Dame la mano y dejate guíar, hasta donde el sentimiento nos quiera llevar. Esta noche es nuestra nadie nos la va a quitar, tenemos tiempo de sobra para amar.” –LUZBEL
Las sala casi en la oscuridad completa excepto por las luces de afuera, que se deslizaban por la gran ventana frente a él tumbado en la sala mientras Pamela hincada en frente con las manos en sus muslos subía y bajaba la cabeza propinando un asalto de felaciones que lo obligaban a desplegarse en el sofá. Agustín siente que todos sus músculos se contraen y se desploman al momento en que se siente engullido, todos sentidos vacíos y llenos al hartazgo son drenados por la garganta de Pamela que en momentos también se vale de sus manos para producirle placer.
Los ojos lagrimosos de Agustín solo percibían un punto lejano de luz tal vez la ventana y toda su existencia se contrae en una tibia descarga en la que no piensa, no imagina ni siquiera siente, es la ausencia de toda sensación y a la vez es toda la vida en un mismo lugar. Agotado en medio de respiraciones profundas ve una sombra moverse frente a él es Pamela que enciende la luz y con una servilleta se limpia la cara va a la cocina por algo de tomar, Agustín apenas aterriza del viaje de su incursión por la garganta de Pam. Se escucha un cerrojo y una puerta cediendo a una llave.
-¡Mis papás!- Grita ahogadamente la joven.
-Hola- saluda Agustín a sus tíos. Ellos que regresan de hacer unas compras no se sobresaltan con su
presencia pues es habitual desde su infancia tenerlo de visita, si no es para saludar es por trabajo, los fines de semana limpia el jardín o realiza cualquier labor de las que nunca faltan. Se quedó a cenar apenas son las 8 pero parece la noche tan madura como lo son las noches de octubre. Años atrás comenzó esto cuando apenas cumplían 12 y 13 años los más jóvenes de toda la familia materna siempre confidentes, cómplices, ella veía en él el hermano mayor y él la amiga. Esos límites marcaban su inocencia. Pasaron dos años y en ella comenzaba a brotar una hermosa mujer, en ambos fluyó un lazo mas íntimo ya contaba sus problemas, sus fantasías. Pamela le contó sobre su primer novio Eduardo y él no se sintió acorralado por los celos más bien por el vacío de perder algo esencial en su joven vida.
-¿Quieres mas Tino?- Pregunta doña Ángela a su sobrino y en medio de la familiaridad Agustín le pasa el plato para repetir, a su derecha se encuentra don Everardo como siempre con su semblante tranquilo con una ligera sonrisa burlona que afortunadamente no heredó a su hija mayor.
- Lilí baja ese gato de la mesa estás cenando- reprende Ángela. Una de las cosas que mas aprecia Agustín de Pamela es su naturalidad y que con él es la misma come con la boca abierta cuando se descuida, eructa con libertad y sonoridad y para ella él es el mismo que cuando está nervioso hace ruido con los pies, que cuando ve una película se muerde las uñas y cuando se emociona tiembla. Esa intimidad los unió y los puso a prueba.
-No mames no me baja- confesó asustada Pamela cuando recién cumplió 16 y Tino asustado y enojado por la noticia no supo qué decir solo la abrazó, ella no sabía que le atemorizaba mas que su padre se enterara o que Eduardo su novio ya no aparecía desde aquella su primera vez. Los días posteriores a este Tino la visitaba a diario y fuera de la vista de sus padres lloraba en sus brazos, la joven cada día demacrada por el miedo. El domingo al llegar a casa de Pam un poco antes del medio día ella sonriendo lo besó casi llorando de felicidad. -Falsa alarma, falsa alarma.
Cuando Tino cumplió 17 años que fue la época mas larga, mas emocionante, casi mágica inició la vida que no planeo pero se le presentó, a pesar de su edad Agustín nunca había tenido novia, la causa capital su brutal timidez pero la erradicación llegó. Por las fechas de febrero los padres de Tino salieron a visitar un pariente lejano que a él no le interesaba conocer, así que en su ausencia Agustín contactó a una bailarina exótica Zusseth recuerda una joven de cuerpo esbelto cabello pintado de rubio, en sus labios un piercing pequeño, llegó en jeans ajustados y una blusa blanca cargando una maleta pasó al baño a preparase y al salir con un top y una minifalda de mezclilla.
-Cuando quieras- indicó colocándose enfrente en el sofá, Tino puso play en el DVD iniciando la canción de After Dark. La joven lo miraba a los ojos con una sonrisa incendiaria y él solo se enfocaba en su rostro huyendo del conjunto físico de la joven. Zusseth se quitó la minifalda dejando al descubierto un mini short azul que él siguió ignorando. Tal vez la sonrisa es la expresión de “Triste pendejo,¡mírame!, tócame.” Ella lo toma por el rostro con ambas manos plasmándole una tibia caricia bajo sus mejillas -¿Estás temblando?-, bajó hasta sus brazos levantando sus manos que hasta entonces respetuosas descansaban enlazadas frete y ahora conducidas hasta las caderas de la bailarina, hasta el minishort.
-Quítamelos-, invitó pícaramente Tino metió los dedos bajo la tela y después dio vuelta a ambas manos para sentir con sus palmas la cálida piel bajo de ella, al sacar las manos bajó la prenda hasta las rodillas y ella apoyándose en los hombros de su anfitrión saco una pierna primero y después la otra. “Bien”, es decir vamos progresando entre líneas, siguió moviéndose al ritmo de la canción, le da la espalda y se quita el top quedando solo con una tanga azul que en la parte de atrás los hilos se unen a un escudo de superman, se da vuelta mostrándole los pechos suculentos , se sube sobre Tino y él la acaricia con mas fervor y ella por una fracción de segundo cambio su expresión servil por una de advertencia , de “no te pases” y siguió hasta el final de la canción, continuo con una canción en español “Todo su cuerpo”, aquella experiencia en la que por primera vez experimento una caricia, caricias superficiales pero al final caricias.
Los padres de Pamela se habían retirado a dormir, apenas las 10 y Lilí su hermana menor viendo la tele con el gato en su regazo, Pam y Tino aún en el comedor bebiendo café, las miradas tan llenas de juventud. -Vamos al patio-. Afuera a la luz de la luna casi llena rodeada de un halo plateado que opaca casi por completo las estrellas en medio del cielo frio. Pamela enciende un cigarro que se consumió tan rápido y al terminarlo arroja la colilla al asador y mira de frente a Tino se abrazan y se besan, entran de nuevo a la casa tomados de la mano, Lilí dormida en el sillón como acostumbra los viernes, la pareja corre a la habitación subiendo las escaleras con esa emoción eléctrica. Subir, ascender de un nivel a otro, Zusseth fue el primer peldaño y tres sesiones después ya lo había escalado, la última vez que se vieron cerró su servicio con “Lujuria” de Lvzbel .Agustín preguntó con miedo si daba un servicio mas sexual y esperando una bien merecida bofetada recibió una tarjeta Devora -dile que te recomendé.
-¡¡2500!!- Ese es el precio del peldaño y la verdad los valió. Una joven de cuerpo atlético como de gimnasta de rasgos orientales y una sonrisa fácil y también de la mano casi corriendo subieron las escaleras del “Diamnet” Devora en un abrir y cerrar de ojos hizo que se desnudaran por completo, la practica.
-Sin besos,- advirtió-¿estás temblando?-. Tino se abalanzó sobre ella separó las piernas y sin pensar la penetró su movimiento sigiloso no obtuvo respuesta musical de la joven y al notarlo se detuvo.
-¿Ya acabaste? Pregunto fríamente, Tino respondió que no y entonces sin pensarlo sin filosofar sin siquiera saber de su existencia se despojó de su orgullo masculino y sin abandonar su con sus manos recorrió de sus muslos hasta el pecho y de ahí se derrumbo sobre ella y con su lengua acaricio las cimas de su busto y el surco entre ellos, hizo lo mismo con casi todo el cuerpo recorriéndolo hasta encontrar un punto en el que ella emitía un pequeño gemido.
En aquella primera incursión Tino tenía que encontrar el Grial del placer el mítico punto G. Así mientras hacía remolinos en el ombligo de Devora con la lengua sus dedos se adentraron al templo de Venus y moviéndose como un ademán para llamar a alguien , claro el placer y conforme lo hacia la joven se arqueaba sobre su espalda poco a poco, cerraba las piernas aprisionando el cuerpo de su cliente y repetía el arco hasta que un gemido largo, agónico y un sonido de “ssss” Devora se desplomó en la cama y la mano de Tino estaba empapada de quién sabe qué cosa pero lo que sea es el resultado de un orgasmo y en su primera sesión de pasión alquilada lo logró, logró ascender el escalón.
Tras cerrar la puerta la pareja se sumergió en besos y caricias, en deseo absoluto dispuestos a la comunión de la carne como los elegidos por los dioses para continuidad de su memoria. Los dioses…¿se equivocaran al unir a sus elegidos? Quizá, en aquella edad en la que Tino experimento la magia conoció en un billar a Georgina, bueno le fastidiaba ese nombre y exigía que la llamaran Gina, por los encantos de la chica él fue arrastrado hasta su mesa a jugar con ella, las poses de tiro de la joven. Dios por qué se ven sexys las mujeres cuando juegan billar. Del billar fueron al BlueBusBar era aun temprano y el ambiente era tranquilo.
-Verás soy estudiante de intercambio y ya me voy pero me quede un mes extra para vivir una aventura, ¿te animas?. No rotunda su primera respuesta. Acercando su rostro al de él al punto de cruzar las respiraciones y sin saber cómo llegó Agustín está de pie recargado tras la columna de concreto y frete a él Gina arrodillada maniobraba su miembro con ambas manos y su boca. Era la primera experiencia oral que recibía y las piernas apenas podían con su cuerpo, todas sus fuerzas eran succionadas por Gina.
La habilidad de su lengua cubría de caricias cada terminal nerviosa de su ahora amante, el orgasmo se aproxima hirviente y él acercó el rostro de Gina lo mas que pudo a su pelvis casi hasta tocar su estomago con la frente sepultando completamente con su garganta el falo. Expulsa toda la semiente y Gina inevitablemente trata de romper el enlace para respirar, lo hace tragando además de aire la sustancia llamada. Tino fatigado extasiado se derriba en su lugar así comienza su vertiginosa relación “free” con Gina.
El escalón que ahora subía le enseño la lección fundamental en el sexo el acto de fornicar es con todo el cuerpo y no solo con los genitales. Fornicar una palabra sucia, fría pero precisa pues “hacer el amor” no es propicio el amor ya está hecho y solo quedo la consumación física de este.
Así que para Gina no bastaba solamente la técnica aprendida con éxito con Devora, la primera sesión en el departamento de la joven, casi como labor mecánica en la que fantasmalmente desapareció todo ropaje de sus cuerpos, recostado una vez mas recibía placenteras succiones y aquí comenzó lo nuevo, Gina se recostó sobre él sin descuidar su procesión quedando en la tan conocida postura del 69, la chica esperando placer oral acercó su entrepierna al rostro de Agustín y movido por el deseo comenzó su incursión, con la lengua hizo giros en el clítoris y lamió los labios de la joven y se adentro lo mas que pudo en aquel abismo, abrazó su cintura como si besara aquella parte su mano derecha se deslizaba hasta el umbral de Sodoma y casi adentra a su exploración los dedos que son detenidos por los músculos de su trasero y al desintegrar la cifra del placer tomaron una nueva pose, Gina recostada boca abajo y Tino arrodillado sobre ella con cada pierna en los costados de la chica y con su miembro sitiando la zanja que separa los glúteos. Comienza adentrarse en el rincón que cubren y con forme avanza plasma una gesticulación de dolor en Gina acompañada de gemidos tormentosos, dolor que encuentra delicioso en todos sus sentidos, Tino aumenta la velocidad y posándose para abrazarla por la espalda le inflige mas sufrimiento. Tino ebrio de placer la abraza del cuello casi asfixiándola le muerde el hombro izquierdo como si el acto despertara un instinto salvaje.
Terminaron el acto y su órgano se envolvió en un calor infernal que pasó a un frío invernal aun así conservo su rigidez pero ya no había sensación alguna es como si estuviera sedado de esa parte. A su derecha aun boca abajo Gina lloraba su hombro sangraba ligeramente y aquella expresión hizo a Tino recuperar la conciencia. ¿Qué hice? Al ver la herida Gina se sube a él y le clava las uñas siniestramente en el pecho y con una sonrisa diabólica encierra una orden. -Quiero más.
Aquella relación llego a su fin en un mes, ambos lo sabían y terminaron en buenos términos.
Los enamorados en la habitación se abrazan de pie a lado de la cama, por la diferencia de estaturas Tino siente los pechos de su prima en el estomago. Sus pechos, aun recuerda la primera vez que tuvo contacto con ellos.
Era un sábado por la mañana el sol pintaba un día muy caluroso Tino embarnizaba un barandal de una de las jardineras que guardaba celosamente los rosales de Ángela, Pamela lavaba la ropa , los padres de Pam estaban fuera en sus respectivos trabajos y Lilí en el catecismo, las nubes ocultaron el sol pero cada quien continuo en su labor, Pamela accidentalmente cerró la puerta dejándolos fuera, pero no se preocuparon pues cuando llegue su hermana les abrirá, pero por caprichos de la naturaleza se desató una tormenta empapándolos por completo, pues estaban al raso, así que subieron a la barda y alcanzaron la ventana del cuarto de Pam. El vapor que despedían sus cuerpos entumidos, la ropa casi embarrada erizaban los pechos de la joven conmocionados por el frío se miraban y sin ninguna premura se quitaron la ropa sin embargo no les dio tiempo de ver el espectáculo de desnudarse pero cuando terminaron se miraron fijamente frente a frente, sus alientos formaban nubes de vapor que se entrelazaban en sus respiraciones y sin darse cuenta avanzaron, Agustín tocó el busto con ambas manos e ignorando el clima gélido una erección despertaba en él mientras ella lo tomaba de su sexo que no renunciaba a su firma condición, se abrazaron mirándose a los ojos, sin decir nada, sin pensar simplemente siguiendo el llamado del deseo, llamado que fue interrumpido por un relámpago. -Hay que cobijarnos si no nos vamos a enfermar- propuso Tino con la vista fija lejos de ella.
Así desnudos en la cama de Pamela cubiertos de cobijas una atmosfera cálida los envolvía ya abrazados sin mas iniciativa que estar así, un abrazo es el acto que representa el mismo instante a pesar del correr del tiempo. Ahí en ese instante se confesaron la atracción mutua que sentían, y sin más celebraron el primer beso. Pasaron meses dejando sus vidas al destino, se besaban en secreto pero no había nada carnal, al llegar el mes de abril los padres de Pamela salieron de la ciudad para buscar otra casa en la que posiblemente se promoverían don Everardo por su empresa, se llevaron a Lilí con ellos.
Así que se quedaron a celebrar los últimos días juntos 4 días de ausencia de su familia y Pam organizó el fin de semana en el que olvidarían su condición de primos.
JUEVES. La noche en la que bebieron de más donde vencidos por el licor se quedaron dormidos, la mañana y la resaca los descubrió abrazados, Pamela vomitó sobre la mano de Tino
VIERNES. En esta ocasión sin errores, desnudos, presentando sus incentivos naturales como ofrendas, Tino separa las piernas y besa los muslos de su prima tiernamente acercándose al Edén de Afrodita ahí juega con sus atributos, encaminándola al éxtasis ella lo aprisiona con sus piernas, lo toma por el cabello, le pide mas. Laila Pamela en su vida nunca había experimentado un culilinguis. La campaña de la lengua de Tino siguió hasta el ombligo dejando como suplente a sus ya adiestrados dedos en la tarea anterior, los gemidos de Pamela continuaban como un hilo infinito, hasta que un chorro brotó de entre sus piernas y estas temblorosas. Fue la última reacción Pamela se quedo dormida, derrotada de placer.
SABADO. Por excelencia la noche de juerga y de libertinaje y de los más recónditos lugares de la conciencia de Pamela, llegó una voluntad. Se vistió para la ocasión, una falda de color blanco larga que llegaba bajo sus rodillas y una blusa negra, la joven le entrego unos cinchos a Tino para que la atara por la espalda. La sometió, la derribó sobre el césped en el jardín ahí le subió la falda y con desesperación desgarró las pantaletas de su “victima” la embistió y ella con una sonrisa malévola consintió su faena. Después de eyacular fuera de ella hizo jirones la blusa y como crío hambriento tomó sus tetas. Pasaron unos minutos y la cargó llevándola dentro a su habitación ahí le quitó la falda la arrodilló en el piso e inclinó sobre la cama, tras ella se hinca y la enviste rectamente, los gritos de dolor se tronaron peticiones de proseguir y el lugar que asaltaba después de asediarlo una y otra vez de forma consecutiva se volvió de fácil flujo provocando el choque de su pelvis con las nalgas resultando un aplauso. Aquella noche se prolongó en minutos interminables, su miembro adolorido empalaba las entrañas de Pamela, tal vez expulsó semiente, pero no lo notó y no se detuvo hasta que sus piernas ya no pudieron sostenerlo. Lo último que logro hacer fue ayudar a Pam a subir a la cama y quitarle los cinchos.
DOMINGO. La pereza con la que corre el 7mo día no interrumpió el itinerario de los enamorados, aun que Pamela un poco adolorida y Agustín con la sensación de ardor en el falo no demostraron carnal, pero si las ganas de estar juntos y así recostados en el sofá intercambiando interminables besos y fugaces palabras de amor despidiendo el fin de semana
Después de este fin de semana siguieron viéndose pues don Everardo no fue promovido y en consecuencia no se mudaron, aquellos días de lujuria y de amor juvenil se prolongaron hasta esta noche, la característica principal de la Juventud y que de hecho es la base de la misma es la capacidad de asombrarse de hacer un cosa y preguntarte ¿hasta dónde puedo llegar?, entre sus encuentros hay un capitulo en el que cumplen otra de las fantasías la de disfrutar de sus cuerpos y su juventud en el asiento trasero del vehículo de Pam claro inicialmente fue estacionado en la cochera y después en una calle céntrica no los atraparon.
Ahí terminó la procesión 2:30 am sábado 31 de octubre Tino pierde su cuerpo sobre el de Pamela. Dos tambores se escuchan son los corazones de los enamorados que en el jubilo físico corean al son de la vida. Han recorrido todos los rincones de la casa en las posturas variadas que el deseo les da entender ahí en la búsqueda del placer a los ojos del mundo su relación incestuosa condenada al infierno, pero en la estancia paradisíaca de sus cuerpos solo importa eso y nada mas, para disimular el crimen Pamela se encontró un novio y Tino al fin se ha dejado ver en la compañía de Virginia. En el umbral de la casa ya casi despunta la mañana y Pam se despide de Tino con un dulce beso en la boca .Saben que finalizaran, pero no hoy, no esta noche.
FIN
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