Los Querubines y el Monstruo.

Excelente cuento,ameno y que evoca momentos vividos.
Un gusato leerte en este mediodia,que amenaza tormenta.

Fuerte el relato,pero tan bien llevado que logra conmover y no horrorizar.
Muy buen trabajo

Gracias amigos por sus palabras. Esta fue una vivencia que me marcó para siempre y que bien pudo tener su origen cuando un joven nos defendió a mis hermanos y a mí cuando éramos más pequeños, fuimos atacados por un grupo de rufianes de unos 16 años en el campo cerca de la ciudad. No recuerdo su nombre, pero sí su actitud decidida cuando los enfrentó y amenazó con golpearlos si los cobardes no se alejaban; pasaron los años, fui Detective y por cosas de la vida ese joven, un hombre adulto ya, estuvo en un problema judicial. Recuerdo su mirada de extrañeza cuando le dije que ésa era mi oportunidad de devolverle la mano, logré sacarlo del lío, pero me dijo que para nada recordaba el episodio donde nos defendió. Le di la mano y le expresé que eso lo enaltecía aún más, pues debieron ser muchos los casos donde intervino para defender al más débil y que ahora le sería imposible acordarse de cada caso.
En otra oportunidad fui demonio y no querubín, siendo pequeño unos muchachos apedrearon la humilde casa de una vecina y rompieron el débil techo de fonolas (cartón con alquitrán), me entusiasmé y lancé varias piedras, pero me dio vergüenza y desistí. Con los años, la viuda y sus hijas costureras nunca me echaron en cara mi maldad infantil, pero comprendieron que las ayudaba en todo lo que podía para expiar mi culpa.
He llegado a entender que somos ángeles y demonios, que sólo la enseñanza de los buenos padres hacen surgir los valores inculcados en nuestra niñez y que vencemos nuestra parte demoniaca. ¡Ja! Mis colegas me apodaron "El Superhéroe Americano", un quijote que andaba metiéndose en pequeños líos para ayudar al necesitado; el "Loco Carvajal" o "Carvajal Orate" ya está defendiendo a los delincuentes jóvenes o aquellos que se cansaron de estar en la cárcel y ahora trabajan honradamente. Mi actitud no es como para ponerla en la prensa, pues muchos de los Detectives actúan igual: vencieron al demonio que todos llevamos.
He escrito con muchas dudas este episodio de mi vida no para ser aplaudido o juzgado, sino para darlo como testimonio a los menores: podemos elegir ser pequeños héroes o grandes malos.
Un saludo desde Chile con amor a mis semejantes
Jaime (Eduardo JAIME Carvajal OLATE)

No solo me conmovieron tus palabras,sino tu historia de vida.
Sin lugar a dudas,tu y tus relatos son un buen ejemplo para los más jovénes, que a veces se dejan llevar por su inmadurez y las malas compañias.
Yo no voy aplaudirle,solamente a darte las Gracias,se necesita más gente como usted.
Un abrazo afectuoso,Eleonor.

Un gran cuento Jaime, fuerte pero que en el fondo lleva una enseñanza de vida extraordinaria, con esos prejuicios que muchas veces nos armamos y ahi, entra mucho en juego los valores que se nos inculcan desde niños...tanto cuento, como tu propia historia de vida, son para la reflexion, y si, tienes razon, muchas veces somos demonios y queruibines y hay cosas que hemos hecho en la vida que nos quedan rebotando despues...excelente amigo...

Un abrazo,

Ignacio

Un texto que me deja entre la reflexión y la sensación de soledad por el personaje.
Un buen texto amigo,una lección de vida,de esas que duelen aprender pero que una vez que asimilamos,nos sirven para el resto de la vida.
Felicitaciones amigo,un ejemplo de vida.

Que las hadas te acompañen

Excelente Jaime, de tus lecturas siempre se rescata la reflexión y eso hace que un texto se convierta en enganche de principio a fin.
Un abrazo