EL AMOR DEL ALMA.

Esa mañana el día se iniciaba como de costumbre, el resonar de los pasos de las enfermeras en los pasillos, el murmullo en los cuartos y alguna que otra queja al volver a la realidad después del sueño.

Las luces artificiales del edificio se mezclaban con los primeros rayos de sol, en fin… la rutina se hacia presente en el hogar de ancianos y poco a poco sus ocupantes iban camino al salón principal.
Un típico ruido a vajilla anunciaba el desayuno. Té con leche y tostadas.

Ella, ya estaba allí desde hacia un rato, sentada en la mesa del medio. Tenía el cabello totalmente cano, recogido prolijamente hacia atrás y sostenido por una cinta de raso color rosa, una blusa blanca, pollera negra, un saquito de hilo que hacia juego con la cinta y unas pantuflas del mismo color.

Sus ojos estaban fijos en la ventana que daba a los jardines. Desde allí se podía ver rosas amarillas, un jazmín y un limonero visitado por nerviosos gorriones.
Ese espectáculo la tenía fascinada, abstraída de lo que sucedía a su alrededor.

Mientras tanto en la portería la presencia de su hija y su acostumbrado saludo diario preguntando por su madre.

- Buenos días Carmen, ¿como está mamá, la puedo ver?, sólo tengo unos minutos antes de ir al trabajo

- Si, está muy bien, de hecho hoy se levantó antes que nadie, está en el salón desde hace un buen rato. Pase, pase que la debe estar esperando.

- Gracias Carmen, luego nos vemos.

La mujer se dirigió inmediatamente en busca de su madre que continuaba mirando por la ventana.
Llegó hasta ella, la tomó de los hombros y besó su mejilla.

- Hola ¿Cómo estás? - Le preguntó buscando sus ojos empapados de jardín.

Ella giró su cabeza dirigiéndola a su hija, en su rostro se dibujaba una dulce sonrisa, la miró un instante y dijo:

Hola estoy muy bien, no se quien eres sin embargo, sé… que te he amado mucho.

La realidad como excusa para decantar la frase final "sé que te he amado mucho".
He aquí el autor en todo su esplendor.

Sin palabras, queda perfectamente justificado el titulo en este texto.

Excelente Ricardo, no se que comentar que ya no suene redundante.



Que las hadas te acompañen

Gracias compañeros, un placer tenerlos como lectores.

Una realida que para algunos suena triste y para otros quizas es la realidad y nada más. A mi me hizo recordar. Una etapa de mi infancia donde la mamá de mi papá de crianza vivía con nosotros y s ibien estaba lúcida, tenia flashes así.

Un placer leerlo.
cariños

Hombre, compadre, a los tios duros como yo no se les debe hacer esto! Deberias poner por ahi un letrerito que dijera:"Solamente para almas compasivas..."

El escrito es excelente, como ya es tu mala costumbre, mala costumbre para los escritores envidiosos como yo y de lectura facil y amable. Hombre, debo ser sincero y decir que es demasiado almibar para mi, aunque esto no demerita tu excelsa pluma.

Anda, compadre, que estes muy bien y recibe mi saludo fraterno de siempre.

Amigo Ricardo, tiene tu toque especial, me has emocionado, besos
Lili

gracias CzarOeuf, Ángel y Lili son ustedes muy amables.

Abrazos

¡Que hermoso comentario querido amigo! Te agradezco la atención que le dedicaste a mi escrito y el tiempo para comentar.
Un abrazo

YO CREO QUE UA SOLA COSA RESALTA SOBRE TODO EN ESTE TEXTO,Y ES LO QUE EL AUTOR QUIERE ENFATIZAR,NO IMPORTA LAS CIRCUNSTANCIAS,CUANDO EL AMOR ES DEL ALMA,COMO EL DEUNA MADRE,,SIEMPRE SE RECUERDA Y SE SABE...QUIMICA? NO SE,PERO HASTA EN LA AMNESIA PEOR UNA MADRE SABE DE ESE AMOR

crudo y dulce a la vez, el alma sabe de amar.
saludos
k

Mateo, el amor como bien dices, tiene cosas incomprensibles.

Que tengas un buen día querido sobrino



Gara, que a nadie le quepa la menor duda que así es.

Gracias por pasar