El Mismo Camino, el Mismo Sol

Todas las mañanas con la salida del sol, emprendía su camino hacia el trabajo del otro lado del pueblo

Caminaba enceguecido por la luz del astro que a esa hora, salía rasante por el horizonte. Bajaba entonces la cabeza, fruncía el ceño y cerrando casi totalmente los ojos podía apenas orientarse.

Cuando regresaba, era la hora que el sol se ponía y la luz causaba sobre sus ojos el mismo efecto.

Así pasó largos años de su vida hasta que… se mudó justo al lado de donde trabajaba. Al poco tiempo se enteró que la fábrica cerraba y quedaría en la calle, así que consiguió otro empleo al otro lado del pueblo, era una tienda que se inauguraba exactamente al lado de donde vivía anteriormente.

Todas las mañanas disfrutaba del camino al trabajo, tenía el sol en la espalda y gozaba mirando los jardines floridos, el vuelo de las aves, el arroyito con peces bajo el puente que cruzaba a diario.

Ya no fruncía el ceño y llevaba su cabeza en alto, lo mismo que cuando regresaba a su hogar.

volver y encontrar la alegria en las pequeñas cosas del dia a dia.
saludos
k

Curiosidades pueblerinas que aun hoy son ciertas.

Ricardo, tenés la mirada de la vida del que sabe observar.

Dar vueltas las cosas para favor de quien las quiera ver, en el fondo, la propia vida con un giro impuesto para poder gozarla de mejor manera. Para mí, una bella metáfora, de como enfrentar los problemas de una mejor manera y darle la espalda a esas barreras que nos impiden ver bien las cosas bellas. Excelente relato amigo, como siempre.

Un abrazo,

Ignacio

el destino muchas veces camina a nuestro favor para que disfrutemos de las maravillosas cosas que nos ofrece la vida, un buen relato, saludos

Gracias por los comentarios compañeros.

En nosotros está la posibilidad de gozar o sufrir de acuerdo a como manejemos nuestras vidas.
El mismo sol que te calcina en verano es el que te entibia en invierno
El mismo camino que te lleva al sufrimiento es el que te lleva al gozo, todo depende en que dirección lo tomes.

Un abrazo