VOY A ESCRIBIR UNA NUEVA SERIE DE DOCE CUENTOS QUE (si os parece bien) IRÉ PONIENDO EN EL FORO.

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ImageShack.us CUENTOS DE LA GAVIOTA POMPITA
Había una vez n gaviota que se llamaba Pompita porque era la más gordita de todos sus hermanos. Además de ser la más gordita Pompita era muy perezosa y un poco descarada siempre rezongaba cuando su mamá Doña Gaviota la enviaba a hacer algún recado. El caso es que a Pompita le gustaba hacer todo lo contrario de aquello que debía hacer.
Un día se levantó de mal humor y cuando todos sus hermanos ya se había puesto el traje de baño para ir al mar a zambullirse y pescar su desayuno, ella dijo que no iba y, testaruda, se puso la capotita de paja y la capa de salir, cogió el cesto y le dijo a su mamá que se iba a la pescadería a por su desayuno.
La mamá Doña Gaviota como conocía a su hija Pompita sabía que ella sola se daría cuenta de aquello que hacía mal y la dejó marchar.
Pompita bajó por el acantilado mientras veía a todos sus hermanos como jugaban y volaban entre las rocas, se zambullían en picado en las aguas azules y profundas y salían con los pececitos que le servía de desayuno en el pico. Pero, Pompita, no quería dar su brazo a torcer porque aquel día ya hemos dicho que se había levantado enfurruñada y sin mirar más se fue a la pescadería que estaba en el pueblo.
La pescadería naturalmente, era para las personas que no sabían zambullirse para pescar y a las gaviotas, Don Pascual, el pescadero, les daba las sobras de lo que no había vendido y así, Pompita se sentó en el bordillo de la acera a esperar los restos del pescado que vendía Don Pascual.
Cuando pasó toda la mañana, Pompita aburrida del todo, consiguió unas sardinitas bastante despachurradas que es lo que había quedado sobrante y lo que le entregó el pescadero Don Pascual para comer.
Con el estómago dolorido y muy triste, Pompita volvió a su casa, poquito a poco y sudando la gota gorda porque el sol aquel día calentaba mucho y cuando llegó a su casa en lo alto del risco y vio a sus hermanitos como reían y jugaban, se echó a llorar y se abrazó a las faldas de su mamá mientras decía:
-¡Buaaaaaa! ¡Tengo mucha hambre… mamááááá…!
La mamá Doña Gaviota que era muy buena y quería mucho a sus hijitos, la abrazó, le limpió las lágrimas y los mocos con el delantal, la sentó a la mesa y le dio un pescadito de los que le habían sobrado a sus hermanos recién sacado del mar. No hay que decir que después de aquel primero pidió otro y dos más, porque todos sabéis que la gaviotita se llamaba Pompita porque era gordita y siempre comía un poquito más de la cuenta.
Pompita, después de la llantina y de comerse su pescadito pensó que levantarse enfurruñada era una tontería y decidió sonreír todas las mañanas al levantarse, ponerse enseguida el traje de baño y salir con sus hermanitos a pescar.
Y así termina hoy este cuento ¿os ha gustado? MAGDA (Abu Xanino)