Rebirthing o como empezó todo.

Una gran multitud parte velozmente hacia el útero. El camino es largo y tortuoso para los seis mil millones de espermatozoides que anhelan conquistar la vida.
Un preciado trofeo que tan solo puede conquistar uno de entre esa gran multitud. Recordemos que seis mil millones de personas es casi la población entera del planeta, así pues, cuando conseguimos alcanzar el útero, hemos sido LOS MEJORES DEL MUNDO, los únicos.
Esa sensación de ser únicos, extraordinarios, fuertes, veloces. La sensación de ser los mejores, de merecerlo todo, es algo que está impreso en nosotros desde aquel original esfuerzo en una carrera a oscuras y contracorriente.
Los demás perecieron. Había que ser el mejor y nosotros lo fuimos.

Ya está, ahora a rajarse, descansar y dejar que la naturaleza se encargue deformar lo que habrá de ser el vehículo para nuestro paso por la vida.
Tenemos méritos de sobra como para que todo el universo se dedique a atendernos en absolutamente todas nuestras necesidades.
Amor, calor, nutrición, oxígeno. Todo en la justa y equilibrada medida de nuestras necesidades. Estamos en nuestro espacio, felices. Eso es lo mas parecido al paraíso. Ya tan solo nos resta crecer y crecer.
...
De pronto hemos crecido tanto que no podemos nadar en ese líquido cálido y amoroso. Nos topamos con los límites. empujamos a ver... sentimos el cariño y la voz de alguien que nos envuelve, sus latidos, su vibración. Es alguien que nos ha acompañado durante nuestra estancia en el paraíso. Es alguien que nos ama y a quien amamos. Una energía muy conocida. Nuestra madre.
Cada vez crecemos mas, esto no para y ya no cabemos en ese recinto. Si no encontramos la salida, nos ahogaremos. Entramos en un estado de desesperación. Todo iba bien, pero ahora de pronto me quedo sin espacio, se impone salir de ese paraíso.
Instintivamente buscamos la salida a oscuras. La encontramos en medio de los latidos, las contracciones y los gritos de nuestra madre. Y vamos hacia allí.
Por bien que vaya el nacimiento, por normal que nos parezca, para todos es un cambio forzado y traumático.
Todo el que tenga ombligo, tiene algún tipo de trauma de nacimiento.
Pasamos por un canal estrecho, de forma forzada, llegamos a un lugar con luces intensas que dañan nuestra retina, sentimos de pronto algo que era desconocido para nosotros como "la ley de la gravedad", sentimos el cambio de temperatura, que suele ser también muy brusco. Pasamos del silencio a escuchar todo tipo de ruidos que desconocemos y no sabemos como interpretar. Solo conocíamos los latido y la voz de nuestra madre... de la que nos separan demasiado precipitadamente, para tomarnos de un pié, ponernos cabeza para abajo e impunemente y despiadadamente, darnos unas palmadas en el trasero. Humillación añadida a esa falta de reconocimiento a nuestra Divinidad.
-Oiga, que yo fui el mejor del mundo, por eso estoy aquí. ¿Con quien se cree que está tratando?.

Encima nos separan de nuestra madre, cortando bruscamente el cordón umbilical con lo cual, hemos de coger aire precipitadamente para sobrevivir y eso quema nuestros pulmones. Las personas que lo han recordado dicen que es como si te clavaran miles de alfileres en los pulmones, de golpe.

Bueno, imaginémonos. Estábamos en el paraíso, reconocidos, amados, nutridos, en silencio y a oscuras, son sensaciones, todas placenteras. Y de golpe, todo un montón de sucesos se desencadenan para que lleguemos a la conclusión no verbal de:
-Me siento estafado.
SI ESTO ES LA VIDA, ES HORRIBLE, HE DE IRME DE AQUÍ CUANTO ANTES.

Nace lo que se llama: “Síndrome de urgencia inconsciente de muerte”.

Algunos lo consiguen mucho antes, pero la mayoría nos pasamos la vida intentando SALIR DE AQUÍ CUANTO ANTES y lo conseguimos a los 70 u 80 años.
Buen tema par reflexionar, ¿no os parece?

Sensaciones que se nos repiten en cada viaje, cada cabio de vida.
Sentirnos constantemente en la dicotomía de ser perfectos, invencibles y divinos. A sentirnos tratados como seres insignificantes sin conciencia.
¿Os suena esta dicotomía?. Ya sebeis de donde viene.

Bueno de verdad Caye!
Excelente tu aporte, tu forma de explicar este renacer.
Me encantó. Quiero continuar leyendo con más detenimiento, el tema
expuesto sobre esto en la segunda parte.
Pasaré nuevamente por aquí.
Un beso enorme, te quiero amiga!

Citación :

Nace lo que se llama: “Síndrome de urgencia inconsciente de muerte”.

Algunos lo consiguen mucho antes, pero la mayoría nos pasamos la vida intentando SALIR DE AQUÍ CUANTO ANTES y lo conseguimos a los 70 u 80 años.
Buen tema par reflexionar, ¿no os parece?

Sensaciones que se nos repiten en cada viaje, cada cabio de vida.
Sentirnos constantemente en la dicotomía de ser perfectos, invencibles y divinos. A sentirnos tratados como seres insignificantes sin conciencia.¿Os suena esta dicotomía?. Ya sebeis de donde viene.

Viéndolo así, querida Caye, pues tranquiliza a quien puede estar preocupado. Talvez me alegra hasta confirmar que somos más los que queremos que esto termine rapidito, aún estando relativamente hermosos y sin mucha queja. Precisamente por lo que subrayo vale la pena largarse, si no se nos reconoce que somos seres dignos y honestos a pesar de algunas pelusas por las solapas. ¡Quién no las tenga que se sacuda como los chuchos despues del baño! Pero que no nos coja por sorpresa. Besos de una 'rana', también es una ventaja no tener pelusas.

Sabes que acá en España, tener 'pelusa', también se le dice a tener envidia, pero se aplica a los niños con respecto de otros o de sus hermanitos.

CAYE , ¡¡excelente!!, has explicado todo un mundo, este tema da para mucho...
puedo decir por experiencia propia cercana a la muerte, que es mucho más facil morir que nacer, por esto mismo, la primera respiración en este plano.

Muy bueno , gracias Caye.

Caye, como dice Luhema, has pintado aqui todo el mundo de los seres humanos.