Muerte, la Perfecta Igualdad.

Tema: Muerte, la Perfecta Igualdad. Dom Feb 01, 2009 4:32 pm

Nacemos a la vida todos diferentes, pero nacemos a la muerte todos iguales.

Unos en cunas de oro, otros en un pesebre.
Unos altos, otros bajos.
Unos bellos, otros feos.
Unos con suerte, otros desgraciados.
Unos fuertes, otros débiles.
Unos talentosos, otros tontos.

He llegado a la tardía conclusión que sólo la muerte es la igualdad perfecta. Estando vivos nos ufanamos de lo poco y nada que sabemos o que tenemos o que podemos; vamos tiesos por la vida despreciando a nuestros semejantes.
Tal vez al alcanzar nuestra más tierna infancia seamos iguales, pero se nos enseña que somos diferentes. El pobre y miserable no tiene alimentos, peligrando morir antes, ni siquiera por enfermedad o accidente: por hambre. El que tiene, no se preocupa ni del alimento ni de vestimentas ni de la propia riqueza, menos alimentar a los que no tienen.
Otra circunstancia que nos acerca algo a la igualdad, es el conocimiento con inteligencia. Sabemos que estamos vivos, para muchos se ignora la causa, el origen y el por qué; que al final del tránsito por este mundo nos espera u otra vida o simplemente la desaparición completa. La llaman la Angustia del Vivir.
El amor, la verdadera riqueza, y el hambre de justicia también nos aproximan.
La total fe en Dios nos iguala, pero… humanos somos.

La vida pasa en medio de afanes, salvo para los que piensan un poco con serenidad, ignorando que todo tiene un final. Sea poco sea mucho lo que logremos vivir, bien o mal, pasaremos a formar parte de la tierra que nos vio nacer.

Y llega la igualdad perfecta: la muerte.

En nuestro funeral pasamos tiesos ante los vivos,Ya no nos interesa apreciar o despreciar
Ni saber más ni menos.
No sufrimos hambre ni sufrimos por los hambrientos,
No amamos, sólo dormimos el sueño eterno para unos
O simple sueño con un glorioso despertar para otros.

Pasa el tiempo y el rictus mortal se va transformando en una burlona y silente sonrisa que el tiempo borrará cuando nos volvamos polvo. ¿De qué nos reímos, siendo sólo huesos? De lo imbéciles que fuimos en vida.

¡Flautas! Me pregunto ¿Por qué no había entendido la sabiduría de los libros sagrados? De aquellos que hace miles de años pensaron toda esta pretendida lucidez que escribo y que muy pocos consideran.
¿Qué me queda en mi flaco cerebro? Que hay un universo, un sistema solar, entre muchos, y una Tierra en perfecto equilibrio y armonía que idiotamente el Hombre pretende destruir mientras está vivo. Que el sol tan grande y maravilloso en el cosmos infinito, no es más que una estrella de tercera o cuarta magnitud, apenas se distingue entre los cuerpos celestes. Que la Tierra, el planeta en el cual viajamos por el espacio, es tan pequeña que no puede verse en una fotografía tomada por una nave sideral. Que dentro de nosotros hay otra dimensión donde vive una innumerable cantidad de seres infinitesimales.
Entonces, si la Tierra es polvo entre las estrellas, ¿Qué somos nosotros?
SOMOS MENOS QUE EL POLVO, PERO CON UN ORGULLO Y VANIDAD TAN GRANDE, DE ACUERDO CON LA MAGNITUD DEL UNIVERSO.
LO DIJO SALOMÓN: TODO ES VANIDAD.

Tema: Re: Muerte, la Perfecta Igualdad. Lun Feb 02, 2009 11:58 pm

Jaime, un texto impresionante, una verdadera reflexión en que la vida se nos pasa por delante y en donde simplemente lo que dices es tan cierto, tan real, tan verdad...ante la muerte o en ella, somos todos iguales, sin embargo en el transcurso de esto llamado vida, no siempre nos damos cuenta de lo pequño que somos, pero a la vez tambien grandes, no obstante confundimos la grandeza y la mal utilizamos...fuimos credos grandes, pero no con la idea de la vanidad sino lña de humildad...tocas un tema impresionante, con una agilidad y capacidad de transmision impresionante que me ha llevado a pensar en una infinidad de cosas...el planeta, la humanidad, la vida, lo humano, aquel nombre quellevamos, es tan facil poder ser iguales en vida, pero cuianto nos cuesta no?...

Un relato maravilloso Jaime, mis felicitacions porque de verdad, llega y como llega amigo...

Un abrazo,

Ignacio