice Poe, tenemos suerte los mas jovenes de vivir en un barrio donde hay aun humanidad.

Buen relato

Bien compañero muy lograda tu narrativa a mi me hubiese pasado lo mismo
un saludo y mis felicitaciones por este relato

JAJA. Ya, nos están invadiendo sin que los sepamos. Como Jalloguín. Vas por la calle y más que miedo, en estas noches de muerte, te dan ganas de descojonarte del guaje que lleva a esa piltrafa de disfraz que está hecho por un manco... Por no hablar de las rebajas con las mujeres como hienas tirándose -y casi con doble sentido. Como si fuera esa acción un contenido sexual-agresivo donde descargar...- a por la ropa; aunque no tengan dinero, van como locas, y luego se quejan de que no tienen dinero ni pa` llegar a fin de mes o que no pueden salir de viaje de vacaciones, ese año -yo que hecho dos malditos viajes "grandes" de turismo: una Barcelona y uno a París. Un sólo viaje al extranjero. Mientras mis padres se desloman, y estas personas pidiendo préstamos para irse de vacaciones con un préstamo que no pueden pagar-. Y pobrecillas. Sí, debemos ser los únicos humanos que quedan en la tierra.