UNO POR VER, DOS POR PROBAR

Y es que los pobres eran de pueblo, los pobres no tenían hermosos abrigos, los pobres se cruzaban la negrura del sol y la quemadura del frio de páramo, con ponchos de pura lana de borrego desnudo, el borrego claro, porque lo dejaban así hasta que se ponga medio gordito y sirva para aguantar el hambre.

Que comían puras papas de tierra y la sal en grano, porque no tenían para esa sal blanquita y refinada, como la que llevaba el gringo, el que se divertía, con la primera india que le salía al paso, con tal de meterla en cualquier sequia y medio lavarle lo que iba a usar, por ahí ya tenía cuatro o cinco hijos medio indios medios gringos, ojo verde, pestaña virada, hasta con pelos necios pero amarillos, toda una nueva especie, grindios supongo.

Este míster, tenia para su mal, el hambre de buey y la sed de elefante, aunque era flaco, casi al estilo de la tisis; el negocio se le vino a menos, llegaron los turcos y esos turcos, si que le hacían al negocio, desde dinamita hasta la sal blanquita, poco a poco dejo de tener para sus necesidades de animal tísico, sin embargo el míster, tenía la capacidad intelectualoide, de cualquier alimentado en su niñez, con huevos y tocino, y la maldita saña contra cualquier color de piel que no sea el pálido trasparente, ese que deja ver hasta el color de las venas y las arterias, si era de otro color debía ser de lana o pelos, de bestia, él era un animal de casta, así que se dedico a llenar un balde, todos los días, con sus desperdicios de humano animal de casta, bien tapado, bien arreglado y por dentro su misma miseria, se dedico a engañar a los pobres del monte, con eso, de uno por ver, dos por probar.

La curiosidad mata y mató medio pueblo por la disentería del míster, la que trajo y la que se lo llevo, porque para su indecorosa gloria, lo enterraron a lado de todos los indios, que se fascinaron con su balde de uno por ver y dos por probar. Ahí quedo para que le lloren sus hijos grindios, y ahora sean casi casi como él, o tal vez peor, por eso de que el cuero si les quedo blanco, se podían camuflar en cualquier tierra de hombres bestia de casta, y todo porque aquí, en esta América, todos somos especies nuevas, mezclados, apunte sol y viento y las semillas de cualquier continente, al son del pisar de ponchos.

Un estilo especial el tuyo, creo habértelo dicho, me gusta este relato donde narrás originalmente y con un lenguaje esencialmente diferente pero muy bueno, las injustcias ya conocidas de partes de la historia.
Muy bueno Gara
Besos
Lili

Hola Lili, primero gracias por tu comentario, solo trate de plasmar una historia que mi abue, nos cuenta siempre lo del uno por ver y dos por probar, la verdad no se si fue cierto pero conociendo la viveza de la gente yo creo que si.
saludos y un gran abrazo
Karina

Excelente texto, critico,y muy agudo.
Realmente muy bueno en cuanto al estilo, la originalidad para camuflar datos historicos, y ese comprar espejiitos con oro que aun subsite en nuestra amrindia,y mientras esa concinencia mezclada que tenemos no se resuelva, seguira asi, como te conto tu abuela.
Un excelente texto, a mi gusto,para destacar.


Que las hadas te acompañen

Hola Cynthia, que gusto verte por aqui, gracias el comentario, la verdad en tus palabras, mientras no seamos concientes de que todos somos parte de todo, no se cambian las injusticias, nadie es mas ni menos, solo somos nosotros, con defectos, con virtudes, pero al fin y al cabo hermanos de mundo, conciencia, respeto y consideracion, por ahi con creces ese loco, bromista, inconsecuente, el amor, que es lo que mas hace falta............
saludos y un gran abrazo
karina

Gracias Nomade, un gusto pases por aqui.
saludos
k