UN DIA COMO TANTOS

Un tintineo interrumpió mi sueño, el desagradable sonido del despertador, penetró por el oído hasta el corazón y lo golpeó como un martillo.

Un nuevo día me esperaba. Me dolía y el cuello y el brazo derecho había quedado bajo la espalda. Estaba adormecido y lo sentía como parte del cuerpo de otra persona.
Me di vuelta y de inmediato un cosquilleo comenzó a recorrerlo desde los dedos hasta el hombro y despues de unos minutos pude recuperar la sensibilidad.

Me senté en el borde de la cama y un punzante dolor se instaló en la zona lumbar.
Maldije al colchón y lo hundido que estaba justo en el medio.
Luego, me incorporé con un esfuerzo sobre humano y sentí que mi vejiga estallaba.
No había opción o llegaba rápidamente al inodoro o me orinaba.

Apurado y tambaleante por el sueño llegué al baño que por supuesto, estaba ocupado por mi hija.

-¡Por favor dejen el baño libre! - dije con desesperación -

La respuesta no se hizo esperar.

-¡No jodas papi, qué recién entro, espera un poquito!

-¿Un poquito? ¡Me estoy meando! -.

Encaré para el patio y descargué todo el contenido de la vejiga en el masetero con malvones que mi mujer cuida con tanto esmero. Esto sin antes posar mi pie sobre el excremento de Tacuari, (el perro de la familia).
Algunos dicen que pisar mierda es un augurio de buena suerte, en lo personal me parece una inmundicia y sobre todo cuando estas descalzo y la mierda se te escurre entre los dedos.

Fue entonces que tuve sensaciones encontradas, el placer de orinar, la preocupación por los malvones y la puteada sin fin a Tacuari, que me miraba moviendo la cola.

Saltando en una pata llegué a la pileta de lavar, abrí la canilla, levanté en un grito la pierna pues el dolor lumbar aun estaba e introduje el pie debajo del agua helada.

La caca comenzó a despegarse dejando un olor nauseabundo.
No tardé en devolver los restos de una sopa de arvejas, lo único que había cenado, porque como estoy gordo, con colesterol y triglicéridos no comí el asado que comieron los demás.

Cuando me recompuse, tuve la esperanza que ese día fuera a cambiar en lo sucesivo.
El baño estaba desocupado y una reparadora y calentita ducha esperaba por mí.

Luego, descubrí con desesperanza que el agua del termo tanque se había terminado. El abundante y largo baño de mi hija era el responsable de tal molestia.
Otra vez descargué mi ira contra la mala suerte y decidí resignado a lavarme las partes, como diría mi suegra.

De repente, estaba nuevamente en emergencia.
Tenía que llegar al trabajo en media hora.
Una reunían con los dueños estaba programada para las nueve y todavía me faltaba afeitarme, vestirme, desayunar y viajar.

¿Cómo se me fue tan rápido el tiempo?- (me dije) - ¡Claro! con tanto inconveniente no me di cuenta de la hora.
Como un rayo me afeité, varios hilos de sangre recorrieron mi rostro, manoteé entonces algunos trozos de papel higiénico que puse sobre cada corte para parar la sangre.

Comencé a vestirme.
A esa altura había decidido no desayunar a pesar de tener el estómago pegado a la columna vertebral.


Corrí al garage para sacar el auto, lo puse en marcha con algunas suplicas al cielo, porque con tanto frío era posible que no arrancara.

Abrí el portón y lo saqué a la vereda.

Un muchacho, que pasaba caminando me hacia señas apuntando con su dedo índice la parte trasera del auto.
No podía creer lo que me estaba indicando.
Salí del auto y ratifiqué mis sospechas. La rueda trasera estaba en llanta.

Se me paró el corazón.

¡Bueno… cagaste! - (me dije) - ¿y ahora? Y ahora un taxi (me contesté).

Sin perder tiempo entré por el garage, como una luz tomé el teléfono y conseguí un taxi, lo que era un milagro a esa hora de la mañana.
El auto llegó en dos minutos, justo el tiempo para sacar el portafolio del coche y cerrar el portón.

Me subí presuroso y sin saludar, le dije:

Marcos Paz y Marco Sastre, lo más rápido que pueda.

Milagrosamente las calles estaban sin transito y avanzábamos raudamente.
Llegué a mi trabajo faltando dos minutos para las nueve. Pagué el viaje, abrí la puerta de calle y me dirigí a la oficina que estaba a pocos metros.

Cuando entré… encontré todo patas para arriba y a una mujer que con un plumero en la mano que me dijo:

-¡Hay!... ¡me asusto! ¿Quién es usted?

- ¿Como quien soy? Yo soy el jefe de recursos humanos ¿y usted quien es y donde están los demás?
La mujer me miró todavía extrañada y me dijo:

-Yo soy Carmen de la limpieza y los demás los domingos no vienen, Señor.


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Ja ja Bien Ricardo, deberas conversar con Nomade, estas cosas suelen pasar.
Un buen relato que senti como propio,me ha pasado y en verdad, llegar despues de mil vueltas a la parada del autobus y darme cuenta que eese día comenzaba mi licencia.
Me diverti leyendote

Muy divertido este relato, de esos que se disfrutan sin vueltas, una tarde como la de hoy en la que uno se rie si a otro le entra el lío.
Precioso cuento

Ja ja ja já, ¡Sucede! De ahí algunas supersticiones, como levantarse con el pie izquierdo, por ejemplo; hay una sucesión de molestos y desagradables acontecimientos, se sale de uno e inmediatamente se cae en otro.
Un divertido cuento que, si ocurrió realmente, no lo debe haber sido para nuestro amigo. Me he reído con ganas, pues mi hija tiene 20 años y sus duchas son muy largas; como capitán doy el ejemplo y aviso a los demás que voy a estar bañándome, pero ... igual he tenido que desaguar en el fondo del patio, detrás de los arbolitos ... al menos tienen un riego orgánico.
Recuerdo que siempre era el primero en llegar al cuartel y Nany, mi esposa, se levantó en bata con curiosidad por las palabrotas que se me escapaban ¡Iba atrasado y sin afeitarme siquiera! "Anda a acostarte y duerme tranquilo", me sugirió. "¡Estás loca! Debo firmar un lote de informes"; se rió "Sí, para mañana lunes". ¡Plop!
Felicitaciones, una historia amena y muy bien escrita.
Jaime.

Ja ja ja, excelente relato, amigo Ricardo que día por favor.Y bueno quizas no todas juntas,pero no dudo que algunas si te hayan sucedido ja,ademas con los años nos suceden más seguido ja ja.

MUY BUEN CUENTO ,QUE ME DIVERTI LEYENDO MIENTRAS PENSABA NO PUEDE HABER ALGUIEN CON TAN MALA PATA JAJAJA
AHORA ALGUNAS COSAS PASAN EHH, MIRA QUE ACA UFF, CUANDO HAY QUE IR AL BAÑO HAY QUE SACAR NUMERO, JAJA MAS CUANDO ENTRA UNA DE LAS CHICAS UFFF, ES TERRIBLE ESO,¿PORQUE HACEN ESAS COSAS LAS MUJERES?¿NADIE SE PREGUNTO PORQUE PASANNNN TANTAS HORAS ENCERRADAS EN EL BAÑO?,UFF
QUIZAS ALGUIEN CON EXPERIENCIA ME CUENTE,PORQUE REALMENTE ES RARISIMO ESOADEMAS SIEMPRE DICEN LO MISMO: RECIEN ENTRE UFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF
MUY BUEN CUENTO AMIGO

jajaja me hiciste reir , pobre hombre que desgraciado ja ja