La cuadra de las flores.

La historia de Xaviera es una
historia triste. Pero ignorarla no significa que seamos saludables.

Ella vive en la cuadra de las flores. Precisamente, en la casa de las flores. A los dieciséis años tuvo su primer hijo. Y a los veinticinco, cuando su vida cambió para siempre, ya tenía seis.
Por ellos soportó lo que no debía. Con el mismo cuerpo que su marido maltrataba, los limpió, los alimentó y les dio las pocas alegrías que conocieron.
Hasta que, aciago momento, el alcohol y la miseria, la falta de trabajo y dignidad, coincidió con que la hija mayor quisiera ir a un baile. Casi muere de la paliza que el padre le propinó.
El que sí murió fue él. Xaviera lo apuñaló una vez y fue suficiente para sellar la desgracia.
Diez años pasó en la cárcel sin que supiera de la vida de sus hijos. Pudo haber asistido al entierro de su marido, pero no quiso. Y esa fue la única vez que le ofrecieron salir, porque en todo ese tiempo, ni siquiera se enfermó. Sin embargo, el mismo Estado que la condenó, le pagó una pensión cuando quedó en libertad. El dinero sirve para eso, para compensar los errores morales y que la Justicia siga en pie.
Xaviera regresó a la casa que construyera. No literalmente, por supuesto. Si hubiera dicho hogar, todos me hubieran entendido sin más palabras. Pero no me pareció propio.
Los hijos vienen a visitarla de tanto en tanto. Y la hacen feliz. Pero la interrupción rompió algo que ya nadie puede reparar.
La casa es la misma, el jardín no. Plantó tantas flores que no tiene pasto. Para ver a las más pequeñas hay que apartar a las mayores. Y por supuesto, algunas proliferan tanto que tiene que arrancarlas de batata. A estas batatas no las tira, las planta en la vereda.
Los niños matan algunas plantas al jugar en la calle. Pero de alguna manera, éstas se reagrupan y hay espacio para todos.
Xaviera vive en la cuadra de las flores. Precisamente, en la casa de las flores.

UN RELATO QUE ME MUESTRA ESAS HISTORIAS DE VIDA QUE ULTIMAMENTE SE VEN MUCHO EN LOS NOTICIEROS, DONDE LA INJUSTICVIA SE PAGA Y MAL, DONDE MUJERES CANSADAS DEL MALTRATO DECIDEN PONER FIN Y SON CONDENADAS ( SI ES QUE SE SALVARON DE NO SER ELLAS LAS OCCISAS)
PERO ESTE RELATO DEJA UN SABOR AGRADABLE, UN AROMA A FLORES, A VIDA QUE AUN A PESAR DE LAS DIFICULTADES PROSPERA, SE MULTIPLICA.
XAVIERA UNA MUJER ENTERA QUE QUIZAS QUIEN LA MIRA DE AFUERA DICE ES UNA "LOCA" DE ESAS QUE ABUNDAN POR NUESTROS PAGOS, AQUÍ EN MI BARRIO ESTA MARISA, PARECE UNA COMADREJA CON TODOS SUS HIJITOS ACUESTAS, TODOS PELADITOS, NENAS Y VARONES,"POR LOS PIOJOS,VISTE" DICE CON OJOS DE EXTRAÑA DULZURA
ME GUSTO EL CUENTO, QUE ES CASI COMO UNA RELAIDAD HECHA MEMORIA EN PAPEL,PARA QUE NO SE OLVIDEN QUE HAY MARISAS, XAVIERAS, QUE VIE EN LA CALLE LAS FLORES EN UNA CASA LLENA DE FLORES.

Se me ocurre pensar que para matizar la vida gris que le toco vivir las flores que plantan le dan color y aroma, pero nunca es suficiente.
Una triste historia que se repite en todos lados.
Un abrazo

Un excelente relato, conmovedor por la tematica que trata.Me parece un gran acierto literario el introducir las flores como elemento de union y continuidad del relato,aportandole dos cosas fundamentales a mi entender: enfatiza la historia terrible de Xaviera, y por otro lado mitiga el dolor que causa esa historia.
un toque especial para una historia de vida

Un acierto el de las flores (como la falta de pasto y la reagrupación)en el medio de esta triste historia. Una historia cruda como real y ojalá encontraran las Xavieras eso qye hace falta para transformar una cuadra y una casa en un hogar...si, es saludable no mirar para otro lado cuando se lo han quitado. Buena historia. Un abrazo.

Triste historia ,pero la realidad es así, y digo triste por la vida de Xaviera aunque en las flores, hay cierta luz, se ve la tristeza de la marginalidad.

Muy buen relato, bien armado,con un toque de romanticismo que le quita un poco de horror a la realidad de Xaviera

disfrutada una vez más...
saludos corteses.

Una historia que se repite quizás menos de lo que imaginamos....

Un agrado leerla, el mensaje es evidentemente social y llega al lector...

felicidades..

Preciosa historia, la narración es impecable. Algunas cosas: primero, un comienzo y desarrollo tristísimo, con una realidad que duele y con un trasfondo de denuncia sobre la justicia, que es la que imprea en muchas partes...Es penoso ver en los noticieros de estos casos y como la victima pasa a ser victimario y pagan con carcel, mientras algunos peores andan libres por ahi. Pero bueno, otro cuento es ese. En esa parte del relato, la realidad es la que está presente siempre y es terrible por supuesto. La parte final del relato, despues e 10 años en que con libertad todo cambia, peor aun sin ella, me parece que este hablar de flores tiene su simbolismo detrás para el autor, grandes que se comen pequeñas, pequeñas que se multiplican despues de ser pisoteadas o sacadas, o bueno, simplemente quizás un final que endulza un tanto lo primero mostrando quizas hasta la soledad y locura de la protagonista y como con ello sacia parte de su historia y esas tristezas. Aunque me quedo con la primera, ese simbolismo, quizas pensando en la justicia y esas flores que por su hermosura y delicadeza, debilidad muchas veces se refieren a esas victimas...Bueno, interpretación mia quizas solamente, pero asi sentí el relato, que está muy bellamente escrito.

Un abrazo,

Ignacio

ahh, bue, las flores son esperanza; que fue lo que al final pude leer en su escrito, Antifaz, aunque ténue y rezagada.
Linda historia, muy bien escrita; que me suena a muchas veces cierta, lamentablemente.


Un abrazo