Van arreglados

En el camastro de la habitación acolchada me retuerzo de dolor, la cabeza me martillea, el estomago lucha por huir de mi cuerpo, mi mano derecha se lleva muy mal con mi brazo izquierdo e intenta desgarrarlo clavando las uñas en el, mi mano izquierda lo defiende intentando fracturar el dedo corazón hacia atrás, mis piernas dan zancadas al aire como si estuvieran huyendo, mi garganta lanza alaridos que mi lengua intenta esquivar, mi boca cerrada herméticamente se jacta de que nada saldrá por ella, los alaridos encuentran escape por las fosas nasales, mi estomago se expande y se contrae, después mi esófago me quema, a continuación mi garganta es desgarrada por dentro, mi boca en un último intento de mantenerse cerrada aprieta los labios con fuerza. Es inútil mi boca se abre en una mueca desfigurada por el dolor, mi lengua cuelga por el lado izquierdo de ella y un alarido desgarrador sale acompañado de sangre, dejando paso a cientos de tentáculos que salen de mi boca, de mi nariz, de las heridas de mis brazos, inundando la habitación, estrangulándome como si de cientos de serpientes pitón se trataran, mis hueso empiezan a crujir, y el dolor es cada vez mayor.
Desde mi cabeza, yo, mi alter ego y mi subconsciente, observamos la escena aterrorizados, pero con la seguridad de que allí dentro no nos pasaría nada.
De pronto los cientos de tentáculos se empezaron a relajar y poco a poco entraban de nuevo por donde habían salido, se vuelven a meter por las heridas, por la nariz y por la boca.
El dolor empieza a menguar, mi cuerpo se empieza a relajar, mi alter ego y mi subconsciente me dejan solo en mi cabeza, el habitáculo que era mi cabeza empieza a estrecharse poco a poco hasta que se funde conmigo, cabeza y ego unidos de nuevo en uno, el control de mi cuerpo vuelve a ser mío.
Menos mal que el medicamento ha empezado a hacer efecto, no podía aguantar más, nunca dejare de tomar el medicamento… ¿no podía aguantar más? ¿Qué es lo que no podía aguantar más…? ¡puaggg! ¡Que asco! Ya me han vuelto a dar ese asqueroso medicamento, van arreglados si creen que lo voy a volver a tomar.

... Y así nació la "historia sin fin"!!! jajajajajaj Caray Antonio, me dejas alucinando! Creo que terminaré yo tomando el remedio!
La vida de los cuerdos, ¿verdad Arba? jajaja Por un momento me hiciste flotar en ese mundo de infierno! Aunque después un ratito escuchando Latido Diablo... y ala... alegría de nuevo!
Un abrazote y sigue arrancando esa genialidad del coco!!

jajaja gracias Sandra, ya ves, me gusta deambular entre la cordura y la locura
un beso