no salgas de noche

Esa frase que me atormenta, tan usada por mis progenitores, con el aval inapelable de mi Menito, pero háganles entender, que trabajo casi 12 horas diarias, que me la paso de adorno de oficina, que de laboratorio y ecuaciones de analisis, recuento y cuento bacterias en colonia, fórmula y balance de material y dosificaciónes para variar, calmando a cuanto cliente animal, a cuanta cuenta fatalista, de números incontables.

Solo quería ir al cine, pero como siempre, el mundo anda ocupado, y como al mundo, también, pertenecen los amigos, los hermanos y el resto, pues que mejor compañía, que mi abrigo y una bolsa de palomitas, la película no fue una maravilla, pero al menos, era independiente, terminó como a las 12.
La necedad se hizo presente, quería caminar los 4 kilómetros, de una sola marcha continua, veredas, cuadras, postes con luz, postes quemados, fiestas de automóvil, piropos de barrio, una hora de camino.

Pensaba en mi afición, a los cuentos de terror, a los aparecidos, a los demonios, dispuestos a atacar, en donde la luz no diga presente, asumo que quería tener miedo, ya que la película, no llego a tanto.
A lo lejos, una figura, y volvió la frase, -no salgas en la noche-, era blanca por reflejo, era lenta por mi prisa, pero venia a mi encuentro, ya me dio susto, ya me dio temblor de rodillas, más cerca, mas frenética, más blanca aún, que lo único que se me ocurrió, fué pegarme a la pared más oscura, tenía la boca roja muy roja, tenia cabello pero tan desordenado, que parecían motas, los brazos sin dedos pero tan largos que casi topaban el piso, tenia listo un zapato por mano, así lo mato a punte tacón.
Pero paso sonriendo, hasta me saludó, no terminó su sonido y dos enfermeros corrieron detrás, no era un él, era una ella, una loca del manicomio, la que se escapó como yo, en la noche, la que por impericia, se olvidó como pintarse la boca, y el uso del cepìllo.

Pobre loca, salió a pasear y esos dos enormes monstruos, la volvieron a amarrar.

Mejor tomé un taxi, si no me llevaban con ella y de premio me regalaban una camisa igual.

Muy bueno tu cuento. Bien narrado.











Nos leemos.

El temor de hacer las cosas más simples, el desorden del miedo que no está donde debiera, la desconfianza a un sistema que es nuestro enemigo en vez de protector, la familia que no sabe cuidarnos más que si fuésemos una joya... En fin, me gustó lo mucho que hay en tan pocas letras.

Balamlibresinfin escribió:

Muy bueno tu cuento. Bien narrado.











Nos leemos.

Gracias por pasarte y un gusto que te haya agradado.
saludos
k

antifaz escribió:

El temor de hacer las cosas más simples, el desorden del miedo que no está donde debiera, la desconfianza a un sistema que es nuestro enemigo en vez de protector, la familia que no sabe cuidarnos más que si fuésemos una joya... En fin, me gustó lo mucho que hay en tan pocas letras.

Antifaz gracias tu paso, y tienes mucha razon somos presas de cualquier miedo para que le crezcan los dientes, y los brazos de los papas jeje.
saludos y gracias nuevamente.
k