Convivo en Toledo entre Leyendas dicen los de por aquí que mas de trescientas, yo debe ser por eso de mi encuentro temprano con la ciudad o bien por mi premura en querer olvidar las cosas no llego a tantas pero si tengo el afán de ir haciendolas publicas en la medida de mi corto entender, de hecho ya camina por hay la historia del hombre de Palo y el Pozo Amargo, mas el callejón del Toro, el Cristo de la Luz, la Degollada, la casa de las siete chimeneas y tantas otras esperan a mis pretensiones un justo despertar, mas hoy me toca probar fortuna y desvelar algo tan simple como la historia de la GORDA.
Paseando por Toledo oirá usted hablar de la “Gorda”, a ver son los de aquí gente abrupta gente ruda y cabezona con merecida tierra de “Bolos”, pero sin malicia, poco dueños de la ironía y por tanto no no se están refiriendo ni a Doña Manuela, ni a la sueca entrada en carnes y perdida entre los cientos de turistas que visitan a diario el casco histórico de mi pletórica ciudad.
Toledo posee una de las mejores catedrales españolas, copia en inicio a la Nines en Francia, más por suerte y menudos son los curas para ello esta se realizo por pecunia y gracia de los de siempre, o sea los que habitamos el arrabal pero pagamos los palacios, y claro digo por suerte se quedo sin dinero construida la primera torre lo cual hace que no sea una replica y adquiera su propia identidad, y Dios como lo toma, curiosamente es la única en el mundo que mantiene la figura en uno de sus pórticos del Arabe que la cedió sin grandes perjuicios, es ya un hecho la extraña manía de las religiones que según los aires dominantes acullá se sus pasos en ermita, sinagoga, mezquita, catedrales, tiene también como tesoro escondido junto creo a la de Leon una serie de grabados eróticos en sus sillerías principales pero en fin eso es otra historia.
En la torre de la Catedral, hasta no hace demasiados años se podía visitar una de las mayores campanas de toda la cristiandad. Consagrada a San Eugenio, ya desde su instalación se cantaba la siguiente copla:
“Campana la de Toledo Iglesia la de León, Reloj el de Benavente, Rollos los de Villalón.
Se encuentra suspendida en el centro de la última bóveda del primer cuerpo de la torre, tiene 35 pies de circunferencia, algo más de 12 de alto y unas 11 pulgadas de grueso, pesando 1543 arrobas. En el suelo, caído se halla el badajo. En el costado que mira al norte tiene una cruz con una Virgen del Sagrario encima y una inicial del nombre de María en la peana; en el occidente la efigie de San Eugenio, y en el Oriente un escudo grande con las armas de la catedral primada y otros dos más pequeños; tiene además cinco largas inscripciones latinas.
Narra la tradición que la primera vez que se hizo sonar se oyó a kilómetros de distancia y numerosos vidrios de ventanas de Toledo se rompieron por la intensa vibración. dicen también que como se realizo, como no con dádivas del pueblo por la inmensa fortuna egocentrismo de sus promotores campana tan grande no podía mantenerse en perfecto estado y claro estaba rajada y para no soliviantar razones ni virtudes se hizo correr el bulo de que si se hiciera tañir a diario no habría vidrios que se le resistieran en toda la Ciudad Imperial y de hay que guarde desde su atalaya un pertinaz silencio, Actualmente se observa una profunda rotura en uno de sus costados.
Y ya sabe si se quiere perder en el tiempo, entrar en los callejones de Toledo cuando se deja acariciar por el atardecer es algo así como refugiarse en lo mas profundo de los sentidos, ahora si en estos bucólicos paseos nota que le rozan el trasero, no piense mal es de seguro que un coche ha estado a punto de atropellarlo y es que claro Toledo aunque a veces no lo parezca vive y palpita cual otra población moderna.
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Dom Ago 08, 2010 7:49 am
