MI CALZONCILLO

Hoy decidí con cierta pena, dejar de usar mi viejo calzoncillo. Uno, con unos negritos estampados que me regaló mi esposa. Ella, me pidió que lo tirara el día que ordenando el cajón de mis prendas íntimas pudo comprobar la miseria en que estaba sumido ese sector.

No soy muy prolijo para vestir en lo que se ve, imaginen donde no se ve. Lo que no quiere decir que sea un tipo sucio, aunque en algunas circunstancias debo confesar que, hubiera preferido no bañarme y entregarme al ocio total y sobre todo cuando uno viene cumpliendo diariamente con la estricta rutina de la pulcritud, por cuestiones de imagen en el trabajo.

Entregarse al ocio total, dejarme crecer la barba, quedarme en la cama hasta que se me cante, comer lo que carajo quiera sin importarme del colesterol, los triglicéridos, la diabetes, la presión, el peso, en fin, hacer lo que uno quiera o mejor dicho, no hacer absolutamente nada.

Pero, volviendo a mis calzoncillos con negritos estampados, desprenderme de esa simple prenda que sostuvo con hidalguía y por largo tiempo mis atributos, que aguantó las flatulencias más horrorosas con resignación y nobleza… fue duro.

Sentir como el público de mis testículos y mi pene ¿o sea los negritos? No iban a estar allí, porque un desagradecido los expulsara así como así no era justo y menos, negarles para siempre el derecho a disfrutar del espectáculo.
Doloroso sería dejar de escuchar sus aplausos en cada concierto sexual en el que el mentado trío actuaba.

Pude verlo envejecer, perder firmeza en su elástico, color en el estampado, hasta los negritos perdieron su color negro y ahora eran ámbar pálidos, casi rubios pobrecitos.
Fue ésta mañana, el cielo gris acompañaba mi tristeza, y en una simple pero emotiva ceremonia los llevé al lavadero, dos lágrimas se asomaron para despedirlo.

Esta vez su destino no fue el canasto de ropa sucia, si no la bolsa de trapos viejos. No me animé a tirarlo a la basura, creo que no me lo hubiera perdonado nunca, hacerle esto a un fiel servidor, que además venia con público incorporado.

Para cumplir con un deseo de mi querida amiga Ethel tuve el agrado de subir este relato y compartirlo con todos ustedes.
Gracias.

Nooooooooooooo, no, no, no es pa cualquiera tener
esos sentimientos, y tanto cariño, al tener que despedirse para siempre, de quien fuera tan íntimo y que nos ha acompañado pasando tantas cosas juntos,
no es cierto?

Ricardo, sos un maestro del humor!!
Felicitaciones!! (tmb te lo había leído en E.Y pero no me lo recordaba)

Gracias por compartirlo, amigo!
Un abrazo!

Jajaja ay por Dios que horror jaja Ricardo no podessssssssssss

jajajaja... excelente, me dio gusto volver a leerlo...

para ti junto al recuerdo de tus calzoncillos....

Ricrdo si vieras como te entiendo, que poco entienden las mujeres de esa relación, uf, no se fijan en lo viejo y gastado, y los pobres mira que aguantan.
Muy bueno, divertido y me recorde de los mios con bicletas,ja

He aquí una perla de tu mejor veta.
Pero no me hagas caso, somos tan parecidos que no sé si te alabo o me adulo.

Gracias Susy por tantos inmerecidos halagos, aunque quisiera poner en claro eso de “Gracias por compartirlo” quiero creer que te refieres al escrito y no a la prenda.
Un beso.

Ximena amiga no veo donde está el horror. Fíjate que si hablara de un esmoquin una prenda por decirlo así más sociable no pasarla nada. Por favor amiga no caigamos en la discriminación.
Un beso

Ethel gracias amiga un placer tenerte por aquí

Sagid tienes razón poco homenajeamos a quienes nos sirven en silencio.
Gracias amigo por tu presencia.
Un abrazo

Marioes es cierto, ellas pocas veces entienden lo que nos pasa con algunas cosas.
Menos mal que mis negritos no vieron tus bicicletas porque a lo mejor se iban en ellas cuando la cosa venia con truenos.
Un abrazo Mario y gracias por estar amigo.

Antifaz, bueno amigo dejémoslo así, para que vamos a buscar si son elogios a adulaciones, ambos sabemos ablando a calzón quitado que somos los mejores.
Un abrazo.

jajaj, tengo una camisa de dormir que ya ni se cuántos años tiene, está transparente por el uso!, pero cada que la voy a botar, vuelvo y la guardo y me la sigo poniendo, jejeje....

Un abrazo

AHHH VIERON NO ES CAPRICHO DE JOVENES:MI VERMUDA VERDE AUNQUE MANCHADA DE ALQUITRAN NOOO,NO QUIERO SOMATIZAR DESPUES COMO RICARDO JAJAJA.

Muy bueno, Ricardo. Excelente y con mucho humor, amigo. Saludos,
Jose

Buenisimo esta el relato.. Muy pero muy divertido... Larga vida a mis boxer favoritos.

Gracias Cynthia ¿sabes una cosa? Nunca aprenderé a darle la despedida a tiempo a las cosas que quiero y menos a las que han sabido sostener mis partes indignas con altruismo.
Un beso.

Ay Ethel no se porque me surge la duda si quieres a esa prenda, no será que la transparencia te erotiza jajajaja.
Un beso, no me hagas caso, te quiero amiga.

Mateo te recomiendo mantener el peso, mira que con los años aumentamos el volumen y tus queridas bermudas machadas de alquitrán las vas a tener que lucir en un cuatro y entonces somatizaras como yo.
Un abrazo sobrino y gracias por la visita.

José no creo que sea para broma se sufre mucho cuando uno se descalzoniza
Un abrazo

Jaime amigo te voy a confiar un secreto pero, tienes que prometerme que no se lo dirás a nadie.
Yo descubrí la manera para que no me tiren los calzoncillos viejos a la basura.
La forma es tatuarte unos, los que mas te gusten, se lavan cuando te bañas y te los llevas contigo a la tumba.
Un abrazo

De acuerdo contigo nómade, ellas nunca entenderán amores que nacen en lo más intimo de nuestro cuerpo, allí debajo del ombligo y en la parte sur de la espalda donde comienza la línea de la dignidad humana.

Balamlibresinfin acompaño tu grito compañero “LARGA VIDA A LOS BOXES” que tiemblen las bombachas o mejor dicho abajo las bombachas.
Un abrazo

Bravo Ximena los descalzonillados te entendemos y valoramos tu mea, tu mea ¿como seguía?
Un beso

Excelente cuento verdad.
Divertido ameno, y tan real

Excelente humor.

Ahora te imagino limpiando la mesa con los calzoncillos, y me da un no sé qué. Casi deberías haberlos tirado a la basura

Uff, en verdad que no se entienden estas cosas de nosostros, pero es así. Una pérdida irreparable, prenda que lleva en su alma secretos, alegrías y también porqué no, una que otra pena escondida. Tanto soporte, aguantar a esos tres compañeros es una tarea titánica, de fuerza, de empuje, de solidaridad, más aún con público. También tengo ciertas nostalgias de aquellos calzoncillos que han aguantado tanto y que pasaron a mejor vida (Q.E.P.D).

Un excelente relato amigo, humor del bueno,y como siempre tus relatos dando una risa enorme (y tus comentarios tambien, jaja)...

Un abrazo,

Ignacio

Gracia ciudadano
Un abrazo

alpana, jamás limpiaría la mesa con mis calzoncillos, seria como desconocer su esencia, ellos fueron fieles servidores de la retaguardia, nunca los utilizaría para asear un lugar donde se apoyan los alimentos que ingresarán por la puerta principal.
Un abrazo compañero, agradezco tu presencia y tu simpático comentario.

Nachito amigo, te agradezco que estés siempre a mi lado en momentos difíciles, así deben ser los amigos, estar en las buenas y en las malas.
Sólo los descalzonillados sabemos cuanto se sufre.
Un cálido abrazo.