TEKNARIT Escritor activo


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 | Tema: DE AQUELLOS VIENTOS, ESTOS LODOS Dom Mayo 02, 2010 11:57 pm | |
| Los resultados nos dicen que las ideas viejas no garantizan resultados acequibles en los tiempos actuales. Tenía tiempo sin leer algo estremecedor y lo he encontrado en un artículo publicado por mi colega Luis V. León aquí en la prensa venezolana, un artículo para pensar y reflexionar; un artículo titulado “Sin Lenin no hay paraíso” con el cual estoy de acuerdo en muchas cosas y en otras, de fondo, no tanto y que trataré de contextualizar.
De aquella Unión Soviética lejana en el espacio y en tiempo luego de la ¿revolución? De Octubre de 1917 todo se sumió en una situación caótica que arrastró a las distintas repúblicas y otras partes de la vieja Europa a una situación límite donde la infación y la guerra civil convivían en un ambiente irrespirable para la vida humana fue lo que hizo que Lenin decidió controlar la distribución de los alimentos haciendo de este hecho un arma de poder absoluto desde el cual poder controlar políticamente al país. Un año después se decreta la Prodazvertstka, una política contra el pueblo que consistía en la confiscación total del trigo producido por los campesinos rusos y en especial el trigo de los Kulaks o campesinos ricos los cuales fueron desde ese momento tenidos como enemigos del pueblo.
Entonces, y como ahora en Venezuela así como antes en Cuba y ahora también en Bolivia, se crearon en las aldeas “comités de pobres” cuya única misión consistía en confiscar el trigo que presuntamente tenían los campesinos y que no estaban dispuestos a vender a los precios irrisorios que los bolcheviques habían establecido. Las batallas, las guerrillas y los enfrentamientos fueron desde entonces y entre vecinos sin treguas y el nivel de violencia cada vez iba a mayor. Lenin declaró entonces que el terror era y debía ser parte del plan, de su plan. En un famoso decreto dejó escrito: ¡Camaradas! La rebelión de los cinco districtos Kulaks debe ser reprimida despiadadamente. Los intereses de toda revolución lo exigen porque ahora “la última y decisiva batalla contra los Kulaks se libra en todas partes. Hay que dar ejemplo”
1º Colgad sin falta y que la gente lo vea a no menos de cien kulaks conocidos, hombres ricos, sanguijuelas.
2ª Haced público sus nombres.
3º Quitadles sus cereales.
4º Designad rehenes, según telegramas de ayer. Hacedlo de tal forma que en centenares de ventas a la redonda la gente vea, tiemble, sepa, grite: los están ahogando, y ahogarán hasta morir a las sanguijuelas kulaks. Acuse teléfrafo y puesta en práctica.
Vuestro Lenin.
La hambruna empezó a generalizarse por todas partes ante la desesperación del pueblo. Lenin, el estratega político, vio en el hambre una oportunidad de someter al enemigo.
En Venezuela, ahora y sólo ahora, cuando en las zonas afectadas por el hambre y la antropofogia y las carreteras están ya pavimentadas con cientos de cadáveres es cuando podemos y por lo tanto debemos insistir en la apropiación de los objetos de valor de la Iglesia, con la energía mas implacable y despiadada, sin reparar en medios para aplastar toda resistencia. Un momento como el hambre y la desesperación es único para crear entre las masas campesinas una disposición que nos garanticen su simpatía o en cualquier caso neutralidad.
Esta historia, de otros tiempos y otras circunstancias, nos enseña que: 1º si bien la revolución local aquí no puede compararse con aquellos radicalismo de la vieja Europa de implementación sin términos de filosofía económica y política. 2º lo peor del populismo es que resulta atractivo a quienes terminan más afectados por él. Y 3º la tesis de que “ lo bueno de esto es lo malo que se está poniendo ” es una ingenuidad, el caos y el hambre han alimentado muchas revoluciones pero ninguna han llegado a salvar al hombre de los errores que cometiero | |
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