ME SALVÉ CAGANDO (Relato)

¿Sabes Cachito? andar fleteando por el Gran Buenos Aires es más peligroso que pasear por Sarajevo.
Resulta, que tengo entre la clientela, un taller de costuras que terceriza trabajos a otros talleres del conurbano y mi tarea es llevar cortes de ropa pá que los bolis los cosan y luego traer el trabajo realizado.

Claro está, que estos lugares no quedan precisamente en Puerto Madero pero, no me queda otra que ir cuando el laburo está flaco como perro callejero.
Así que cuando sonó el fono fui a ver pá que lugar me llevaba el destino.
La dueña del taller es una tana bastante agarrada y desde un principio tuve alguna dificultad para ponerme de acuerdo con el precio de los viajes, sin embargo, después de algunas conversaciones y puntos de vista nos pusimos de acuerdo.

La cosa es que esta vuelta me escondió el lugar donde había que ir.
Va a ir con una señora así conoce el camino para la próxima vez (me dijo la guacha) y cuando le pregunté donde era me batió un sitio que quedaba a mitad de camino del destino real que era Ciudad Evita, lugar jodido si los hay.

Ya estaba en camino con la chata cargada al mango cuando me enteré donde era y aunque se me heló el culo seguí viaje pá el infierno.
Agarramos por una avenida parecida a una calle de Calcuta. Única asfaltada, las demás, de tierra o mejor dicho de barro por las ultimas lluvias.

Te juro hermano que cortaba bolones, el ambiente era pa perder el invicto. Barras de pibes en las esquinas que miraban la chata como diciendo… este está pá darle.
Por fin llegamos al lugar, ya estaba por oscurecer así que… bajé la mercadería a los pedos y me pegué la vuelta.
Trabé las puertas y emprendí el regreso lo más veloz que pude hasta que me quedé parado en un semáforo, intersección con otra avenida de mucho tránsito.

Del otro lado de la avenida y arrimados al cordón pá cruzar pero, sin cruzar, había un grupo de pendejos de más o menos diecisiete años y entre ellos uno de diez.
Te juro que me la vi venir, estos hijos e putas me la ponen - me dije.

El semáforo se puso en verde, puse primera y me largué ¿que otra cosa podía hacer? Uno de los guachos que parecía el capanga empujó al de diez años pa que se me ponga adelante y frené pero, el pibe no quería, ¿que se yo?… porai era nuevito y le agarró miedo que lo pasara por arriba, la cuestión que el hijo e puta volvió a empujarlo y como el pendejo se resistió y más tiempo pá convencerlo no había, se largó él al medio de la calle.

Te juro que se me heló la sangre, aceleré, por que si paro, quien sabe si te lo estoy contando. Fue puro instinto de conservación, vos sabes que no podría pasarle por arriba ni a un gato.
Pero el gato debió ser el hijo e puta del chorro porque, saltó y esquivó la chata como un rayo.
No sé como llegué de vuelta, no me acuerdo por donde volví estaba cagado hasta la espalda como los bebes. ¡QUE LO PARIÓ!

Bueno un final con una cuota de humor ironico, una situación que se me hizo familiar, y en la cual de seguro no me gustaria estar.
Muy bien armada la descripción del lugar, el ambiente perfecto, creas tensión a lo largo del relato.
Leí algo muy familiar (desgraciadamente) por eso lo entendi tan bien.

Que las hadas te acompañen

JAJA MAS QUE HUOR IRONICO,HUMOR NEGRO,MEJOR DICHO,MAS TIRANDO A COLOR CACA.

SI, UNO ENTIENDE EL CUENTO,MAS CUANDO VIVMOS EN UN BARRIO DE ESOS EN LOS CUALES NO TE GUSTARIA LLEVAR UN ENCARGO,PERO SOPLARAN NUEVOS VIENTOS...¿SOPLARAN?,BUENO ESO ES LO QUE ESPERO,SINO LAS FABRICAS DE PAPEL HIGIENICO SE HARAS MILLONARIAS.
PERO ESPERO QUE PASE COMO EN TU OTRO CUENTO, QUE SE PIERDAN LOS MIEDOS.
UN ABRAZO TIO, NI QUE HUBIERAS TENIDO QUE VENIR A MI VILLA JA

Muy bien redactado, que nos ubica junto al choferde esa camioneta....bueno pero bajamos antes de que termine el viaje por las dudas.
Una realidad descrita con humor

Genial, mucho modismo, pero, se entiende lamentablemente es así como esta el mundo, en todas partes es igual, no te creas, cariños...